Un acto de Podemos en Vistalegre.

Una vez concluido el proceso electoral en PODEMOS, se hace necesaria una valoración. No es una valoración institucional, ni sectorial. Es simplemente una explicación de cómo he vivido yo este Congreso y lo que creo que suponen los resultados.

Muy Deficiente:

La Organización. Ya se que las medidas de seguridad vienen impuestas por la legislación vigente y la Delegación del Gobierno. Pero tratar una asamblea o congreso de un partido como un vulgar acontecimiento deportivo en el que para entrar te cachean, te impiden el acceso con botellas más grandes de medio litro y te quitan los tapones, me parece fuera de lugar. Si además llueve y montas un pifostio en la puerta, bajo la lluvia, con la desinformación en la que has asegurado en manuales y las redes que no se podrá entrar con paraguas, tienes seguro que medio aforo acabará enfermo en los siguientes días.

Deficiente:

Todos esos medios de comunicación, sobre todo los informativos de La Sexta con Ferreras a la cabeza que, durante todo el congreso, han estado haciendo periodismo amarillo, buscando gestos, malas caras, desconsideraciones o acciones que pudieran suponer un desencuentro personal entre Iglesias y Errejón. Y como no lo han tenido, han intentado hacer creer que, a pesar de los saludos, abrazos y choques de mano, todo se hacía falsamente bajo una tensión latente.

Tampoco creo que aprueben el 80% de los ponentes. Personas cuya inteligencia y trabajo no valoro pero con una dialéctica aburrida, monótona, populista y vacía. Ponencias que no enganchaban a la concurrencia y que, de no ser por la necesidad imperiosa de cambio, no atraerían mi voto ni de lejos.

La conciencia feminista. Los propios amenizadores, aburridos y con ninguna gracia, más propios de una escuela infantil que del entretenimiento de personas adultas. En uno de esos diálogos de besugo en los que le preguntaban cosas al público asistente, se olvidaron de las madres, de las hijas, de las mujeres.

Las ponentes feministas, salvo un par de excepciones también mediocres. Parecía que se conformasen sólo con las migajas de la creación del Observatorio Feminista. ¡Y los tópicos, por dios! Y ni una sola mención a los asesinatos de mujeres, hasta el domingo con Iglesias, tras lo acontecido en Seseña.

Resultados

A pesar de lo que algunos medios han titulado, empeñados en alimentar la guerra interna y sobre todo en hacer de Pablo Iglesias la reencarnación de Pedro Botero, Iglesias no se ha impuesto a Errejón. No era una lucha de titanes. No era una lucha entre líderes. Era una lucha entre caminos a seguir. Una lucha entre personas de la vieja política que creen que su valía es imprescindible y que, por tanto, tienen que estar siempre ahí para dirigirnos hacia lo que nos conviene, y entre los que pensamos que las sillas son de los electores, que los puestos no son vitalicios y que los plebiscitos son imprescindibles en democracia. Y no, Pablo no ha ganado. Hemos ganado los que creemos que es imposible negociar con el establishment, que la calle es tan necesaria como el Congreso de los Diputados, que la presión social es imprescindible para darle la vuelta a esta regresión, a la injusticia social y al nuevo feudalismo económico que sufrimos. Han perdido los que creen que el Parlamento es el único camino para cambiar las cosas y sobre todo los que opinan que para gobernar es necesario que nos voten desde los de Fuerza Nueva a los de la LCR, sin darse cuenta que esos no nos votarán nunca y que las copias acaban siendo siempre arrojadas a la basura.

No ha ganado Pablo Iglesias porque muchos nos hemos quedado con las ganas de votar en conciencia. De votar más masivamente la lista de Urbán. De haber mezclado mucho más las listas. Pero hemos acabado votando casi la totalidad de la lista de Iglesias para lanzarle un mensaje claro a los transversales. La transversalidad es un invento de la vieja política. De los que se inventan cortinas de humo para que nada cambie. Los que nos han dejado sin trabajo remunerado y sin futuro.

Hemos ganado todos. Ha ganado el pueblo porque ahora PODEMOS sigue siendo un proyecto rompedor al que los indecentes, los de las corruptelas y los de las puertas giratorias, le seguirán teniendo miedo.

Alguien me decía que los lobistas de la candidatura de Errejón se harán con el partido en cuatro años. Es posible. Aunque al paso que vamos si no revertimos esto, en cuatro años puede que ya no haya proyecto.

Para finalizar y como aviso a navegantes, a los #Vertimedios y a los que dentro de la Organización tienen el culo pegado a la silla con Loctite, que te obliguen a dejar una portavocía, una representación, no es una purga. El que pierde es relegado justamente porque su proyecto no le gusta a la mayoría. Aquí no estamos ante el dedo absurdo de Rajoy que pone y quita sin que pase nada. Aquí hemos puesto y quitado más de 165.000 personas.

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Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.

4 COMENTARIOS

  1. Creo que es el primer artículo desde hace ni se sabe con el que siento identificadas mis opiniones o ideas. Espero que la gente te lea xk hay una ceguera x el país…

  2. Cuando en Podemos se ablandó el discurso hacia la socialdemocracia perdieron un millón de votos. Así que la gente dice claramente que por ahí no pasan, que para eso ya está el PSOE disfrazado de izquierda.
    Los votos a Pablo Iglesias hablan por sí solos. 60%.

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