No sólo lo dicen en Ferraz, en el núcleo duro de la dirección. La militancia de las agrupaciones locales, las federaciones provinciales, regionales y de nacionalidad, salvo las opiniones ya conocidas, se muestra absolutamente de acuerdo y asume como propia la resolución del Comité Federal de votar no a Rajoy en las dos vueltas de la sesión de investidura. Y se va más lejos. Se rechaza tajantemente la postura de una “autoridad moral” como Felipe González, que pierde peso hasta tal punto de que algunos han llegado a decir que “si no respeta las decisiones del máximo órgano entre congresos, es que ya no está en el Partido”.

Diputados, senadores y cargos orgánicos territoriales dicen que González no está atacando a Pedro Sánchez, “sino a todo el partido” con esas propuestas. “La decisión de votar no a Rajoy se adoptó por unanimidad en un comité federal en el que él no estuvo presente aunque, como todos los ex secretarios generales, es miembro nato del mismo. Podría haber ido allí y haber expresado estas ideas. Pero no lo hizo”. Un diputado cercano a Pedro Sánchez ha llegado a decir que “Felipe se ha instalado en una posición desde no se puede advertir la realidad política y social “

Los viejos militantes, además, le recuerdan que, una vez resuelto el tema de la constitución, a finales de los setenta del siglo pasado, se disolvieron las cámaras, se convocaron nuevas elecciones y la UCD de Suárez no sacó mayoría suficiente. Entonces fue el partido de Alejandro Rojas Marcos, el Partido Andalucista, el que facilitó la investidura a Suárez mediante la abstención. El PSOE, que entonces lideraban González y Guerra pusieron el grito en el cielo calificando al PSA de “escasamente socialista” y “contrario al mandato de sus votantes”. Rojas Marcos dijo hacer eso “para facilitar la gobernabilidad de España”. Esos mismos militantes veteranos comparan esa circunstancia con la actual para exigir que se mantenga “la coherencia”, y se rechace la investidura de Rajoy.

Donde sí puede haber alguna fractura es en la necesidad que propone algún sector del Partido, de abrir un cauce de diálogo con Podemos para sondear la posibilidad de presentar una alternativa por si Rajoy fracasa en su intento de ser investido. Catalanes, aragoneses y baleares son más proclives a intentarlo pero se van a encontrar con la todopoderosa Susana Díaz. La dirigente del PSOE andaluz ha dicho bien claro que su organización “votará en contra de un acuerdo con Podemos”. La formación de Pablo Iglesias no se lo está poniendo nada fácil al gobierno de la Junta de Andalucía. En cambio, en la Comunidad Valenciana, las relaciones entre PSOE y Compromis animan a buscar lo que se llama “el acuerdo de progreso”.

Esto en lo que se refiere a la coyuntura actual. Otra cosa es la situación precongresual que se vive en el PSOE y en la cual se debate profundamente el papel que ha jugado Pedro Sánchez desde que es secretario general. Ahí parece ser que la fractura es evidente. Aunque está claro que desde las pasadas elecciones “y aún a pesar de haber experimentado el resultado electoral más malo de toda la historia del viejo Partido Socialista”, Pedro Sánchez está recabando nuevos apoyos. Es tal vez por eso por lo que prefiere no salirse del guión.

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