Los presos catalanes se están convirtiendo en el principal y lógico obstaculo con el que se esta encontrando el gobierno de Pedro Sánchez para iniciar un diálogo que normalice una situación que ya se ha vuelto insostenible sobre todo si tenemos en cuenta la división social que ha generado pero, principalmente, por el incremento de la tensión en la calle que esta siendo azuzada por parte de irresponsables que solo tienen rédito electoral si el Proces continua vivo para poder envenenar al pueblo con su discurso ultranacionalista resucitado de las bases ideológicas de los años 30 del siglo XX.

Es imposible que se produzca un dialogo mientras en las cárceles haya políticos encerrados. La esencia del consenso parte del hecho de hablar de igual a igual y en la situación actual es imposible. Ahora mismo estaríamos ante un escenario de negociación de capitulaciones, dado que el mero hecho de la existencia de politicos privados de libertad genera una situación del vencedor y el vencido y, ahora mismo, solo existen daños colaterales que sufre el pueblo catalán.

La propia ministra Meritxell Batet ha reconocido que los presos son el mayor obstáculo para el diálogo. Una democracia como la española no puede permitirse el deterioro que le está provocando que los políticos catalanes se hallen privados de libertad, sobre todo si tenemos en cuenta, en primer lugar, la precariedad democrática que vive el país por la falta de iniciativas reformistas por parte de una gran parte de la clase política que está abocando a España  a tener que pasar por un proceso constituyente. En segundo término, por la presencia de una derecha que no tiene mas solución que el sometimiento de Cataluña. En tercer lugar, por las irregularidades que llenan todo el proceso judicial Procés y que está publicando en exclusiva Diario16.

Ante esta situación la voluntad del gobierno de Pedro Sánchez de buscar soluciones a través del diálogo se encuentra con un obstáculo que, de no resolverse, impedirá un consenso real y democrático. La crisis catalana solo podra resolverse dialogando y no con las soluciones violentas que proponen de manera irresponsable Albert Rivera y Pablo Casado.

La Administración de Justicia debe entender que mientras haya presos España seguirá en crisis política. ¿Hasta cuándo se seguirán poniendo piedras en el camino?

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