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Natalio Grueso en el Teatro Alfil con La república de los ladrones

Javier Puebla
Javier Pueblahttp://www.javierpuebla.com
Cineasta, escritor, columnista y viajero. Galardonado con diversos premios, tanto en prosa como en poesía. Es el primer escritor en la historia de la literatura en haber escrito un cuento al día durante un año, El año del cazador, 365 relatos que encierran una novela dentro.
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análisis

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Es de día en el exterior, pero en el mítico teatro de la calle del Pez es de noche, porque en los teatros siempre es de noche: de otro modo la luz de los focos quedaría eclipsada por la del sol.

La obra de teatro que se representa en el Alfil es ninguna, a pesar del título de este artículo. Aunque de algún modo sí, de algún modo hay teatro en el Alfil aunque el telón rojo esté echado y los protagonistas estén sentados a la misma altura que el público de la primera fila.

Se trata de la presentación de un libro, una novela, la tercera, firmada por Grueso: La república de los ladrones, una historia de piratas y aventuras en la estela de Verne o Salgari. El protagonista, Bruno Labastide, ya había aparecido en la anterior obra de Natalio, La soledad, que ha sido traducida a una decena larga de idiomas.

El escritor cuenta con dos padrinos de lujo, que le flanquean en el Alfil, su editor: Manuel «Almuzara» Pimentel, y el gran Juan Diego: espectacular como es costumbre y hábito en él.

Pero aunque es la narrativa quien convoca, el ambiente es absolutamente teatral y el público mayormente gente de teatro; reconozco a Iñigo Ramírez de Haro, que siempre me ha caído especialmente bien.

Así que me siento en la última fila y los miro a todos: actores protagonistas y actores secundarios fingiéndose público. Escucho el principio de la novela leído por su autor y me parece sugerente e interesante. Me río con las preguntas y comentarios que hacen Iñigo y un tipo con sombrero que compra libros en la Modesta, me bebo las intervenciones de Juan Diego y respiro ese ambiente inconfundible de gran teatro. En suma: una deliciosa obra secreta, sólo para iniciados, una noche que no era de noche en el interior del Teatro Alfil.

 

(mecanografía Ángel Arteaga)

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