Qué queréis que os diga, me gusta el fútbol. Heredé de mi padre el amor por este deporte cuando el balompié alimentaba el hambre y violaba los derechos laborales de los futbolistas. Y como escribió Albert Camus, “Pronto aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga”.

En fin. Al igual que Johan Cruyff, con su Naranja Mecánica, revolucionó el mundo del fútbol, Pablo Manuel Iglesias, con su partido político PODEMOS,  alteró la acomodada vida del bipartidismo en este país.

Con su indumentaria morada y un círculo por escudo,  el tridente Pablo, Errejón y Echenique intentan jugar al famoso “tiki taka” dirigidos por el Míster Monedero y la coach Bescansa.

He de confesar que el equipo me caía bien, pero una de las cosas que aprendí de este deporte, es que las tácticas marrulleras, los codazos, el quítate tú para “rematar yo”  dicen muy poco del juego en equipo y pasas pronto de ser el “gallito” de la liga a un eterno segunda división.

En el mercado de invierno, ficharon a la eterna promesa, Alberto Garzón. Lo que a priori parecía un refuerzo para la banda izquierda, quedó como un perdedor con suerte. Un suplente, que veía peligrar su joven carrera y eligió ser cola de león antes que cabeza de ratón para no quedarse fuera de la cancha del parlamento.

La columna vertebral de la escuadra morada procede de un equipo que, hasta hace muy poco, jugaba en tercera división, “los anticapis”. Están acostumbrados al juego duro, a batirse el cobre, han nacido bajo cánticos, eslóganes y banderas. Toque de balón no tienen, por mucho que alardeen de formación y entrenamiento. Son más bien de “marcaje al hombre”, huyen de la defensa en zona, porque en ella, se ven sus carencias.

Cuando estos peloteros “anticapis” quieren conseguir más “primas” de PODEMOS utilizan viejas tácticas y estrategias, propias de los equipos de principio del siglo XX.

Intentaron asaltar la liga y se clasificaron, a duras penas, para la Europa League, donde tienen que pelear con formaciones de todos los colores. Pronto demostraron sus carencias: “Somos porque ganamos y cuando perdemos dejamos de serlo”.

Con la bisoñez de un club que por primera vez gana un torneo, han conseguido alguna liga local, bien por el desgaste del equipo rival o por penaltis en el último minuto. No acostumbrados a defender títulos, cuando tienen que dar la cara, dan más de cal que de arena.

No dejo de reconocer que el planteamiento que hacen, un partido sí y otro también, es bueno y digo más, ilusionante. Pero a la hora de la verdad, olvidan cómo darle al balón,  jugando más al desmarque con una actitud agresiva. Olvidan ser el “Iniesta de mi vida”, siendo un “Arbeloa” más.

Eso sí. Sus forofos y ultras no tienen carnet. En su cancha, tiene cabida todo el mundo, su lema “Podemos es la gente y la gente es Podemos”, llena estadios. Y allí están, mezclados entre ellos, los del “Sí a la OTAN”, “Construyendo Poder Popular”, “Socialdemócratas”, “Militares”, “Guardia Civiles”, “A por la III República”, “No nos representan”, ”Toma la Plaza”,……. Aunque muchos salen defraudados al ver que sus jugadores no tienen fuerza, ideas de juego, ganas, … y que siguen con la táctica propia de los “viejos equipos”, y así, “No se puede”.

Dentro de pocas fechas, volverán a tener convivencia de peñas en Vistalegre, santuario de ilusiones para unos, teatro de la realidad para otros. Y Pablo Manuel insiste que quiere seguir jugando con Errejón, que le encanta que Iñigo le centre el balón al área para rematar a puerta. Lo malo, es que Iñigo, “el pibe” es más de  jugar por el centro izquierda y eso no entra dentro de los esquemas del Club. Podemos, es un equipo que intenta jugar por la izquierda, destruyendo a la izquierda y no quieren a nadie con el pie cambiado en el once titular. Quizás, si se mantiene como acompañante de Iglesias Turrión, quede solo para tiros con barrera, porque los remates a puertas y los penaltis son todos para Pablo Manuel.

“No soy el mejor del mundo, pero no creo que haya nadie mejor que yo” José Mourinho.

Salud.

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