La Caza 

Entre romero, tomillo, espliego y margaritas unos cuantos ganaderos, escopeta en mano, esperaban a los perros para iniciar la caza. Entretanto charlaban.

Mientras el frío de la mañana y el rocío se les metía en las casacas y engullían un morro de cerdo achicharrado por la llama, en una parrilla, y bebían vino de las botas, departían con entusiasmo sobre las expectativas del día y sobre cuáles eran las mejores piezas que uno podría colgar de su tahalí.

La conversación derivó hacia los animales de los que sacaban los cuartos que les permitían estar allí, en esa montería de a seis mil euros el día; los toros.

Uno de ellos, un conocido ganadero cuyos astados tenían fama por ser muy aguerridos, teorizaba sobre que, la nobleza de un toro, está en vivir a cuerpo de rey para, llegado el momento, saber entrar al capote con galantería y mostrar siempre su bravura. Explicaba con pasión que una faena en la que el torero, apoyado en todo momento por su capote, se muestra valiente y en la que el toro lucha contra él en las mismas condiciones, es el fundamento del arte del toreo.

Otro de sus compañeros de armas, sin embargo se decantaba más por el rejoneo. Decía que al arte del toreo se le suma el de la doma del caballo, ambos oficios muy particulares y complicados y que por tanto, el mérito es doble.

Un tercero, gustoso también de los toros y los cosos taurinos, sin embargo, se apasionaba explicando que como los recortadores, no haya nada. Allí, sin capote, a pecho descubierto es como el hombre lucha contra el toro sin más utensilios que su propia valentía e inteligencia y que por tanto es mucho más meritorio.

La conversación fue derivando y el primero, al que le gustaban más las capeas en las que el torero pisa el albero, decía que para un toro, lo importante es la forma en la que muere. Porque todos nacen y viven para eso. Se pasan años corriendo y pastando por el campo a su libre albedrío con único fin de dar espectáculo, por lo que resistir al picador, las banderillas y morir finalmente de una estocada, es lo que más le magnifica de tal forma, que, si la faena es tan soberbia como para que el torero merezca las dos orejas y el rabo, y para ello el animal es tan importante o más que el propio maestro, el morlaco puede ser indultado y puede seguir viviendo, añadiendo a su ociosidad, el maravilloso fin de acabar siendo el semental de la ganadería.

Un cuarto, de los que engullían el morro de cerdo, bromeaba que, si se trata de vivir lo más y mejor posible, los mejores eran los cabestros. Toros inteligentes. Porque nacen como los demás, viven como los demás, pero a la hora de embestir, se han dado cuenta de que eso les llevará a la plaza y a morir inevitablemente y se hacen los tontos. No solo no mueren sino que ni siquiera tienen que pasar por el sufrimiento de las banderillas, la pica y acabar desangrado por una hemorragia interior a consecuencia del estoque.

La gracia pareció gustar entre los monteros que reían a carcajadas mientras se pasaban la bota. Tanto les gustó que para seguir la chanza, le preguntaron a Juanillo, el hijo del mayoral al que trataban todos como si fuera idiota, sobre cuál era la mejor de las vidas y la mejor forma de muerte de un toro, según su opinión: el rejoneo, la corrida o los cabestros. Juanillo inocente pero con desparpajo dijo:

– “Si yo fuera toro, primero me escaparía de la dehesa para que no me cogieran. No creo que me hiciera gracia que me metieran en un sitio cerrado del que no puedo salir, me claven un hierro que me desangra, luego varios más de ellos que me provocan gran dolor y que        siguen desangrándome, para al final acabar acuchillado. Ninguna forma de morir es        buena. ¡Lo importante de la vida no es como muere uno, sino poder seguir viviendo!”


 

PPnatas

Hoy quisiera llegar a aquellos que no me leerían nunca. A aquellos que no piensan como yo (gracias por no hacerlo, sino, no podría aprender nada de vosotros). A aquellos que viven su vida sin preocuparles la situación política porque piensan que ésas, son cosas de unos cuantos “inadaptados” y de los políticos que viven de ello y que además todos son iguales. A los que no ven cómo se nos van los derechos recogidos en la Constitución por el sumidero del fascismo del PP. Hoy quisiera llegar a aquellos que están hartos de los catalanes, aquellos que creen que lo que dice la televisión de que están dando un golpe de estado, que son insolidarios y que no respetan la ley, significa algo mucho más importante en sus vidas que las prohibiciones de los actos de reunión y opinión, del registro de periódicos o la incautación de pasquines. Hoy quisiera llegar a aquellos que creen que España es imprescindible en su ideario. Pero no la vida de los españoles: el paro, los contratos de miseria, la falta de derechos o la corrupción, sino España entendida como algo etéreo, una nación indisoluble a la que hay que defender, incluso con la vida. A aquellos que gozan con el triunfo de un español en la competición y a los que no les importa que éste tributa en Suiza.

Quizá muchos de ellos se acuerden de aquel poema de Martin Niemoeller (algunos lo reconocerán como obra de Beltolt Brecht, aunque estén equivocados)

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar.»

Quizá ahora mismo, se estén preguntando que tiene que ver este poema con la situación actual de España. Como en la Alemania Nazi, algunos partidos son colaboradores pasivos del fascismo pepero. Dicen que importa más España que los derechos de las personas. Hay muchas personas que no le dan importancia, porque, de momento, a ellos no les toca.

A todos estos españoles que se encienden cuando ven las Esteladas y les enfada que Cataluña quiera votar, pero que ni sienten ni padecen cuando siete mujeres mueren por una devolución en caliente, les pido que piensen dónde estarían ellos sí, cuando su madre o su padre emigraron a Madrid o a Vigo, Barcelona, Bilbao, Oviedo o Zaragoza desde el pueblo, la Guardia Civil se hubiera cruzado en su camino y hubiera hecho volcar el coche de línea que los llevaba allí dónde buscaban una vida mejor, porque en el pueblo no había salidas. ¿Dónde estarían ellos ahora?

A todos estos españoles que se enfurecen cuando ven como silban al Rey y a Rajoy en una manifestación, pero que no les preocupa lo más mínimo que el gobierno del PP le haya regalado 60.000 millones de euros del dinero que es de todos a los bancos fondos retirados de la Sanidad y la Educación pública, de la dependencia y de las pensiones, que hagan el intento de ponerse en la siguiente tesitura: “cuando están en la librería comprando los libros de texto de sus hijos, alguien entra por la puerta y les quita el dinero con el que van a pagar los libros, y se lo dé a su vecino, ese capullo que no paga a sus empleados y presume de Mercedes o de BMV deportivo. Para colmo que sus hijos tienen que estudiar con fotocopias borrosas pagadas encima como si fueran libros”. O en esta otra: “van al dentista porque tienen una muela que les duele, al entrar les quitaran los 200 euros de la endodoncia y se los dan al dentista y éste sin haberles mirado, les convide a que la muela se la sacasen con un tirón”.

A todos estos que se enardecen cuando ven a Puigdemont, o a Gabriel Rufián o a Junqueras o Ada Colau, y a los que les parece bien que la fiscalía les pueda imputar por el Referéndum, pero que ni se han enterado, o simplemente no lo creen importante, que la Audiencia Nacional ha anulado multas por valor de 1.100 millones de Euros a grandes empresas como REPSOL; Inditex o Telefónica, que se imaginen cómo se sentirían si el Administrador de su comunidad les perdonara las cuotas a los vecinos morosos mientras tienen que ver cómo éstos se van de vacaciones a su costa, tienen un móvil de última generación que vale mil euros o están todo el día en el bar.

A todos aquellos que se enfadan hasta el punto de perder la razón porque la Generalitat se gasta el dinero en un referéndum para realizar una consulta, pero que no les importa cuánto nos ha costado los novecientos casos de corrupción del Partido Popular, los millones de euros que Gallardón gastó en la M-30 y las decenas de millones dilapidados en el Canal de Isabel II, que piensen que, con ese dinero no habría habido recortes en la sanidad, que se podrían haber construido cientos de colegios o que no habría hecho falta subir el IVA del 18 al 21%.

A los que creen que está bien que la fiscalía se salte la legalidad y llame a declarar a alcaldes y concejales, y a los que creen que no es importante que estos individuos del Banco de España encabezados por MAFO, no sean imputados por el caso Bankia que miren a su alrededor, sobre todo si viven en Madrid o Valencia y se lo digan a la cara a su vecino, ese que perdió todos sus ahorros en el invento.

A todos aquellos que están hartos de Catalunya y que no les importa si la Guardia Civil arresta gente por hacer publicidad del referéndum o que la dediquen a buscar papeletas en revistas y semanarios, que piensen en los murcianos, gente de bien, que protestaban porque no quieren que el AVE divida la ciudad en dos, y acabaron siendo tratados como delincuentes. Cuando veas como un guardia civil empuja a un aficionado al ciclismo y lo estampa contra la carretera, cuando veas que la policía utiliza la porra y hace abuso de la fuerza y te da igual, piensa que, el día que a tú quieras protestar porque quieren tirar injustamente tu casa o te quieren expropiar improcedentemente una finca o porque tus hijos no pueden estudiar porque no hay plazas en el centro que tú quieres, a ti te va a pasar lo mismo. Entonces clamarás justicia y pedirás ayuda.

A todos aquellos que creen que una España unida es lo más importante en la vida, pero que viven con indiferencia que por culpa de este desgobierno uno de cada tres chavales no acaben la educación secundaria, que le da igual si la educación es pública o concertada, incluso prefiere la educación privada concertada, me gustaría verles cuando aquellos de sus hijos a los que no les gusta estudiar, pero tienen capacidad para la mecánica, la fotografía, la joyería o la fontanería, quieran hacer un módulo de FP y se encuentren con que en la pública, dónde la educación es subvencionada íntegramente con nuestros impuestos, no hay suficientes plazas y para poder hacer el módulo que les dé titulación (que no capacitación) tengan que gastarse un mínimo de 2.000 euros en la concertada o la privada. Si no puedes disponer de esa cantidad, tus hijos acabarán siendo NINIS, como el 21% de los jóvenes en España.

Si alguien cree que esta situación de violencia no la ha creado el Partido Popular, que piense cuando en España, se le ha colgado un cordero muerto a un alcalde en la puerta de su casa, por ser africano. O porqué es delito pasear con una bandera republicana pero no pasearse por un albero con la bandera franquista.

Las fronteras son imaginarias y las mentales, además producen intolerancia y violencia. La situación de represión y fascismo que ha renacido en este país a consecuencia de la intransigencia del Gobierno y de su permisividad con el fascismo, solo beneficia a quiénes han copado todas las instituciones del estado con sus adeptos. Los sucesores de los que en 1936, a falta de votos, usaban pistolas y arengaban y actuaban con violencia. Los que se autoproclamaron salvadores de la patria. Los que hicieron fortuna con el régimen franquista y ahora están implicados en cientos de casos de corrupción. Los que no quieren que Cataluña se vaya, no por patriotismo (ellos son más de Suiza o Panamá) sino por demostrar quién manda y sobre todo porque dejarían de tener control económico del 20% del PIB y tendrían que dejar sus suculentas poltronas en los Consejos de Administración de las principales empresas del país.

Yo no quiero que Cataluña se vaya, por eso quiero que voten en libertad. Y dada la situación creada por estos manipuladores, por los que apelan a la legalidad pero utilizan cualquier triquiñuela para saltársela, por los que han politizado el TC y el CGPJ para que sirva a sus intereses, si fuera catalán votaría que sí, aunque nada más fuera por quitarme a esta gente intransigente de encima.

España tiene un problema que le cuesta noventa mil millones de euros al año y no es Cataluña. Un problema de fascismo y represión y Cataluña no es la responsable.

Salud, laicidad, república y más escuelas.

4 COMENTARIOS

  1. Cuando empieces a leer y pienses que va de gracietas, no lo creas, sigue leyendo, es un artículo de los que hacen mella y dejan huella, entresaco:
    «…que piensen en los murcianos, gente de bien, que protestaban porque no quieren que el AVE divida la ciudad en dos, y acabaron siendo tratados como delincuentes…» (todo me atañe, pero soy murciana y esto, verlo, me hizo daño).
    Y este Rompetechos que no ve al burro montado en la moto, son/somos tantos, que o nos graduamos la vista, o cuando llegue el momento, estaremos en la puerta de la Vela, con la mano extendida, que así es como les gustaría vernos a los que mandan. Y si no al tiempo.

  2. Lo de Rompetechos está hecho a propósito. Algunos no han captado el mensaje. Pero es evidente que en España Rompetechos hay muchos.

    Salud, y gracias por compartir.

  3. Gran artículo, pero España está llena de rompetechos y por si fuera poco estos Hooligans de la política no escuchan ni piensan por si mismos.
    Son zombies, solo fútbol y la cañita de los domingos, mientras no les falte eso iran donde les lleven con las orejeras puestas.

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