Pablo Casado tiene 36 años, es de Palencia y representa la mejor imagen del PP. Quizá por eso, antes de que su nombre sonara para sustituir a Esperanza Aguirre como candidato dentro de dos años a la Alcaldía de Madrid, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, le quiso como delfín. No puedo ser.

La comunidad de Castilla y León que más mayorías absolutas ha regalado a Génova, y donde la paz interna por el propio carácter castellano poco reivindicativo y enemigo de escándalos evita guerras políticas reales, hubiera encajado de maravilla con el joven Pablo Casado. Más afín al carácter de Herrera que el del actual presidente del partido en esta Comunidad, Alfonso Fernández Mañueco. Sin embargo, la crisis abierta en la región desde que Rosa Valdeón se viera obligada a dimitir como vicepresidente de la Junta – la sustituta natural de Juan Vicente Herrera, por un incidente en la prueba de alcoholemia hace seis meses,- ya presagiaba cambios más en la línea de Maillo que en la de Herrera.

Génova, sin embargo, que no atendió a la solicitud del presidente de la Junta de Castilla y León para quedarse con Casado, sí ve con buenos ojos –aunque no es oficial- que el diputado y vicesecretario de Comunicación en su partido sea el próximo candidato a la Alcaldía de Madrid por el PP.

Fuentes populares aseguran a Diario16 que “Casado representa el futuro, un perfil más moderado, más contundente contra la corrupción, poco vinculado a las personas que la están liando en el PP, pero con madera de líder”. Según explican, “no es un ingenuo y sabrá aprovecharlo”.

Dicen los que le conocen bien que Pablo Casado se ha convertido en la mejor imagen del PP. Con capacidad de Comunicación, y para manejar a medios y periodista, la joven promesa popular es buen tertuliano televisivo, controla las redes sociales que gestiona él mismo, y se muestra cercano a los periodistas, a los que no amenaza, aunque sabe que tiene el poder, como hacen otros compañeros de partido.

Poco que ver con Fernando Martínez Maillo, el número 3 del PP, que le cortó las alas para presidir el partido en Castilla y León, y poder ser el próximo presidente de esa comunidad, pero que, sin embargo, ahora ve con buenos ojos un perfil como el del joven popular para hacer olvidar lo antes posible la figura de Esperanza Aguirre.

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