Son muchos los empresarios y artesanos que hacen de la asistencia a Ferias su modo de vida empresarial. Acuciados por la financiación y la distribución limitada de sus productos, es en estos lugares donde mejor pueden colocar sus trabajos y productos artesanos. E incluso establecer alguna relación comercial con distribuidores y otros productores de mayor tamaño. Por tanto la presentación es un factor importante para participar en esas ferias de artesanía o exposiciones de pequeñas empresas del sector artesano (marroquinería, alimentación, etcétera).

Lo principal en el stand es que no haya saturación de productos sino una exposición razonable de las muestras que se quiere presentar a los posibles clientes. Si se fabrican cinturones, lo mejor es no exponer todos los que se han llevado, sino solamente uno o dos de cada tipo. De esta forma se genera una mejor interacción con los clientes para la venta. Y da igual que sea un cliente final o un distribuidor. Lo mismo sucede si se exponen quesos o productos similares. No hay que poner “todos” los quesos en el expositor, sino solamente la muestra.

Además de no ofrecer una exposición abarrotada, no por poner más se es mejor, hay que cuidar los aspectos del marketing de los productos. No basta con tener el mejor producto o el más innovador, hay que saberlo vender bien. Y para ello no hay nada mejor que recurrir a roll-ups o cartelería diversa. Es interesante hacerse un cartel con lo mejor que se ofrece mediante los múltiples programas informáticos de diseño e imprimirse uno mismo diversos carteles, esta página permite imprimir material gráfico. Pensando siempre, eso sí, no crear un cartel con exceso de mensajes. Mejor un mensaje breve que una retahíla de palabras. Y si se tienen varios productos más de un cartel.

Otra cuestión fundamental, en especial para los productores de productos alimenticios, es cuidar muy mucho las catas a realizar. Hay verdaderos maestros en el arte de salir comidos y bebidos de estas exposiciones. Mejor que ofrecer una cata (sea vino o queso, por ejemplo) sin control, porque al final nadie compra, es esperar a los clientes que se acerquen al stand y pregunten una degustación individualizada. Así se consigue una interacción con el cliente que puede propiciar la venta y/o aprender sobre los gustos de los consumidores. Lo gratis muchas veces se devalúa, pero ser un tanto sieso en la venta tampoco es la mejor forma de acceder al mercado.

Y, por último, pese a tener la constancia de que el producto que se ofrece es de lo mejor, hay que acudir con modestia a este tipo de ferias. Sabéis que vuestra marroquinería es de la mayor calidad posible, pero los competidores también se esfuerzan en ello. Por tanto lo mejor es dejar la prepotencia en casa antes de vender el producto y hacerlo sin hacer comparaciones, sino destacando las cualidades propias del producto que se ofrece. Y cuando se trata de productos alimenticios, lo más apreciable es guiar el paladar del cliente y explicarle los porqués de tal o cual sabor.

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