Andrés Manuel López Obrador, presentando su libro: Oye Trump.

En breve saldrá a la luz la más reciente obra de Andrés Manuel López Obrador, Oye Trump. Una buena noticia para el pueblo de México que se encuentra en total indefensión ante la constante agresión del presidente estadounidense. Ser vecino de Estados Unidos es una mala jugada de la geografía, pero servir a Trump es una indignante decisión de un gobierno que no representa el sentir ni el deseo del pueblo mexicano.

La posición de Andrés Manuel es alentadora ante la frustración de ver a nuestros representantes dóciles ante el poder imperial, naturalmente los mexicanos sabemos distinguir entre el pueblo y el gobierno norteamericano, sabemos que entre los pueblos hay comunión, que a Trump no lo queremos nosotros, ni ellos.

Por fortuna ante el agravio las visitas de Andrés Manuel a Estados Unidos llevaron esperanza a los mexicanos que viven del otro lado, evidenció lo que en realidad esconde la política de Trump y contundente denunció su estrategia, la xenofobia y el racismo cómo forma de beneficiar intereses alimentando los sentimientos de fracaso, exclusión y rencor.

Aun no se dimensiona la gira obradorista por Estados Unidos, su valentía en la historia podría aproximarse al heroísmo de la invasión de Francisco Villa en 1916, cada quien en su contexto naturalmente, pero el hecho de ir a decir la verdad en el mismísimo territorio de Donald Trump, tiene un enorme valor en tiempos del servilismo oficialista.

La sumisión del gobierno de Enrique Peña es ajena a la posición de los millones de mexicanos que repudiamos el gobierno de Donald Trump, por ser la más grotesca manifestación del odio hacia a la humanidad, los pueblos del mundo incluido el suyo sabemos que llegó a la presidencia de Norteamérica aprovechándose del cansancio frente al continuismo, apoyado en la propagación del odio.

Esta estrategia ha alcanzado el éxito en gran medida por la colaboración del presidente Peña Nieto, quien en campaña lo recibió en México para ayudarlo a ser convincente con su promesa antinmigrante, esta operación la realizó quién era el secretario de hacienda y hoy es el secretario del exterior, Luis Videgaray ejerciendo las influencias del cargo se relacionó a través de un amigo con el yerno de Trump, Jared Kushner, relación que le costó la renuncia como secretario de hacienda.

Es evidente que el origen de la esa amistad es la corrupción, influyentismo que nos ha costado más que millones de pesos de evasiones fiscales, nada más y nada menos que la dignidad como Nación, además de la sistemática violación de nuestros principios históricos de no intervención y libre determinación de los pueblos, al haber recibido a Trump como Jefe de Estado siendo tan sólo candidato.

Esta postura rastrera la supone correcta el presidente Peña, tan es así que, tras el triunfo de Trump, terminó por nombrar a Videgaray como secretario del exterior, bajo la idea de congraciarse.

Definición que nos somete aún más a la campaña de desprecio e intrusión, todos los días se insiste en la amenaza a los mexicanos de ser deportados, pese a esa hostilidad el secretario Videgaray ya tiene hincados a los funcionarios de hacienda y economía listos para honrar la palabra de Trump y renegociar el Tratado de Libre Comercio.

¿Qué clase de gobierno entra a renegociar un Tratado de Libre Comercio, en lugar de exigir el alto a la campaña de odio contra los mexicanos?

Un tratado comercial que ha significado la defunción del campo mexicano, la dependencia alimentaria, la explotación laboral con salarios de hambre, tan sólo una minoría se ha beneficiado, la cual sin él tendría alternativas, los grandes intereses con o sin acuerdo saben ganar.

Esta es tan sólo una de las muchas razones por las que queremos un cambio, uno de verdad, que recupere al Estado que desmantelaron esta generación de tecnócratas salinistas, queremos ser representados por mujeres y hombres leales al pueblo de México, que cómo López Obrador dan la cara de la dignidad ante el poder imperialista.

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