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Malvaloca IV

La situación interna

Antonio Periánez Orihuela
Antonio Periánez Orihuela
Maestro de Primera Enseñanza. Licenciado en Filosofía y Letras (Historia del Arte) Doctor en Comunicación Audiovisual. Tesis: La Imagen de Andalucía en el Cine Español (1940-1960) Diplomado por la Universidad de Valladolid. Historia y Estética Cinematográfica. Colaborador varios años del Periódico Comarcal, "El Condado".
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análisis

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Las crisis de 1.942 fueron un pretecto para Franco y los acontecimientos posteriores reafirmaron su poder sobre el Ejército y la Falange, a partir de entonces sería decisivo el arbitraje de Franco para solucionar cualquier tipo de problema político. El periódico falangista Arriba publica un Editorial en noviembre de 1.942 que reproduce íntegro en su primera página el Correo de Andalucía del día 15.

«Nadie puede ignorar que quien se excluye de las banderas de Franco se degrada instantáneamente de su condición española; nadie puede ignorar que la realidad intangible de España, tiene su única vigencia, esperanza y plenitud en la figura egregia de nuestro Caudillo, por quien solamente la peligrosa coyuntura de la guerra podrá resolverse para España de perfecto acuerdo con sus intereses vitales». [1]

 

El proceso político español en el año 1.942 produce una serie de acontecimientos que marcarán la trayectoria del régimen para el futuro. Habían cambiado los grupos falangistas y se notaba la presencia de los nuevos adeptos que engrosaron sus filas tras la victoria de 1.939. La docilidad a los mandatos de Franco estaban superando el tiempo de los camisas viejas que provenían de la etapa fundacional de José Antonio Primo de Rivera. De este modo el Generalísimo lograba dominar aquella primitiva Falange pretendidamente inconformista y contestataria, de la llamada «revolución nacionalsindicalista». El 17 de julio se crearon las Cortes Españolas que fueron el órgano parlamentario del nuevo Estado. Este acto es la institucionalización política del nuevo régimen, que aparecía de cara al exterior como un régimen con carácter representativo. Hasta entonces la acción política la ejercía el Consejo Nacional de FET y de las JONS, único órgano corporativo y deliberante. El Consejo se reunía para escuchar y aprobar las propuestas del Jefe Nacional que era el Caudillo, en este Consejo también era escuchado el Secretario General del Movimiento, pero la Mesa de las Cortes era nombrada por el Jefe del Estado y las Cortes se reunían cuando su presidente tuviera a bien el convocarlas. La creación de las Cortes no modificó mayormente la situación política anterior, el jefe del Estado seguirá con plena capacidad para legislar mediante leyes y en caso de urgencia por decretos-leyes, cosa frecuente en regímenes como el del Generalísimo Franco. El 16 de octubre de este año se aprueba «La Ley de Bases de Trabajo, en ella se regularon la elaboración de los reglamentos laborales, una de las cuestiones más serias sería: la prohibición de la «huelga» y el «lock-out». El 29 de diciembre se aprueba la Ley del Seguro de Enfermedad y relacionado con la política y la cultura la creación de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas.

En 1.942 el régimen estaba en plena etapa autárquica, la población española era de 26.185.344 habitantes y había un aislamiento comercial con el exterior. La política económica del régimen tuvo de modelo a los regímenes fascista y nazi, pero no la pudo cumplir en su totalidad. Las malas cosechas del periodo 1.941-45 y la falta de algunos productos básicos, como petróleo, abonos, algodón o caucho hicieron muy difícil la situación. El Índice del Comercio Exterior empieza a ser fluctuante desde 1.940, pero es negativa la balanza de pagos, el 43,3% de exportaciones frente al 46,4 % en la importaciones, la importación de gasolina fue fundamental para el relanzamiento. Los años posteriores a la guerra, Estados Unidos dejó de enviar el petróleo que le había proporcionado al bando franquista. En los primeros envios de petróleo al gobierno de Burgos fueron los propios norteamericanos los que dijeron a Franco: «no se preocupen del pago», asunto que está recogido en un conocido telegrama que comenta José Antonio Biesca. En 1.942 fue reanudado el suministro debido a la mediación inglesa y se interrunpe en 1.944, porque Franco seguía vendiendo Wolframio a Hitler.

El sector agrario fue fundamental para la economía española, pero desde 1.941 hasta 1.950 bajó la producción. La bajada se debe a que hay menos superficie cultivada, menos producción y es menor el rendimiento por hectáreas, hubo una recuperación en 1.942, pero el resto de los años son más negativos que los anteriores. La industria llevó el mismo signo, en septiembre de 1.941 se había creado el INI y en novimbre de 1.939 apareció la Ley de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional. El gobierno puso límites a la inversión y quedó establecida en el 25% que pudo ser ampliada hasta el 45%, pero a base de una serie de trámites imposibles de superar. El régimen pretendía relanzar una industria nacional, mientras ponían restricciones a la inversión extranjera, aunque también se constata que el sector industrial fue perjudicado por la guerra europea, los países inversores estaban luchando y su preocupación era el armamento. El gobierno franquista tenía decidido su papel «intervencionista» y se vale de la creación de una serie de industrias. En enero de 1.942 fue creada la Empresa Nacional Calvo Sotelo con un fin social, pues trataba de producir combustibles líquidos y lubricantes. De esta forma se beneficiaba a los subproductos derivados de la industria principal. Más tarde fueron creadas distintas factorías con pretensiones de realizar el proceso. En mayo fue instalada una potente industria, la Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales. En mayo de 1.942 el gobierno refunde las cuentas bancarias de la anterior zona republicana, con las de la zona nacional en el Banco de España. Hasta 1.951 el sistema impositipo fue flexible con los déficit anuales. 1.942 es de los años menores en déficit, los ingresos fueron de 8.155 millones, los pagos de 9.756 y el déficit de 1.601 millones. El sistema bancario es reducido por la absorción de unas entidades por otras, los beneficiados son el Banesto, el Central, el Bilbao y el Banco de Vizcaya.

LA SITUACIÓN ANDALUZA

La región andaluza ha sido considerada históricamente como un espacio poco poblado. Una escasa densidad demográfica con respecto a su extensión y potencial económico, aunque éste potencial estuviera irregularmente explotado. El siglo XIX produce un cambio fundamental en este proceso, a finales de siglo el crecimiento poblacional se acentuó cambiando desde entonces la tendencia. Se ha defendido que la evolución demográfica estaba relacionada con los procesos económicos, pero se consideraba que el aumento demográfico había sido un freno para el desarrollo económico andaluz. Hoy son rechazados estos principios y se considera que los cambios demográficos pueden ayudar tanto negativa como positivamente al desarrollo. El ámbito andaluz fue tenido como zona subdesarrollada aplicándole los parámetros de los países con atrasado tecnológico y deww una economía dependiente.

En la etapa Moderna el reparto de la población española cambia de signo y serán las zonas periféricas las que aumentaron su población, el nuevo modelo de asentamiento poblacional aumentará desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Esta tendencia favorecerá la afluencia de habitantes hacia las costas andaluzas, además de incidir positivamente en su demografía. En 1.940 la población andaluza ascendía a 5.219.362 habitantes teniendo la parte occidental más densidad que la oriental, hasta los años cincuenta el crecimiento vegetativo andaluz fue superior a la media espñola. Las zonas litorales están más pobladas y el índice de urbanización sigue aumentando hasta el punto de producirse un cierto vacío sobre las áreas de las sierras del norte y las costeras. El desequilibrio territorial siguió aumentando debido al éxodo rural a las ciudades y las áreas industrializadas peninsulares, la emigración andaluza a los países industriales europeos consiguió acentuar el proceso demográfico. Andalucía en los años cuarenta era una región fundamentalmente agraria, porque en su economía estaban vigentes una serie de condicionantes que frenaron su desarrollo. La economía andaluza estuvo sujeta a la política agraria de la autarquía franquista, además de los dos males endémicos que arrastraba históricamente, como eran el desigual reparto en la estructura de la propiedad y la sobrante mano de obra campesina. De esta forzosa especialización los principales beneficiados fueron los grandes terratenientes que conseguieron una fuerte acumulación de capital, los historiadores denominan a este proceso histórico el «fascismo agrario». Los beneficios procedentes de la práctica agrícola se vieron aumentados por algunas de las disposiciones políticas, por ejemplo, la creación del Servicio Nacional del Trigo. El Servicio pagaba la cosecha de trigo a precio de tasa y vendía a los fabricantes de harinas a régimen de monopolio, el SNT perjudicaría a los pequeños campesinos, porque tenían que declarar y vender su trigo, así como otros cereales, al precio estipulado por el gobierno. Los grandes terratenientes se benefician de la situación, no porque vendían sus productos al Servicio, «sino precisamente por todo lo contrario». El mercado negro fue un beneficio añadido para los grandes especuladores. La creación del sindicalismo vertical es otra cuestión a tener en cuenta para analizar la vida de los campesinos andaluces, el sindicalismo vertical agrícola entendía que propietarios y jornaleros tenían intereses comunes. Para que se cumpliera este principio se establecieron fuertes controles sobre los jornaleros, los encargados de la vigilancia serán la guardia civil, la policía rural o los guardas de campo. El trabajo agrícola careció de una oportuna acción reguladora en los conflictos y los jornaleros tuvieron que asumir las condiciones ofrecidas por los patronos.

En los años cuarenta las posibilidades de expansión industrial estuvo frenada por la falta de energía y de materias primas. Esto no era nuevo, pero se acentua por las condiciones que imponía la guerra mundial y la trayectoria política del régimen. La situación no cambia hasta los años cincuenta por la ayuda americana y una apertura hacia nuevos mercados comerciales. Durante la década de los años cuarenta y hasta los años cincuenta, la estructura industrial andaluza no va a modificarse permaneciendo parecida a la que había tenido en los años treinta. Algunas empresas como la de Construcciones Aeronáticas S.A. (CASA), factoría inaugurada en Sevilla en 1.942. Al año siguiente se constituye la Empresa Nacional Elcano, dedicada a la construcción naval, que será la primera empresa sevillana por el volumen y el número de empleados. En el año 1.942 formará parte del INI la Empresa Nacional Bazán a la que en 1.943 habría de unirse la Empresa Nacional Elcano. Pero la situación no cambia mucho y la población andaluza será una de las que acuse con mayor virulencia los efectos del hambre. Dice Encarnación Lemus López:

«La memoria colectiva mantiene viva la frialdad del hambre: «el hambre está a su alrededor(…) El hambre lo envuelve y lo rodeaen los pobres que piden en los zaguanes, en las puertas de las iglesias, en las paradas del tranvía, en las esquinas, en los niños, que tiritan de frío y tienen una mirada triste(…) el hambre caminaba por la calle: «los casos de desfallecimiento por hambre eran frecuentes. Se trataba de personas que venían de los pueblos cercanos en busca de trabajo, andando, sin apenas comer, que no podían aguantar las horas de callejear sin descanso».

 

En Andalucía murieron muchas personas por falta de alimentos, pero también era frecuente las muertes por atreverse a tomarlos en mal estado. Los jornaleros recogían del campo todo tipo de vegetales sin preocuparse de sus condiciones nutritivas o nocivas para la salud. Por otra parte eran ingeridos los animales muertos sin buscar el origen de las muertes, las entoxicaciones estaban unidas a los trastornos de la desnutrición y la falta de un mínimo control sanitario. Los análisis faltaban en las zonas rurales atrasadas donde los productos adquiridos en el mercado negro pasaban con toda libertad y sin control. Era normal que en las ciudades donde había cuarteles el rancho sobrante lo repartiera la tropa entre la población hambrienta. Se trataba de personas procedentes de los barrios miserables de las ciudades y de los pueblos cercanos. En Surcos (1.951), de José Antonio Nieves Conde, un personaje hace cola para recoger la comida del cuartel. La primera secuencia de Malvaloca transcurre en la puerta de la casa de Rosita, ella riega las flores y el tío Jeromo se acerca entablándose un diálogo entre los dos. La joven le cuenta que sus padres pelean y el tío Jeromo le pregunta:

– Jeromo: ¿Y por qué ha sío la gresca de hoy, cuál atiza más de los dos?

– Rosita: Hay empate tito.

– Jeromo: ¿Celos, quizás?

– Rosita: Que celos ni que, lo de siempre, ¡hambre! Y mi papaito cree que el trabajo y los cuartos vienen silvándole, como a los perros.

Malvaloca (III)

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