Hay quien piensa que el paso de los años hace que se atemperen los pensamientos o que se domestiquen las maneras de ver y entender la vida. A Winston Churchill se le atribuye la siguiente frase: «Si a los 20 años no eres de izquierdas, no tienes corazón. Si a los 40 años no eres de derechas, no tienes cerebro». Sin embargo, la verdad sólo tiene un camino y el modo de defenderla no es cuestión de edad sino de principios. Las críticas que he vertido en este medio hacia Albert Rivera o a Ciudadanos por su falta de ideología política son el mejor reflejo de lo anteriormente expresado. Tengo la suerte de poder expresar mi pensamiento o de analizar la realidad en el medio de comunicación más libre, ético e independiente que hay en este país: Diario16. En cambio, la libertad, el respeto por la ética y la independencia genera una responsabilidad muy grande ante nuestros millones de lectores. La edad nada tiene que ver porque a medida que uno cumple años es más libre de poder defender los valores humanos desde un punto de vista más puro, desde la verdad sin miedo y no cayendo en la trampa del cómplice silencio.

Lo mismo que hemos sido muy críticos con Albert Rivera, lo somos también con quien está en un posicionamiento antitético a éste. No comprendo cómo el señor Quim Torra pudo escribir lo que escribió sobre los españoles. En ellos rezuma un desprecio, un odio y unos sentimientos que le acercan más a un sionista o a un supremacista que a un demócrata. El recién investido President de la Generalitat parece olvidar que los inmigrantes extremeños, castellanos, aragoneses, gallegos o andaluces fueron fundamentales para el crecimiento de Cataluña. Sin embargo, referirse a ellos en los términos en los que parece que se dirigió el señor Torra es racista, pero no sólo con los españoles sino con aquellos que desde la década de los 90 llegaron de otros países, muchos también hispanoparlantes. Como le dijo Xavier Doménech, los hijos o los nietos de estos inmigrantes españoles son ahora defensores de la república catalana. ¿Tienen menos legitimidad que usted, señor Torra, por tener un árbol genealógico con antepasados nacidos fuera de Cataluña? ¿O es que está defendiendo la limpieza de sangre? Eso sería muy peligroso, además de que traicionaría las palabras que dijo en la tribuna del Parlament al comprometerse con gobernar para todos los catalanes.

Sus escritos tienen claros tintes supremacistas, algo que nada tiene que ver con la naturaleza acogedora del pueblo catalán. Esos pensamientos están más cercanos al sionismo de Israel o al apartheid sudafricano que a la concordia de la República que usted defiende.

No se trata de españolismo o de catalanismo. Sus escritos son mucho más graves que una lucha identitaria. Cuando afirma que las gentes del sur tienen «baches en su cadena de ADN», ¿a quién se está refiriendo? A aquellos que emigraron para hacer grande a Cataluña o a los que se juegan la vida en el Mediterráneo o en el Estrecho buscándose un porvenir porque carecen de puerto de destino. A eso me refiero, señor Torra. Sus afirmaciones destilan el mismo odio que usted denunciaba cuando llamó a los del sur carroñeros, víboras o hienas. No lo puede negar porque lo dejó en negro sobre blanco con su propia tinta.

Esos sentimientos son todo lo contrario a lo que usted está defendiendo cuando habla de la República porque este concepto va más allá de un mero modelo de Estado. El republicanismo defiende los valores de la libertad, la igualdad, el respeto a los derechos humanos, la diversidad, el mestizaje y, sobre todo, el respeto al que piensa distinto de nosotros. Lo que usted escribió le iguala a aquellos que han hecho bandera del patriotismo de otras épocas y han mezclado el rojo y el amarillo de la bandera española para transformarlo en un naranja traidor que se ha transformado en sinónimo de intolerancia y manipulación. La República es el respeto a las decisiones del pueblo, de todos los pueblos del mundo. Por eso desde estas páginas muchos nos hemos posicionado en defensa del derecho que tienen todos los catalanes a decidir su futuro en libertad.

No imagino al señor Oriol Junqueras, a Esquerra, a Junts per Catalunya o a la CUP y a muchos de los defensores de la República catalana que no militan en ningún partido utilizando esos preceptos o esas aseveraciones tan radicales de odio hacia otros pueblos. Más bien al contrario, porque la defensa de la República, como ya le he dicho, debe estar fundamentada en el respeto al que no piensa como nosotros y a los derechos humanos.

Por esta razón, señor President de la Generalitat, usted tiene la obligación con el pueblo y, sobre todo, con los millones de lectores de Diario16, de dar una explicación convincente sobre esos escritos. No sirven las excusas, sólo valen los hechos. No sirve pedir disculpas si no se justifica y se dan explicaciones claras porque el perdón es una palabra fácil y vacía de contenido si se dice sin justificación alguna. No vale justificarse con que escribió lo que escribió fue un «pecado de juventud» cuando en los años 80, cuando ya estaba legalizada la objeción de conciencia en este país usted juraba bandera como Alférez de milicias en el Regimiento Palma 47. No sirve que se saquen documentos o escritos contrarios a lo ya publicado, sus citas de Blas Infante o que se comparen los suyos con otros del pasado escritos por políticos divergentes del independentismo catalán. La manipulación de Inés Arrimadas está fuera de lugar porque también debió de hablar de sus tuits en los que citaba a Blas Infante. Como andaluz agradezco que utilizara esas palabras, que se acordara la laboriosidad de los jornaleros andaluces. Sin embargo, lo anterior no justifica nada porque los errores de otros no se convierten en una indulgencia para los suyos. Es mucho más honesto explicar, razonar y exponer públicamente sus pensamientos actuales sobre la condición humana, qué piensa sobre la igualdad de todos los seres humanos, sean de donde sean, vengan de donde vengan, tengan el ADN que tengan, hablen la lengua que hablen o piensen como piensen. Su legítima reivindicación política necesita de esa explicación, no de su perdón, porque tiene el deber moral de respaldar la conciencia social y colectiva de todas y todos los catalanes, de todas y todos los habitantes de cualquier lugar para evitar que se conviertan en víctimas de la manipulación obscena que pretenden políticos fraudulentos apoyados por dictadores privados.

En definitiva, señor Torra, usted tiene que dar la cara ante el pueblo catalán y ante todos los pueblos para no dar más munición al victimismo impostado o a la manipulación de Ciudadanos porque lo suyo pudo haber sido un error intelectual, o no, y dejar claro la razón por la que cambió de criterio y escribir otros mensajes contrarios a los publicados.

¿Por qué escribió usted lo que escribió? Si no es cierto que lo hizo, defiéndalo. Si lo es, que parece que así fue, no tiene más remedio que afrontar los hechos y dar la cara. No vale afirmar que se equivocó y pedir disculpas si en su interior rezuma ese odio hacia todo lo español porque no todos somos como los que pretenden amordazar al pueblo catalán.

Volviendo a la libertad, la ética y la independencia de estas páginas, le quiero recordar que somos muchos los que aquí defendemos la legitimidad de Cataluña para decidir su futuro y hemos sido muy críticos con quienes, a través de la fuerza o de la imposición de leyes caducas escritas en otros tiempos, pretenden que el pueblo no hable. Pero nuestra libertad e independencia precisamente está en que no se puede permitir que quien debe defender los intereses de Cataluña parta desde unos preceptos de supremacía étnica.

 

4 COMENTARIOS

  1. Parto desde la base que cada cual es dueño de sus palabras y por tanto también de las que escribió el President Torra. Sin embargo, pongo en paralelo otras expresiones que pueden, no justificar, pero sí explicar el sentido de las mismas. Cuando muchos catalanes criticamos, a veces con expresiones duras al Gobierno de «Madrid» con todos los eufemismos que Vds. quieran, no nos referimos a los madrileños. De la misma manera que cuando hablamos de España no nos referimos a los ciudadanos españoles. Y por ende cuando alguien habla de españoles en forma despectiva, entiendo, que por una mala generalización, se refiera a los que, a nuestro entender, nos están perjudicando, que es sin lugar a dudas a las Instituciones del Estado, todas ellas consorciadas para conseguir lo que ya está decidido que es la recentralización del Estado, lo que equivale a querer dar muerte a Catalunya. Todo lo que está ocurriendo que ha venido llamándose el Procés, con todas las secuelas, juicios, encarcelamientos, exilios, etc. no son más que maniobras de distracción, con las víctimas necesarias, para distraernos del objetivo anticonstitucional, por supuesto, de recentralizar el Estado. Lo del Sr. Quim Torra es una maniobra más de distracción. El Sr. Aznar lo ha manifestado meridianamente: «Las reglas del juego han cambiado. Para Catalunya y PARA EL RESTO DEL ESTADO» Nadie se ha entretenido en comentar este discurso, anticonstitucional, por supuesto. Y fíjese que dice «para el resto del Estado». Lo de Catalunya es simplemente una persecución que empezó anecdóticamente -pero significativamente- con las «chapitas», siguió con la anticonstitucional sentencia del Estatuto del 2006 y estando donde estamos, luego seguirá con el «resto del Estado». A verlo.

  2. Si se hubiera leído usted los artículos del señor Torra mejor de lo que ha hecho, habría usted entendido que, en el artículo de las tan comentadas «bestias» y «los baches en la cadena de ADN» no se refería a los españoles como tal. Se refería a toda esa gente que vive en Catalunya despreciando el idioma catalán, la cultura catalana y todo lo que huela a catalán. Deberías de ver la cantidad de catalanes (como yo) descendientes de españoles que suscribimos eso punto por punto 😉

  3. El artículo de Torra va dirigido contra una pasajera de Swiss Air que escribió una carta de queja a un periódico de Suiza porque la compañía aérea también utilizaba el catalán para comunicarse con sus pasajeros durante el vuelo. Una de tantas personas que no tolera la presencia del catalán ni dentro ni, mucho menos, fuera de Cataluña.

    https://web.archive.org/web/20090326071644/http://www.elsingulardigital.cat:80/cat/notices/la_llengua_i_les_b_sties_30014.php

  4. La crisis en Cataluña no tendría que ver con unos reponsables catalanes encargados de funciones provisionales con o sin convicción. El objetivo mas probable sería mucho más peligroso que la inocente «República catalana». Un proyecto diabólico cuyos actores no son mas ni menos que unas potencias «amigas» del Reino de España. Todo empezó de la misma manera en la URSS y la ex Yugoslavia. Antes los años 90 era imposible para los pueblos de estos 2 países imaginar las pesadillas que van a vivir dentro de pocos años. Lo que va a suceder sobrepasa el asunto catalán. Es una maniobra contra la soberanía de España . Sin ningún talento visionario, pienso que el objetivo de la maniobra es «liberar» el estrecho de Gibraltar y el eje de un flujo legal y/o ilegal de mercancías y seres humanos útiles entre África y el norte de Europa, vía el estrecho y una ruta que pasa por Cataluña. A pesar de las normas en vigor que controlan perfectamente el estrecho de Gibraltar , habrían otras intenciones estratégicas propias à las potencias occidentales…
    Nada me extraña sobre lo que escribieron antiguos periodistas como los Senores Puigedemont y Torra ni el hecho de caer en los brazos del Octopoda sionista. Es posible que dentro de unos años Cataluña tendrá su independencia y sera una República «bananera», con Gerona o la Jonquera como Capital política. Así sera muy tarde para arrepentirse y añorar la España unida.
    Las potencias que sacrificaron la ex Yugoslavia para liberar el narcotráfico en Kosovo, una plataforma mundial para este jugoso nogocio , hoy son capaces de repetirlo en otros países vulnerables…Un escenario espero que sea ficción..

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