Esta mañana estaba en el quiosco de los periódicos y llegó el conserje de la oficina del paro que hay en la acera de enfrente (al parecer todavía existen conserjes para esos menesteres.  ¡Ay… la administración!, nunca cambiará)

-Dame los cinco nacionales y el rojo – dijo en voz alta

Extrañado por tan curiosa petición, me quedé en el quiosco atento para saber que era lo que había pedido.

Enseguida lo vi: el quiosquero le dio dos ABCs, un Mundo, un ejemplar de La Razón, un Marca y un País.

-Supongo que el rojo es El Marca -le dije sonriente, intentando picarle-

-¡No señor! –me contestó con cara de mala leche- El Marca es del Real Madrid, de derechas de toda la vida, el rojo es El País.

-Eso fue hace tiempo -le dije. Compré El País con mi vieja tarjeta de subscriptor, lo doblé de forma que no se viera la cabecera y me fui pensativo, triste y cabreado-.

Siempre he sido participe del antiguo dicho anglosajón  “ante las injusticias me quejaré a mi partido y a mi periódico”, me he quedado definitivamente sin partido cuando Izquierda Unida se ha fusionado o ha sido absorbida por Podemos y desde que los medios de comunicación del grupo Prisa, cuyo principal baluarte es El País, están empeñados en construir un ideario social-demócrata-liberal con peligrosa tendencia hacia la derecha económica, mas cercano a Ciudadanos que al Partido Socialista, que, aunque les pese y parece ser que les pesa mucho, está liderado por Pedro Sánchez, me estoy quedando sin mi periódico.

1 COMENTARIO

  1. Da pena ver qué periódicos son los que amparados por los poderes nos traducen, a su libre albedrío y conveniencia, con mentiras, cinismo e hipocresía las noticias cercanas y distantes. No hay más que ver la sintonía de portadas que sobre Venezuela aparecen hoy. Dan no sólo pena, más bien asco. Nada puede extrañarnos que siga en el gobierno un partido que fagocitando los dineros de todos haya subido al poder. Su ley mordaza me impide libremente, y por miedo, seguir…

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