«Felicito a Alexander van der Bellen por su éxito y pido por favor a todos los austríacos que mantengan la calma y trabajen juntos». Así ha admitido el candidato de la extrema derecha austriaca, Norbert Hofer, su derrota. Alexander van der Bellen, candidato ecologista, será el nuevo presidente de Austria, que se ha impuesto con un 53,3% de los votos frente al 46,7% obtenido por su rival.

La victoria del partido verde supone un respiro para una jornada electoral que se dibujaba peliaguda en Europa. Después de que Donald Trump consiguiera la presidencia de los Estados Unidos y, sobre todo, tras la victoria del Brexit en el Reino Unido, la posibilidad de un avance de la extrema derecha preocupaba a las instituciones de la unión y una parte importante de los ciudadanos.

Es la segunda vez en este año que los austríacos van a las urnas. El Tribunal Constitucional de Austria ordenó repetir la segunda ronda de las elecciones presidenciales del pasado 22 de mayo por irregularidades en el recuento de votos.

Los resultados de esos comicios fueron impugnados por el ultraderechista Partido Liberal de Austria (FPÖ), cuyo candidato, Norbert Hofer, había perdido por solo 30.000 votos de diferencia contra el ecologista Alexander Van der Bellen.

El jefe de campaña de Hofer, Herbert Kickl, ya había reconocido la derrota del ultranacionalista FPÖ. «Hofer ha rendido de forma inhumana, no fue una situación fácil, ya que fue uno contra todos. Esto no es el final de historia. El sistema ha logrado una última vez frenar el cambio», ha declarado Kickl. Por su parte, Eva Glawischnig, jefa de Los Verdes, el partido que Van der Bellen dirigió durante años, ha calificado la jornada electoral de un «día histórico».

1 COMENTARIO

  1. No entiendo esta alegría. La presidencia no deja de ser una figura representativa, como la mayoría de las presidencias en todos los países. Y no han ganado los verdes. Han sido todos, derechas e izquierdas, contra uno, y ese uno ha sacado el 47%. Como dice su jefe el año que viene en las legislativas, que es donde se corta el «bacalao», se verán las caras, y entonces todos contra todos, sin alianzas. Si las cosas siguen así, a ver que hacen contra su 47%. Hay que recordar que las legislativas no tienen segunda vuelta.

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