El vídeo de pre-campaña que acaba de hacer público la candidata del Front National, Marine Le Pen, describe a su protagonista en una bella playa en una mañana soleada y en paz. Las olas abrazan con suavidad los arenales de la costa en tanto que la política relata de manera rotunda un discurso que ella misma presenta como basado en sus convicciones de libertad -¡qué bella palabra para ser pronunciada por otros labios!-, independencia y firmeza ante los desafíos que afronta su país. La candidata narra después, con la ayuda de un álbum de fotos, su condición de mujer, de madre, de abogada, de francesa… lo que le permite evocar las amenazas del fundamentalismo islamista -las agresiones sexuales contra las francesas, por lo tanto-, exigir un futuro para sus hijos y ponerse del lado de las víctimas que se confrontan con la impunidad de sus agresores. Y, por supuesto, en resumen es… francesa y siente los insultos que recibe su patria como si los hicieran a ella misma. Enlaza sin solución de continuidad las descalificaciones a Francia con los sufrimientos de los franceses, a la vez que las imágenes nos muestran a una Marine Le Pen afable y trabajadora, cercana y competente. Y la música nos recuerda a cualquier thriller de persecución en el que inevitablemente el malo será atrapado por el bueno y llevado ante la justicia de los hombres… o de quienquiera que sea, porque el resultado sólo depende del grado de mandad alcanzado por el perseguido. La candidata alude entonces a las presidenciales como la elección de una civilización, en contra de los que fracasaron, traicionaron y mintieron. Por lo que es necesario poner a Francia en orden. Después Le Pen maneja el timón de un barco que surca esas aguas tranquilas y continúa con su letanía salvífica: quiere que los franceses puedan vivir en libertad, seguridad, prosperidad y justicia. Éstos son los motivos de su compromiso, dice. Las imágenes finales recogen el edificio del Eliseo cuando la candidata asegura que lo hará todo en el nombre del pueblo.

Marine Le Pen no se dedica a descalificar a esa banda múltiple de fracasados, traidores y mentirosos. Le basta con dedicarles una frase despectiva en la que les engloba a todos. Ella no es así, ella es… Francia, una Francia vilipendiada, acosada y atemorizada que debe elegir entre todo ese barullo y el orden. La candidata salvadora; la mujer, la madre, la abogada… la francesa: una especie de Juana de Arco que arrojará en este caso el fuego de la hoguera contra sus agresores.

Un buen vídeo de campaña que no debiera asustarnos si no fuera porque la candidata populista tiene un probable 24% de los votos y será sin duda la vencedora de la primera vuelta electoral.

¿Y los demás? ¿Qué ocurre con el equipo de incompetentes y mentirosos que se le enfrentan? Por de pronto el derechista Fillon se hunde en las encuestas después de probadas las colocaciones irregulares de su mujer e hijos; Hamon es un radical de izquierdas que nunca podría ganar a la candidata del Front National… y quedaría el centrista Macron como única solución posible ante el desbarajuste general, un candidato respecto del cual se exhiben dossiers de homosexualidad. La llamada a la homofobia y al machismo para descalificar políticamente a un adversario que refuerza los prejuicios reaccionarios y la tentación por los hombres fuertes llamados a enderezar los destinos de una patria errante, confundida, asombrada ante un mundo que ya no es capaz de comprender. Un hombre fuerte, aunque en este caso sea… una mujer.

Atención a éstos dossiers que aparecen en los medios de comunicación franceses respecto de los candidatos contrarios a Le Pen. Verdaderos o falsos, el mismo periódico que publicaba el informe sobre Fillon y las presuntas contrataciones fraudulentas de su familia, Le Canard Enchainé, sugería que los servicios secretos de Rusia estarían interfiriendo en la campaña electoral francesa para ayudar a la victoria de su aliada del populismo derechista en las votaciones del Parlamento Europeo. La utilización de las redes sociales a través de robots informáticos como instrumentos válidos para divulgar noticias falsas en lo que se ha denominado «campaña negra».

Algún medio habría sugerido que los informes sobre Fillon o la afirmada vinculación sentimental entre el candidato Macron y el presidente de Radio France formarían parte de estas intoxicaciones que podrían influir en el ánimo y el voto del electorado.

Nadie debería extrañarse ante ésta práctica: ya es conocida la afirmación de la inteligencia americana respecto de la intervención de Rusia en su reciente campaña electoral. La desestabilización en nuestro país vecino conduciría a un gravísimo daño a la Unión Europea, un daño del que muy difícilmente podría salir indemne.

2 COMENTARIOS

  1. A ver, claro que hay ciberataques desde la Rusia autocrática de Putin…..¿Es Rusia la culpable del triunfo del supermillonario, racista, machista…etc? ¿Va a ser Rusia la culpable de que la fascista Le Pen gane las elecciones? Tildar a Hamon de radical de izquierdas me parece, como mínimo, un disparate, propio de un miembro de la marca blanca del P.P…¿Macron y su homosexualidad es una lacra para la democracia?…¿Esto qué es «política post-verdad» o política del Medievo, llena de religiosidad oscurantista, en la que todo es pecado? ¿De qué va esto: del Vaticano más retrógrado o prejuicios enraizados aún en gran parte de la España negra? ¿Qué pasa con Maroto (P.P.)? ¿Va ser Rusia la culpable de que gane en España Podemos o más bien de que siga la inestabilidad? No sigo, que esto es muy largo…¿Es que USA, con su poderío técnico, no comete el pecado de los ciberataques? ¿Es que USA no es capaz de eliminar técnicamente este peligro? ¿Es que los Saudíes son amigos para una cosa y enemigos para otra, pero prevalecen los «valores» económicos? ¿Es que China no lanza millones de ciberataques?….Y así, hasta cualquier super-hacker de 15 años desde cualquier parte del planeta. Este artículo me parece un despropósito. El mundo «global» es mucho más complicado que echarle la culpa a cualquier país extranjero, sea Putin, sea, China, sea, USA, sean los terroristas musulmanes, sean los ayatolahs iraníes…y un larguísimo etcétera. A mí me preocupa que no seamos los ciudadanos de un país los verdaderos hacedores de nuestras políticas sociales, la única preocupación de cualquier gobierno del color que sea. Ya está bien de echarle la culpa a la técnica. Que cada cual aguante su palo. A mí no me valen ya estos argumentos. ¡Soberanía para el pueblo!

  2. Las elecciones, debido a la dificultad de predecir dichos eventos, tanto en los resultados como en los efectos de los mimos, tienden a ser subestimadas. Además, los escenarios contrarios al establishment, la victoria de los llamados partidos populistas, son negadas por poco probables o imposibles por la media, afín al status quo actual.
    Si queréis profundizar en el impacto que dichas elecciones tienen en las posibles inversiones https://elpensaderodekeynes.wordpress.com/2017/02/27/2017-vientos-de-tormenta-al-norte-de-los-pirineos/

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