Hay que reconocer que llega a agotar el hecho de la emisión de nuevos comentarios sobre el tema del “proces” porque es mucho lo que se ha escrito sobre él, ríos de tinta, aunque siempre queden matices que pueden hacer necesario que se vuelva a reincidir en la cuestión; eso sí, hay que ser plenamente consciente de que se puede estar escribiendo en vano debido al hartazón que provoca el inagotable “problema catalán”.

Es digno de mencionar que los dos bandos irreconciliables son la derecha convertida en independentista –muchos, aunque hay que reconocer que con mala intención, pueden pensar que puede ser la forma de llevar al limbo la mucha corrupción pendiente en la política catalana-, que viene de la antigua coalición de Pujol y Durán, Convergencia i Unio, que dirigido por Puigdemont dentro del nuevo PDECat, controla el cotarro al que se le han unido ERC, y los independentistas antisistema de la CUP. El otro bando lo componen la derecha españolista: PP y Ciudadanos. Pero el gran problema para muchos es, ¿dónde se coloca la izquierda? Dicho de otro modo, ¿qué posiciones defiende la izquierda? Para los que podamos comulgar, “grosso modo”, con las posturas de esta parte del espectro político, es del máximo interés analizar qué defienden el PSC-PSOE, Podemos, y aunque de forma más marginal IU V.

Algo que de principio se presenta bastante extraño es que gran parte de la coalición independentista viene de la derecha, PDECat, y ERC que desde hace tiempo es más independentista que de izquierda.

¿Pero y la izquierda? Si vemos lo que hace el PSC-PSOE, se observa a primera vista que se coloca en una oposición cercana a la del PP y Ciudadanos, aunque se desmarque de los populares con metáforas como nación de naciones y otras que no están en juego. La explicación dada por Patxi López en una cadena radiofónica, situada inicialmente en el marco federalista diseñado en el documento de Granada y excelentemente desarrollada por Pérez Tapias con su doble consulta Cataluña-España, se fue abajo en cuanto se le preguntó lo que subyace en el fondo: ¿Qué piensan del derecho a decidir? Toda la retórica emitida hasta ese momento se derritió como un azucarillo en el café. No hay respuesta.

Por lo que se refiere a Podemos, o para ser más correcto Unidos Podemos, como la cuestión de apoyo a un referéndum con garantías les ha dado beneficios en las nacionalidades históricas, ahí se quedan entre dos aguas sabiendo que no va a haber referéndum pactado y vinculante.

Resumiendo, frente a la postura independentista del “derecho a decidir”, ¿dónde está escrito?, y la del PP, Ciudadanos y PSC-PSOE -aunque con propuestas federealistas- que es desde hace tiempo “dura lex sed lex”, no se admiten términos medios. Está claro que unos y otros perdieron un tiempo precioso para dialogar, con el agravante para PP que tuvo las narices de cargarse la solución que era el Estatuto elaborado y aprobado en su día. En el bando de la izquierda, Unidos Podemos se está escapando por la gatera de un referéndum vinculante que no se ha producido ni se le espera.

Conclusión: la izquierda ha intentado colocarse sin conseguirlo entre las dos posiciones enfrentadas, transmitiéndole a sus seguidores una situación de ambigüedad nada deseable. En estos momentos sólo vale o centralismo por ley o independentismo por narices; eso sí, vistiendo esto último con el matiz “democrático” que lleva una elección.

Con los datos que se tienen de esta realidad, particularmente me apunto a un centralismo tipo estado francés, antes que a un derecho a decidir que lo único que ha demostrado es un grado de insolidaridad inaceptable. Conviene recordar que los jacobinos eran burgueses, sí, pero defendían los intereses de los más débiles: los trabajadores.   

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