El líder del PP, Mariano Rajoy, tiene ya claro que caminará solo hacia la Moncloa, sin más respaldo inicial que los 137 diputados populares que los españoles han querido otorgar al PP. Por eso, y consciente de que ni PSOE ni Ciudadanos quieren que él se siente presidiendo el consejo de ministros, Rajoy ha advertido de que no va a renunciar a gobernar y ha considerado que se produciría una situación «verdaderamente grotesca» si las demás formaciones políticas no dejan formar gobierno a la que ha ganado, y con mejores resultados, las elecciones generales.

Rajoy ha apelado a su mejora electoral para instar a la formación de un Gobierno encabezado por él, pero se ha encontrado ya con la negativa de los partidos que pueden facilitarlo: el PSOE ha descartado incluso la abstención y Ciudadanos ha rechazado ayudarle en su objetivo.

También ha avisado Rajoy de la «irresponsabilidad antológica» que cometerían otros partidos si bloqueasen la posibilidad de un Gobierno encabezado por el PP y llevasen al país a unas terceras elecciones. Tras la reunión del Comité Ejecutivo de su partido, Rajoy ha comparecido ante la prensa para explicar que abrirá su diálogo con las demás fuerzas políticas -empezando por el PSOE- cuando regrese de la cumbre de la UE de este martes y que podría prolongarse hasta el jueves.

Si en la campaña electoral pidió que se concentrase el voto de los moderados en el PP, ahora el jefe del Ejecutivo en funciones ha tendido su mano a los «partidos moderados» para tratar de formar un gobierno estable.

Rajoy ha advertido de que «hay que hacer un gobierno y hacerlo ya», porque el país no puede pasarse, como tras los comicios de diciembre, otros seis meses en funciones cuando tienen que elaborarse los presupuestos o aprobarse leyes, y también porque el país tiene que afrontar en el exterior cuestiones como la de la salida del Reino Unido de la UE.

Ya en su exposición inicial, Rajoy ha subrayado la posición de fuerza con la que parte el PP tras las elecciones del 26-J, y ha destacado que ahora aventaja en casi dos millones y medio y 52 escaños a la segunda fuerza política, el PSOE -antes eran 1,6 millones y 33 escaños-.

Tras recordar también que su partido ha ganado en todas las comunidades excepto en Cataluña y País Vasco, Rajoy ha señalado que estos resultados «han avalado» la estrategia que defendió desde diciembre, la de «acatar el mandato de las urnas, admitir la necesidad de pactos, ofrecer al PSOE y a Ciudadanos la gran coalición y huir de la teatralización la política» que, en su opinión, han mostrado los demás.

«Yo no voy a renunciar a gobernar», ha advertido el líder del PP, quien además ha insistido en que prefiere la gran coalición para formar un gobierno «estable» durante cuatro años. Ha añadido, no obstante, que está «abierto a todas las fórmulas». Porque si la gran coalición no es posible «habrá que gobernar igual», aceptando así un Ejecutivo en minoría, y no descartando, como ha admitido, pactar con los nacionalistas del PNV y con Coalición Canaria.

Y si hay quien como el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quiere mantener el veto sobre su persona, Rajoy ha señalado que sería «el primer dirigente de la historia» que ganando unas elecciones admite irse porque lo pidan quienes las han perdido. «Vamos a ver si somos serios y nos comportamos democráticamente», ha señalado el presidente del Gobierno en funciones, quien también ha querido calmar las aguas de cara a una negociación.

Con una ovación de pie han recibido a Rajoy en la sede nacional del partido los miembros del Comité Ejecutivo Nacional, entre ellos muchos líderes regionales que han hecho una lectura territorial de los resultados.

Mariano Rajoy, que recibió por la mañana la felicitación telefónica del expresidente del Gobierno José María Aznar, ha negado que ambos hayan arreglado sus desacuerdos porque, ha asegurado, él no ha tenido «ninguna fricción» con su antecesor al frente del partido.

Además, ha insistido en que el PP no celebrará su congreso nacional hasta que no se forme gobierno, y ha augurado que para el 31 de diciembre se habrán celebrado ya tanto este cónclave como todos los regionales, que siguen pendientes.

Antes, en una entrevista en la COPE, Rajoy, que ha apostado de forma prioritaria por la gran coalición, ha señalado que no descarta «absolutamente nada» para su investidura, tampoco un pacto con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria -que le dejaría a un escaño de la mayoría absoluta-. Pero «en temas fundamentales necesitamos al PSOE», ha advertido.

Ha mostrado su disposición a llamar a los demás partidos, empezando por los socialistas, y ha insistido en que intentará «una fórmula de gobierno» que garantice, por ejemplo, la aprobación de los presupuestos generales del Estado del año que viene, otras leyes pendientes y atender los compromisos y retos europeos como el derivado del «Brexit». «Para esto se necesita un mínimo entendimiento en cuatro o cinco asuntos y voy a hacer cuanto esté en mis manos para conseguirlo. Hablaré con todas las fuerzas políticas, el primero con el PSOE», ha reiterado.

Rajoy ha recordado que el día 19 de julio se constituirá el Parlamento de la XII Legislatura y ha considerado que para dentro de un mes debería haber «un acuerdo de mínimos» que facilitara las cosas al Rey en las consultas que mantendrá con los representantes de los diversos partidos para proponer un candidato a la investidura.

Respecto al resultado de Unidos Podemos, ha señalado que los ciudadanos han tenido más elementos de juicio para conocer a los partidos de esta coalición y darse cuenta, por ejemplo por su gestión en algunos ayuntamientos, que «una cosa es predicar y otra dar trigo». A su juicio, también en esto han acertado los españoles porque cree que las recetas de Podemos no sirven en la Europa actual.


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