Tenía que llegar. Y han sido los propios republicanos los que han hecho morder a Trump el polvo de la derrota al tirar su propuesta contra la ley sanitaria de Obama.

El mundo entero mira con expectación la reacción del presidente de EEUU, que según él mismo reconoce, no le gusta perder ni a las canicas.

Donald Trump sufrió un impresionante revés el viernes cuando los líderes del Congreso, controlado por su propio partido Republicano, retiraron un proyecto de ley para cambiar el sistema de salud de Estados Unidos, una de las principales promesas de campaña del presidente y sus aliados, según informa la agencia Reuter.

Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes retiraron del debate la ley que reforma el sistema de salud, conocida como Obamacare, debido que carecían de los votos para aprobarla, pese al intenso cabildeo de la Casa Blanca en el Congreso.

Originalmente, se había planeado una votación del proyecto el viernes después de que Trump cerrase las negociaciones con los republicanos y les diese un ultimátum para que votaran.

La Casa Blanca y los líderes de la Cámara no pudieron presentar un plan que satisficiera tanto a los republicanos moderados como a los más conservadores que se habían opuesto a la legislación.

«Aprendimos mucho sobre lealtad y aprendimos mucho sobre el proceso de conseguir votos», dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca y, pese a que los republicanos controlan el ejecutivo, la Cámara y el Senado, el mandatario trató de endosar la culpa a los demócratas, quienes estuvieron unidos en la oposición.

En medio de una caótica lucha por los votos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que fue promotor del proyecto, se reunió con Trump en la Casa Blanca antes de que la moción se retirara de la Cámara después de horas de debate.

Ryan dijo que recomendó sacar el proyecto de la Cámara porque no tenía los votos para aprobarlo y que Trump estuvo de acuerdo.

«No lo voy a suavizar. Este es un día decepcionante para nosotros», dijo Ryan en una conferencia de prensa, en la que sostuvo que sus compañeros republicanos están experimentando los «dolores de crecimiento» de pasar de un partido de oposición a uno de gobierno.

La derogación y sustitución de la Obamacare fue una de las principales promesas de campaña de Trump en las elecciones presidenciales de 2016, así como de la mayoría de los candidatos republicanos al Congreso.

La falta de apoyo a la medida pone en duda la capacidad de Trump para sacar adelante otros de sus planes, incluyendo recortes de impuestos y un impulso al gasto en infraestructuras.

 

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