Desde el mismo momento en que presentó su dimisión como Secretario General, Pedro Sánchez ha utilizado la estrategia del victimismo para hacerse con el apoyo de la militancia. No hay más que recordar la entrevista concedida a Jordi Évole en la que sólo le faltó hablar de una confabulación judeo-masónica para obligarle a dimitir. Hasta ahora parece que le está funcionando porque no son sólo los 57.000 avales presentados sino el voto oculto que hay o los miles de militantes que han avalado a Patxi López y que posiblemente cambien el sentido de su voto hacia Sánchez para derrotar a Susana Díaz.

Este punto es algo que Sánchez conoce muy bien. Sabe perfectamente que hay mucha militancia que no votaría jamás por la presidenta de la Junta de Andalucía por representar un modo de hacer política cimentado en el funcionamiento del aparato del partido. Las otras primarias a la Secretaría General dan fe de que las bases del PSOE, cuando se les da la voz, suelen rebelarse contra la dirigencia. Lo vimos en la elección de Josep Borrell contra Joaquín Almunia y en las primarias que ganó Sánchez en 2.014.

Otro aspecto que Sánchez maneja a la perfección es el de hacerse la víctima y colocar su posible victoria dentro de los parámetros de la épica haciendo partícipes de esa hazaña a los propios militantes por mucho que después se olvide de ellos una vez alcanzado el poder, tal y como demostró durante su mandato anterior. Pedro se presenta como la voz de la militancia, como el Secretario General que va a devolver al partido a la militancia y pone como argumento que lo logrará incluso por encima de las influencias del aparato que ya le hicieron dimitir en octubre. Todo el mundo está contra él salvo las bases. Ese es, al menos, el mensaje que transmite.

Afirma el ex Secretario General que él se vio obligado a dimitir por las presiones de los poderes externos (Prisa, Telefónica, el IBEX…) y por la acción del aparato en el Comité Federal. Se olvida siempre de citar que aquel Comité Federal vino tras un nuevo fracaso electoral en Euskadi y Galicia, tras el cambio interesado de estrategia de cara a la investidura de Rajoy, tras las presuntas negociaciones con los independentistas para que le apoyaran de cara a la investidura y presidir un Gobierno multipartito, tras los movimientos encabezados por él para organizar unas primarias express y un Congreso Ordinario que llevaba aplazando desde el mes de febrero de 2.016 saltándose las decisiones del Comité Federal. Sánchez parece haber olvidado cómo el 1 de octubre maniobró para que se siguiera su línea estratégica colocando, incluso, una urna para que se votara sin ningún tipo de garantía. Pero, claro, es mejor presentarse ante las bases como el líder al que el aparato o Susana Díaz apartó del puesto (cuando realmente dimitió) porque defendió sus convicciones de cara a la investidura de Rajoy, unas convicciones que, por cierto, eran otras cuando aseguró a Felipe González que permitiría gobernar al PP y que haría una oposición fuerte.

La propia estrategia de la presentación de avales es un reflejo de esa explotación del victimismo y de aprovecharse de la oposición de las bases a Susana Díaz. El hecho de que el margen entre la presidenta de la Junta de Andalucía y Sánchez haya sido de tan sólo 5.000 avales va a provocar un trasvase de votos del ex Lehendakari hacia el ex Secretario General que puede cambiar la balanza e, incluso, hacer que la victoria de Sánchez sea abrumadora. Un porcentaje importante de las bases tiene como único objetivo que Díaz no sea la próxima Secretaria General por lo que la fidelidad de su voto respecto al candidato avalado va a cambiar.

El propio ofrecimiento de Sánchez a López de unir las candidaturas también forma parte de una estrategia basada en el victimismo porque, como era de esperar, el no del ex Lehendakari va a movilizar en favor de Sánchez a muchos de los avalistas del primero. Ya no estamos en territorio de especulaciones, estamos en plena campaña. Todo vale.

Por otro lado, en el caso de que ganara Sánchez puede producirse una revolución a nivel nacional. Está cogiendo fuerza un rumor por el cual el ex Secretario General podría presentarse como candidato a la Presidencia de Gobierno en la moción de censura de Podemos y el hecho de que haya una posibilidad de que Pedro sea presidente podrá arrastrar también votos.

3 COMENTARIOS

  1. Cree el ladrón (y el mentiroso) que todos son de su condición.
    ¡¡José Antonio Gómez, que se te ve el plumero!!
    Menos mal que tus patronos de la Gestora y de la candidatura de la sobrealimentada y «oficialista» candidata avalada por el PP, te pagaran por línea escrita, porque como tuvieras que cobrar por credibilidad, te ibas a morir de hambre.
    Interesantes artículos para leer si queremos tener información completa:
    http://nuevatribuna.opennemas.com/articulo/espana/borrell-relata-%E2%80%98idus-octubre%E2%80%99-claves-derrocamiento-pedro-sanchez/20170505160242139491.html
    http://blogs.publico.es/…/supongamos-que-gana-pedro…/
    http://ctxt.es/…/primarias-sanchez-diaz-psoe-cristina…

  2. Yo creo que tiene mas razon que el maestro yoda. Este personaje siempre fue de vixtima y todo lo malo que esta pasando en el PSOE no es mas que por su culpa. Y respecto al autor dire que en otros artículos tambien fue muy critico con susana coml con pachi.

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