Este fin de semana el Atlético de Madrid volvía a empatar contra un rival recién ascendido a Primera División, dejando sensaciones contrapuestas entre la gran plantilla que ha logrado reunir y el poco juego que ha generado en sus dos primeras citas ligueras. El fútbol en ocasiones es caprichoso, y si bien es cierto que el conjunto rojiblanco ha sabido dominar sus encuentros, también lo es que no ha sabido materializar sus ocasiones, especialmente aquellas con las que más peligro generaba en las últimas temporadas, partiendo desde el balón parado. Es por ello que tras dos empates dolorosos frente al Alavés en el Calderón y ante el Leganés en Butarque toca analizar el por qué de este comienzo tan pobre por parte del conjunto de la ribera del Manzanares. No es fácil, ni tampoco bonito, pero lo cierto es que hay varias facetas que merecen la pena repasar para saber qué tendría que hacer Simeone para levantar los resultados y conseguir comenzar a puntuar de tres en tres, veamos:

Esquema de juego.

Diego Pablo Simeone ha tratado de nuevo implantar el 4-3-3 en esta pretemporada, pero una vez más, parece que sin mucho éxito. Ante el Alavés se decantó por el mismo esquema tradicional con el que ha logrado alcanzar las cotas más altas de este Atlético, el 4-4-2, y frente al Leganés volvía a repetir, subrayando un doble pivote que en ocasiones se antojaba innecesario, al menos contra los rivales que tuvo enfrente en estas dos primeras jornadas ligueras. Tanto uno como otro decidieron esperar atrás a un Atlético que apretó todo lo que pudo para conseguir el tan ansiado gol, lo que dio pie a pensar que en ambos partidos sobraba un mediocentro y faltaba la figura del mediapunta, un jugador que colocado detrás de los delanteros les pudiera servir a éstos los pases en profundidad que adolecieron. Con el esquema habitual, se pudo ver que el Atlético buscaba las bandas con ahínco, especialmente la de Filipe Luis, que anda con un nivel extraordinario, pero también que por el centro se ahoga y termina por diluirse. Quizá ante estos rivales de menor entidad valdría más la pena confiar en un esquema algo más ofensivo.

Balón parado.

No es la primera vez que al Atlético se le atragantan sus rivales pese a poner toda la carne en el asador, pero hasta esta temporada muchos de esos encuentros se terminaban resolviendo desde un lanzamiento de córner, una falta desde los costados o incluso un simple saque de banda. Este año, sin embargo, se está viendo que el cuadro colchonero ya no resulta tan peligroso en esta faceta, lo que conlleva a resultados más escuetos y sus consiguientes resultados negativos, como los dos primeros empates cosechados en Liga. Nada parece indicar que Simeone haya dejado de lado el trabajo de preparar jugadas de estrategia, pero lo cierto es que entre los dos primeros encuentros ligueros ha dispuesto de 27 saques de esquina, cifra nada despreciable, y que en otras temporadas le hubiera supuesto al conjunto rojiblanco de al menos tres tantos a favor, lo suficiente como para llevarse ambos partidos y sumar seis puntos en lugar de los dos cosechados. Por lo tanto, la solución a este problema debería pasar por aumentar el abanico de opciones en dichas jugadas a balón parado, ya que todos ellos fueron resueltos con el pase a primer palo, lo que ha hecho predecible el ataque colchonero y por tanto mucho más sencillo de contrarrestar por sus rivales.

Elaboración.

En estos dos encuentros frente a Alavés y Leganés respectivamente se ha podido ver a un Atlético cuya profundidad solo se encontraba por las bandas, principalmente la izquierda. Esto ha provocado que el rojiblanco sea un equipo previsible, y que cuyos rivales sepan de antemano por dónde les puede venir el peligro a su propia portería. Lo cierto es que sus dos primeros rivales han desarrollado un esquema defensivo que ahogaba al conjunto de Simeone en las bandas para obligarle a jugar por el centro, donde adolece de creación y profundidad, más si cabe al acumular jugadores que hacen que en ese pasillo no queden apenas opciones de gol. La solución propuesta por “el Cholo” pasó por buscar ante ambos conjuntos la espalda de la defensa con balones largos y diagonales que apenas inquietaron a sus rivales. Una y otra vez se pudo ver cómo los centrales colchoneros lanzaban pases que terminaban perdiéndose sin poder hacer nada para evitarlo, lo que da la sensación de que al juego del Atlético le falta algo más de elaboración. Para ello se necesitan los jugadores adecuados, concretamente Carrasco y Gaitán, pero ambos partieron desde el banquillo y apenas gozaron de minutos de juego para llevar a cabo esa tarea. Quizá sea hora de apostar por ellos de inicio.

Definición.

El Atlético ha dado la sensación en estos dos primeros encuentros ligueros de querer y no poder, de buscar el gol casi a la desesperada pero no encontrar el premio deseado. Y lo cierto es que éste equipo ha sabido apretar y dominar a sus rivales hasta el momento, pero también lo es que en la última franja de terreno, la de tres cuartos de cancha, apenas ha podido construir jugadas de peligro, diluyendo todo el trabajo de creación por una falta clara de definición de cara a la portería rival, un problema que ya viene arrastrando desde la pasada temporada, y que parece no haber superado todavía. Para que el Atlético consiga gol, hacen falta espacios, pero los rivales tienen muy estudiado al conjunto colchonero y no se los conceden fácilmente. Una y otra vez el conjunto de la ribera del Manzanares insiste con las mismas fórmulas para llegar a conseguir el gol, tal vez sin darse cuenta de que les tienen leída la libreta y hacen falta muchas más opciones. En otras temporadas quizá no hubiera solución, ya que la plantilla era algo corta en ese aspecto, pero este año el equipo se ha reforzado con jugadores que les pueden proporcionar opciones distintas, aunque de momento no se han visto sobre el césped. Materializar los goles es el ‘leit motiv’ del fútbol, y para ello hacen falta herramientas con las que conseguirlos, esta temporada las tienen, pero de momento no las han puesto en juego. Es posible que se necesite algo más de paciencia para dar con la clave, pero todo parece indicar que se necesitan opciones distintas a las que se han visto hasta ahora. Puede que sea la hora de Correa, jugador idóneo para utilizar cuando las defensas rivales se encierran, ya que es un futbolista capaz de crear una jugada de la nada e irse de sus marcadores con muy poco espacio para ello.

Paciencia.

Tras los dos primeros encuentros ligueros el Atlético ha dejado entrever una ansiedad por anotar que hasta ahora nunca se había producido, al menos desde que Simeone se sienta en el banquillo rojiblanco. Se trata más de un problema de mentalidad que futbolístico en sí, al no conseguir lo que se busca éste equipo aumenta la presión sobre sí mismo hasta el punto de no estar lo suficientemente relajados como para disfrutar de las jugadas de ataque y gustarse a sí mismos. Están demasiado mecanizados en tal aspecto, y es posible que con mayor paciencia pueda encontrar la forma de dar con el camino del gol. Sin embargo, hasta el momento no lo han encontrado, lo que ha propiciado el enfado de la afición y que ésta señale a Simeone como responsable de lo que ocurre. No parece que “el Cholo” sea el culpable, es más cosa del fútbol y de la personalidad de cada jugador, pero sí es cierto que cuando llegan a esa franja de tres cuartos de campo parece que se les acaban las ideas, que se atascan, y que se quedan sin saber resolver adecuadamente, lo que termina por agobiar a los delanteros para que hagan su labor. Hasta ahora no se ha encontrado ese “punto zen” necesario para que el ataque sea más alegre y se vea mucho más sueltos a los jugadores, que es posible se encuentren demasiado sujetos a un esquema basado en el trabajo defensivo por encima del de creación, y dejando como única arma fiable un contragolpe que en ocasiones no termina de funcionar, sobre todo cuando se enfrentan a rivales modestos que no están dispuestos a concederles espacios para que los lleven a cabo. Por tanto, hace falta paciencia para dar con ese camino del gol, pero también trabajar para que éste llegue a través de distintas jugadas, y no solo basándose en un contragolpe que no le servirá en muchos de los partidos que jueguen.

 

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