Desde el año 2008 he convertido mi vida en una constante pasión por la cultura. Hago largos viajes a todos los rincones de Aragón portando literatura, ilusión y la cara más amable de la Policía Nacional. Nunca rechacé un encuentro, una charla, un coloquio, y nunca cobré por ello. Organicé el Concurso Literario Policía y Cultura a nivel nacional. Me arrastré por bancos y cajas, de entonces, buscando financiación. Lo conseguí y el concurso fue un éxito durante los tres años en que lo gestioné. En los últimos tiempos he organizado mesas debate, coloquios y presentaciones en Huesca, enmarcados en el Festival Aragón Negro del que he sido el organizador. He traído al anterior Community Manager del Twitter de la Policía en un esfuerzo de última hora, que solo los que participamos en aquellos agonizantes momentos: Luis Lles y Juan Bolea, sabemos lo que costó que Carlos impartiera una charla en Huesca. Una Inspectora de la policía nacional experta en Ciberbullying y otra en Peligros en la Red impartieron una charla en el Centro Cultural Matadero. Mesas de Policías, Guardias Civiles, Mossos d’Esquadra, Policía Local y un Guardia Civil especial: Lorenzo Silva, un amigo, un maestro.

Los que me conocen, los que me conocéis, sabéis que en estos festivales nunca anuncié ni publicité mis novelas. Ni siquiera hablé de ellas. Ni las mencioné. Nunca me visteis de uniforme en esos encuentros, a pesar de que nuestros invitados sí lo hicieron, pero por recomendación mía, tratando de transmitir la mejor imagen de la policía. Cursé cuantos escritos fueron necesarios con el Jefe Superior de Madrid y el Jefe de Seguridad Ciudadana de la capital, para que nuestra invitadas vistieran el uniforme que representa algo más que una profesión. Incluso, iluso de mí, la Jefatura Superior me distinguió con una placa por prestigiar a la policía.

La policía lo ha sido todo para mí, y siempre la he tenido en mente en mis proyectos. Cuando quedé finalista en el Premio Nadal en el año 2013 no lo oculté. La noticia fue que un policía había quedado finalista en el Nadal. No lo hice cuando me concedieron el Premio La Balsa de Piedra Saramago. Y no lo hago cuando he ido a la veintena de clubes de lectura en Aragón. Y cuando alguno no ha tenido fondos para comprar libros, entonces se los he regalado. O los he sacado a precio de coste. Y cuando alguna biblioteca no dispone de recursos para adquirir libros, entonces los compro yo mismo y los regalo. Los regalo porque soy de los que piensa que la literatura tiene que llegar a cualquier parte y que hay que poner los medios y los caminos para que llegue.

Soy prolífico en las Redes Sociales, sí. Pienso que es el mejor invento de nuestra generación. No oculto mi condición de policía y en algunas fotos, algunas, no todas, salgo de uniforme. Pero siempre intentando transmitir la cara más simpática y desenfadada de la policía. Una imagen de la policía de la que nadie nunca protestó. Ni manifestó su inconformidad con alguna de esas fotos.

Pero todo este castillo de ilusiones, momentos, encuentros, fotografías y literatura, mucha literatura, se ha desmoronado por una ventisca surgida de ese mismo lugar al que he dedicado los últimos quince años de mi vida. Ahora, después de este tiempo, me dicen que mis opiniones en las RRSS puede afectar a la imagen de la policía, que utilizo mi condición de policía para promocionar mis novelas y que hay un grupo de funcionarios (no sabemos quiénes ni cuantos) de la comisaría de Huesca que están preocupados por esos motivos. Y por eso me han puesto a los pies de los caballos de Asuntos Internos. Para que corrijan mis andanzas por esas Redes y para que no promocione mis novelas.

Este despropósito, esta ofensa, se ha cobrado las primeras piezas: la Feria del Libro de Huesca y un encuentro con escolares de Jaca. Pero ahora, con la cabeza más fría y con el alma templada, aunque con ese dolor todavía enquistado en mi corazón, que creo que nunca se irá, he decidido no seguir organizando Aragón Negro en Huesca. No lo haré porque todos estos años solo he buscado hacer el bien en la policía y traer de allende a sus mejores miembros, para que nos ilustren, para que nos enseñen. No lo haré porque no puedo concebir que aquellos que me conocen, los que saben como soy, cuestionen algo a lo que he dedicado los últimos años de mi vida. Pasará la denuncia. Pasará el expediente. Pero no pasará el dolor en mi corazón al sentirme traicionado por aquellos que me conocen. Ese dolor, ese no pasará.

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Escritor conocido por sus novelas de género policíaco. Ha impartido clases en la Escuela Canaria de Creación Literaria, es colaborador del Diario del AltoAragón y del El Periódico de Aragón. Ha sido el organizador de las diferentes ediciones del Concurso literario policía y cultura (España) y colabora en la organización del Festival Aragón Negro en las actividades convocadas en la ciudad de Huesca. Desde el año 2012 es considerado el creador del término Generación Kindle, nomenclatura utilizada para referirse a una serie de escritores surgidos de la edición digital. En el mes de enero del año 2013 fue uno de los seis finalistas preseleccionados para optar al Premio Nadal en su 69º Edición con la novela La noche de los peones.

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