Rafael Ramírez, tras su caída en desgracia y su posterior oposición frontal al régimen de Nicolás Maduro, ha concedido una entrevista a Noticiero Digital, en la que acusa al ex presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de haber recibido contratos petroleros a través de la representación de empresarios españoles apellidados Cortina. De esta entrevista se ha hecho eco el diario El Mundo.

Es curioso que un hombre con el historial de Ramírez, bajo cuyo manto se creó una red de corrupción en la petrolera estatal PDVSA, se haya convertido en el denunciante de estos comportamientos. Siempre hay que recordar que el que fuera mano derecha de Hugo Chávez tejió un manto de intereses por el que se enriquecieron los llamados «bolichicos», es decir, personas cercanas al régimen bolivariano y que, en la actualidad, son multimillonarios gracias a las transacciones económicas que, a través de paraísos fiscales, realizan a sus países de residencia. En Diario16 ya informamos de cómo la red se extiende por Europa, principalmente por España, donde estos venezolanos con gran poder adquisitivo se están haciendo dueños de barrios tan emblemáticos como el madrileño de Salamanca a través de la compra indiscriminada de viviendas o de edificios con los que poder, presuntamente, blanquear el dinero procedente de la corrupción en PDVSA. Algunos están encarcelados como Nervis Villalobos, Luis Carlos de León, Rafael Reiter Muñoz o César David Rincón Godoy, pero otros, al amparo del anonimato logrado gracias a la red de relaciones personales, políticas y empresariales con importantes personalidades españolas, continúan en la calle invirtiendo en el mercado inmobiliario o en la compra de empresas que utilizan para, presuntamente, blanquear el dinero, tal y como está siendo analizado por la Justicia española por las diferentes demandas y querellas interpuestas por empresarios de distintos sectores. El propio Ramírez es protegido por las élites políticas, empresariales y financieras cuando viene a España, tal y como publicó en exclusiva Diario16.

El ex presidente de PDVSA ha acusado a José Luis Rodríguez Zapatero de representar a unos «españoles de apellido Cortina, que sí, han recibido un proyecto en la Faja, pues… De ahí viene su apego a la democracia y el diálogo». En concreto, se refiere a los proyectos de extracción de petróleo en la Faja del Orinoco.

Lo que dice Ramírez probablemente sea cierto en lo referido a los empresarios Cortina, tal y como se recoge en un documento hecho público por la periodista venezolana Maibort Petit, enviado por Ramón Blanco Palín, ex vicepresidente ejecutivo de Repsol y condenado por la Gürtel, al ministro Del Pino en el que se comunica el «interés en formar una empresa mixta con PDVSA para la explotación del Campo Junín. La empresa Inversiones Petroleras Iberoamericanas S.A. es una empresa que forma parte del grupo de empresas del señor Alberto Cortina, quien es uno de los máximos accionistas del Grupo ACS, uno de los principales grupos industriales de Europa […] tenemos los fondos para reaccionar muy rápidamente a una oportunidad de inversión para una empresa mixta con el grupo Campo Junín Sur». En este correo se habla de Alberto Cortina, pero también, según la información de El Mundo, estaría Alfonso Cortina, ex presidente de Repsol. Según las investigaciones del Parlamento Venezolano, fue a esta empresa a la que se adjudicó el bloque Junín 10 en la Faja del Orinoco. Por su parte, la sociedad de Alfonso Cortina niega que hubieran utilizado los servicios de intermediación del ex presidente español. La información de El Mundo está firmada por Daniel Lozano quien, en el año 2015, fue contratado desde Luxemburgo por el medio de comunicación de Jorge Neri y sus socios Ramírez y Baldo Sansó y fue cesado por los venezolanos tras firmar un importante acuerdo de confidencialidad.

Sin embargo, los movimientos de José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela están siendo muy criticados tanto en España como desde la oposición al régimen de Maduro y siempre sobrevuela la sospecha de que está cobrando, de un modo u otro, por su posicionamiento en la búsqueda de una solución dialogada a la situación por la que vive Venezuela.

No obstante, hay mucho de lo que hablar. Estos movimientos que ahora Ramírez denuncia, ya se produjeron durante su mandato a través de mordidas como les ocurrió a unos empresarios de la construcción españoles que iban a ser recibidos por el ex presidente de PDVSA pero que, finalmente, se reunieron en la suite presidencial del hotel JW Marriott Hotel en Caracas, con su primo, Diego Salazar quien, según estos empresarios, les indicó que «si querían entrar en carrera, los españoles tenían que pagar por lo menos 150 millones de dólares en sobornos. Si no, deben regresar al aeropuerto». Estos no aceptaron, pero muchos sí que lo hicieron. Un ex ejecutivo de PDVSA, en declaraciones al Wall Street Journal, lo dejó muy claro: «Te puedo decir que había un sistema generalizado de corrupción en la compañía. Los investigadores en Nueva York lo tienen todo, contratos y memorandos y correos electrónicos», en referencia a las distintas investigaciones que la Justicia y las agencias federales norteamericanas tienen abiertas contra Ramírez y su grupo. Se han producido diferentes reuniones de fiscales federales en Nueva York, Washington, Missouri y Texas y agentes del Departamento de Seguridad Nacional, la Administración de Control de Drogas (DEA), el FBI y otras agencias para coordinar acciones y compartir pruebas y testigos para las diversas investigaciones sobre PDVSA.

Mientras tanto, los «bolichicos» de Ramírez continúan comprando casas, actuando de enlace entre gobiernos y la oposición venezolana, celebrando reuniones de alto standing en Madrid organizadas por ciudadanas de países del Magreb en el que se suelen encontrar importantes representantes del empresariado y la abogacía española, con el fin de hacer de España el centro de operaciones de los negocios creados o comprados con el dinero saqueado al pueblo de Venezuela.

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