En la segunda oleada de participación dada a conocer por el Gobierno, ésta se situaba, a las seis de la tarde, hora peninsular, en el 51,19% del censo, mientras que el 20-D fue del 58,22 por ciento. Así pues, un 7% menos de electores que en los anteriores comicios. Hay que recordar, no obstante, que ahora estamos en plena época estival, de piscinas, campo y playa, y que, con toda probabilidad, la presencia en los colegios electorales se incrementará en el último momento, pleno atardecer y menos caluroso.

No obstante los analistas ya habían avisado. La abstención va a ser superior entre un 3 y un 4%. ¿Por qué? En primer lugar, porque los electores han castigado a los partidos políticos por no ponerse de acuerdo en estos seis últimos meses para formar un gobierno cuando el mensaje está claro, y la opinión pública deduce que no lo han entendido.

También hay que tener en cuenta que donde la abstención está siendo más alta es en Catalunya y Madrid. En el Principado, una mezcla de desilusión en lo que a los resultados de la llamada “desconexión de España” se están produciendo, la desbandada de la CUP y, sobre todo, lo más importante, el desastre en materia de corrupción que ha supuesto la “refundación” de Convergencia Democrática de Catalunya con un rumbo que todavía es una incógnita. Hay que tener en cuenta que el pasado 20 de diciembre de 2015 todavía no se conocían las dimensiones finales del “Caso Pujol” que todavía colea. El ex presidente de la Generalitat siempre fue un referente para el pueblo catalán. Lo que ha pasado con él, en  estos meses, ha supuesto una gran desilusión para el electorado, sobre todo el nacionalista.

En Madrid está pasando lo mismo. En esta Comunidad Autónoma no se entiende cómo no se logró un pacto y cómo ha sido posible seis meses sin gobierno. Encima con la urgencia añadida de encontrar una salida ya que si ahora no se logra un final  a este periodo de incertidumbre, la situación se tornará difícil. Sin un proyecto de presupuestos del Estado para 2017 que debe confeccionarse en septiembre, según la Ley, y con la Unión Europea llamando a nuestras puertas para llegar a un acuerdo en materia de estabilidad presupuestaria.

Lo cierto es que la abstención se está notando más en las grandes comunidades y, sobre todo, en los grandes núcleos de población lo que, sin duda, beneficia a los grandes partidos, PP, y PSOE.

Pero todavía queda tiempo.

 

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