La generosidad que está demostrando el fútbol club Barcelona me enternece el corazón, ¿o será la edad? ¿o será el burbon que logra la magia o la mentira de hacerme ver el mundo como un lugar mejor de lo que es? En cualquier caso, y hasta para los culé, lo que está haciendo el Barcelona Club de Fútbol, es fenomenal: devolviéndole la emoción a la liga en un momento que es necesario encontrar un punto de fuga, un lugar al que se puede mirar sin que el espectáculo despierte las ganas de vomitar.

Para los románticos, para los luchadores y para los animales salvajes, que el Atleti tenga posibilidades de ganar la liga y la Copa de Europa, lo consiga o no, es un respiro, un sueño de despierto al que aún pueden escapar. Y lo mismo vale para el puticlub que dirige Florentino Man, en general gentes bienpensantes, amantes del viaje por la autopista de la facilidad, que su Madrid pueda darles una alegría más a diferencia del partido político que prefieran es un alivio colosal.

Así que hoy mi resaca y yo nos hemos levantado, cegados por el sol como sucede cada día desde que se atascó la persiana de mi cuarto, y hemos pensando en el Fútbol Club Barcelona con agradecimiento, y también con la esperanza de que ahora lucharán duro y nos tendrán entretenidos. Ojalá.

La F1, el otro deporte que sigo (y lo hago con la mejor voluntad) también tiene su equivalente al FCB en la figura de Luisito Hamilton, que no acaba de dar pie con bola y rezo para que el hijo de Keke Rosberg aguante un poquito más antes de flaquear (que flaqueará) y mientras tanto siga creciendo Ricciardo, Vettel pueda luchar, y los dos españoles que corren y saltan aros en el gran circo mundial de la Fórmula 1, los que nos sirven para identificarnos con ellos y escapar de la pantanosa realidad, Alonso y Sanz, mejoren cada uno según sus posibilidades y tengan al menos una oportunidad.

Menos mal que existe el deporte, repito como en un mantra, porque lo de la política parece -me gustaría creer que no es verdad- que es un simple vertedero donde se puede encontrar cuanta basura se quiera entre la mierda, como se demuestra cada día, pero casi nunca nada ni nadie que inspire confianza, alegría o fiabilidad.

Gracias por seguir jugando en nuestra humilde liga nacional, chicos y chicas del Barcelona. Qué maravillosa vuestra generosidad para júbilo de España entera e inquietud de quienes no piensan, ni advierten que el mundo y la vida cambian y se mueven sin parar.

Tigre tigre.

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