Plano, monótono y aburrido. Con estas palabras defino el debate entre candidatos a la secretaría general que se dio el pasado miércoles 12 de julio en la sede regional del PSOE de Extremadura. De izquierda a derecha, Eva Pérez, Enrique Pérez y Guillermo Fernández Vara, actual secretario general y presidente de la Junta de Extremadura.

Asistí deseoso a la primera cita de este calibre que se producía en la federación con más voto socialista por habitantes. El único encuentro oficial llevado a cabo por los tres candidatos desde que se estableció el calendario de primarias y los aspirantes hicieron público su deseo de conquistar al corazón del partido que ha gobernado a los extremeños más de 30 años. Un proceso distinto, pues es Extremadura la primera federación del PSOE que pone en marcha un proceso casi sin avales y a segunda vuelta, lo cual es de reconocerle a Guillermo Fernández Vara que, a diferencia de la lideresa andaluza, no ha dudado en sumarme al carro del cambio que salió del 39 congreso federal socialista.

Volviendo al marco del debate. Destacaré en primer lugar a Guillermo Fernández Vara. Debo sincerarme y decir que esperaba algo más de él. La propuesta más destacada que hizo el presidente fue la de una posible elección del comité regional al 50% delegados y el resto los militantes. Y es de resaltar también el estribillo que repite allí donde va en relación a sus compañeros: “no se puede ser líder en casa si no se es antes en la sociedad”. Guillermo está en un punto complicado, si no gana se encontrará con un bicefalia que no le gusta demasiado. Un mal resultado de éste en las primarias del domingo podría suponer un fortalecimiento de José Antonio Monago, que entendería que el partido del presidente ha suspendido a su líder, que para colmo está llevando a cabo políticas sociales de destacado valor para la región.

Eva Pérez, consejera de educación con Rodríguez Ibarra y con el mismo Guillermo, presentó un tono conciliador, centrado en propuestas que quedaban en el aire, pues poco desarrollo de las mismas pudo conocerse, aunque también es cierto que hay complejidad para explicar medidas en un marco cronológico de pocos minutos. Aprovechó para denunciar el uso que hacen otros candidatos de las mujeres; no es feminismo el número de ellas que vayan a un congreso o a una ejecutiva si siempre son “vices” y nunca presidentas, aclaró. Sí hay que reconocerle a la candidata haber sido la que más se dedicó a hablar del partido — que era lo que tocaba – llegando a señalar que el PSOE de Extremadura ha perdido un 25% de sus militantes en estos años y reprochando a Fernández Vara no haber hecho nada para solucionar esta sangría.

No me atrevo a posicionarme sobre quién ganó el debate, pero sí me atrevo a decir que, en mi opinión, lo perdió Enrique Pérez Romero. Vestido con camisa morada, no sé si queriendo lanzar abrazos a otros partidos, sus propuestas abundaron por su ausencia, pues se dedicó a repetir y leer en reiteradas ocasiones las resoluciones del 39 congreso federal. Su intervención empezó con un ataque al presidente de la Junta, mientras una y otra vez se autoproclamaba líder de las bases socialistas, llegando a decir que él es candidato porque las bases se lo han pedido. No quiero ser mal pensado, pero me da la sensación de que ha querido mantener el mismo discurso que utilizaba la plataforma pro Pedro Sánchez en Extremadura durante las primarias federales. Incluso se ha intentado hacer de esta plataforma el soporte del candidato, lo que ha llevado a muchos militantes a abandonar grupos de WhatsApp por entender que son procesos distintos. Incluso acusó a Eva Pérez de haber apoyado a Susana Díaz y después a Pedro Sánchez, siendo ésta la única de los tres que mantuvo el anonimato en el proceso federal al considerar que alguien que aspira a liderar a un conjunto no puede posicionarse tan claramente como lo han hecho los otros dos.

Por otra parte, encontramos un debate con muy poca repercusión, pues en los momentos de máximo seguimiento no alcanzaron más de 700 visualizaciones. Falló también el ámbito de temas, llegando a hablar más de políticas de gobierno que de lo que realmente ha fallado y se necesita mejorar en el partido, como la comunicación, la formación, la activación, etc.

Deseoso ya de saber quién ganará el domingo me pregunto, ¿iremos a segunda vuelta o habrá un líder claro?

 

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