29 años, estadounidense de padres afganos y homófobo declarado, amén de maltratador habitual de su ex pareja. Omar Mateen es el nuevo enemigo público número uno de Estados Unidos tras dejar una estela de muerte y horror en un club gay de Orlando este domingo 12 de junio, con un balance provisional de 50 muertos y 53 heridos, muchos de ellos en estado crítico, la peor masacre en la historia de Estados Unidos tras el fatídico 11-S de 2001.

El FBI ha confirmado que Mateen, que fue abatido por la policía estadounidense en el interior de la discoteca Pulse, llamó al número de emergencia 911 antes del ataque y habló acerca del autodenominado Estado Islámico (EI), que ha reivindicado la autoría de la matanza. Aunque los investigadores aseguran que el asesino pudo tener motivos ideológicos para perpetrar la masacre, sigue sin haber confirmación de que Mateen estuviera asociado a un grupo terrorista en particular.

Mateen residía en la localidad de Fort Pierce, a medio camino entre las ciudades de Orlando y Miami, en la costa este de Florida. El FBI ya tomó declaración en 2013 al autor de la matanza de Orlando después de hacer supuestos “comentarios incendiarios” a un amigo. Aquella investigación terminó archivada. Un año después, volvió a ser investigado por los agentes para saber si había tenido alguna conexión con el atacante suicida estadounidense Moner Abu Salha, que se unió al Estado Islámico en Siria. También estas pesquisas quedaron en nada al no hallarse ninguna relación entre ambos.

Mateen trabajaba como empleado de seguridad en una empresa privada, G4S, desde septiembre de 2007. “No estaba de guardia cuando ocurrió el incidente”, subrayó la empresa de seguridad para la que trabajaba Mateen a través de un comunicado, que ya aporta datos informativos a las fuerzas de seguridad estadounidenses para aclarar los hechos.

Rifle AR-223El asesino perpetró la matanza con dos armas, un rifle tipo AR calibre 223, que destaca por la alta capacidad de realizar disparos continuos, y también con una pistola semiautomática de 9 milímetros. Ambas fueron adquiridas por Mateen de forma legal hace apenas unos días, según confirman fuentes del FBI.

Por su parte, Sitora Yusufiy, la exesposa de Mateen, ha asegurado que su expareja era alguien “inestable emocionalmente”, que la golpeó en varias ocasiones durante su breve matrimonio. “Era un enfermo mental. Esa es la única explicación que puedo dar y estaba evidente perturbado”, dijo, además de contar que fue “literalmente rescatada” de la casa en la que vivía con Mateen. Sitora reconoce a los medios estadounidenses que quedó “devastada, conmocionada” tras conocer los hechos. “Empecé a temblar y a llorar porque más que nada estaba tan profundamente herida y triste por las personas que perdieron a sus seres queridos y las familias que están sufriendo ahora”.

El padre del asesino, Seddique Mateen, reconoce que las acciones de su hijo probablemente están motivadas por su pensamiento contra la homosexualidad, pero descartó que actuara movido por motivos religiosos. Según el padre del asesino, Omar Mateen se molestó enormemente hace unos días después de ver a dos hombres besándose en público en Miami.

Esta declaración del padre contrasta con la nota publicada por la agencia de noticias Amaq, vinculada al Estado Islámico, que cita una supuesta declaración del grupo vinculando a Omar Mateen como uno de sus “combatientes”.

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