Bien empezó Pedro Sánchez en sus primeras primarias cuando decía que no se trataba de ser de izquierdas o de derechas, sino de ser socialistas. Luego, empujado por los arbitristas de turno, se lanzó a tapar el hueco por donde, según esos analistas, se nos estaban escapando los votos hacia Podemos, y su discurso se hizo más izquierdista. ¡Qué pena que no comprendiéramos que los votos se escapaban por falta de ilusión, no de izquierdismo!

Tengo una vecina con la que comparto el análisis político. De hecho, hay por ahí un test ideológico para determinar con qué partido político se identifican más tus ideas, y tras invitarla a que hiciera el test, le salió una identificación cien por cien con el Psoe. Sin embargo, esta vecina es antisocialista furibunda y siempre ha votado a la derecha; en algunas ocasiones incluso a la más recalcitrante. Tengo una amiga, empresaria ella, con la que también comparto la mayoría del análisis político, y que jamás ha votado al Psoe, aun no habiéndole ido mal con los gobiernos socialistas. Sus padres son muy de derechas, y es lo que “mamó” de pequeña. Tengo un jefe que no sabe lo es, pero que se jacta de saber más que nadie porque de joven tenía una indumentaria parecida a la de Carlos Marx, y ahora, sin embargo, vota a la derecha. Todo un galimatías.

En el pasado, el Partido Socialista ha protagonizado diversos posicionamientos ideológicos (poco tenían que ver Fernando de los Ríos, o Largo Caballero…), pero, curiosamente, ha sido mayoritario en las urnas cuando ha sabido adaptarse a lo que la sociedad civil le demandaba. Porque ser socialista es, esencialmente, saber adaptarse a las demandas de la sociedad civil para poder liderarla y ser útil, para poder realizar los cambios transformadores desde el consenso necesario y deseable para que esos mismos cambios perduren en el tiempo y resulten así, transformadores.

¿Qué es ser de izquierdas? No lo sé. Ni me hace falta saberlo. Creo que no lo necesitamos. Creo que nos divide, presiento que nos aparta de mi vecina, de mis amigos, de mis compañer@s de trabajo… Y lo más lamentable es que me llevo bien con estas personas. Resulta que compartimos análisis político, pero no Partido Político. He ahí la cuestión. ¿Qué es más importante, el sentido de la pertenencia, o la transformación de la sociedad? Yo apuesto por lo segundo, ya que para lo primero están los psicólogos.

Vivimos en una sociedad acelerada, y cada vez, se acelera más. Se requieren soluciones, no ideología. Y me anticipo a los que me responderán que las soluciones las proporciona la ideología. No es así. Es tener una determinada ideología la que te hace ir a buscar las soluciones allí donde están. Por lo tanto, la ideología no es un fin en si mismo, sino un vehículo que me permite moverme con fluidez entre los problemas de la sociedad, para resolverlos. Ideología socialista es tolerancia, es moderación, es actitud de escucha, es ternura, es solidaridad, es preocupación, es sentido de la responsabilidad, es puntualidad, es prestancia, y es, ante todo, deber.

Es por eso que, dejando aparte las “dominancias laterales”, el Nuevo Psoe, el de estos tiempos, debe dirigirse a la Sociedad Civil para empaparse de sus circunstancias. El Nuevo Psoe debe “preñarse” de realidad, debe escuchar la problemática de las asociaciones de consumidores, tercera edad, asociaciones del comercio y de la empresa, ONGs, activistas de la lucha contra el maltrato, contra la violencia machista, asociaciones contra la droga, contra la explotación sexual, defensores de los derechos de la infancia… y un largo etcétera, para construir un programa político que aúne por igual las reivindicaciones de jóvenes y mayores, de trabajadores y empresarios, que dé esperanza a las personas en situación de desempleo, que atienda la problemática de los más necesitados, y también, por supuesto, de los menos necesitados. Juntos somos más fuertes. En esta sociedad no sobra nadie. Todos tenemos cabida y eso debe notarse en la acción de gobierno. Si se gobierna para todo el mundo, si las leyes hemos de cumplirlas todos, hay que escuchar a todos los sectores sociales antes de promulgar esas mismas leyes. Es lo justo, y de sentido común.

La sociedad murciana está ávida esperando a un PSRM transformador que escuche sus demandas. Para ser socialista en Murcia, hoy en día, hay que ser murcian@ antes que socialista. 

Sólo así podremos liderar a la Sociedad Civil. Todos los murcian@s juntos, guiados por el Nuevo Partido Socialista de la Región de Murcia.

 

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