En todas las sociedades, algunos grupos, tienen rituales de iniciación para sus miembros. Dichos rituales, pueden simbolizar básicamente dos cosas: La perdida de la inocencia, o un nuevo renacimiento vital.
Pues bien, parece que Imagina Burgos ha dado ese paso de iniciación pero, al parecer, una parte de esta organización ya tenía lección bien aprendida desde Valladolid y desde Madrid, por lo que solamente ha ejecutado un plan.
Podemos no ha creído nunca en una verdadera confluencia de ideologías e intereses. Podemos es un partido creado en Madrid con una idea:”Sustituir al PSOE en el liderazgo de la izquierda española e intentar llegar a la Moncloa”, o, como dijo Pablo Iglesias Turrión: “Asaltar los cielos”. Para ese objetivo la formación morada ha contado con tres estrategias de actuación:
La primera es una calculada ambigüedad ideológica. Eso les dio un apoyo potencial amplio convirtiéndose en un partido con visión de partido de Estado.
La segunda, derivada de esta primera es el apoyo de clases altas. Según las estadísticas oficiales del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas, hasta un 15,6% de las clases altas y medias/altas apoyan a Podemos, casi un punto más que el apoyo de estas clases al PSOE[1] . Esto hace que este partido no se vea como amenazante y sospecho que eso les conseguirá financiación adicional, al presentarse ante los poderes económicos como la nueva izquierda española, derivando de este modo fuentes de financiación del PSOE a este partido.
La tercera fórmula es el populismo y el aprovechamiento del descontento. Podemos, con la ambigüedad ideológica que he comentado anteriormente, aprovechó al máximo el movimiento 15M, ya amplio por sí, solamente para recabar apoyos en las clases populares y en algunas organizaciones de izquierdas, excepto en Euskal-Herria y en Catalunya, donde la izquierda soberanista está firmemente enraizada socialmente.
De este modo, Podemos-Burgos solamente sigue la estrategia mencionada anteriormente al desligarse de Imagina Burgos y pedir liderar nominalmente y, posiblemente, en los puestos de salida en las listas en futuras coaliciones. No hay más misterio.
Veamos ahora el otro lado, Imagina Burgos es una coalición de organizaciones de la izquierda de Burgos de toda la vida, organizaciones de gente buena, idealista y que ha luchado desde hace años en esta ciudad, pero sin pretensiones políticas. Todo lo contrario a lo que acabo de decir de Podemos. Esa es su virtud y a la vez su debilidad.
Se trata de una izquierda que no tiene fuentes de financiación más allá de los humildes bares en sus locales, las pocas subvenciones que reciban por sus pocos cargos públicos, algún acto de recaudación de fondos y las cuotas de sus militantes.
Se trata de una izquierda que no puede gastar dinero en “bots” de Twitter para ganar la batalla en las redes sociales.
Se trata de una izquierda que no puede pagar miles de euros a una empresa que organice sus campañas. Empresas que asesoran a Jefes de Estado del mundo y cuyos directivos se hacen fotos en yates.
Se trata de una izquierda que no tiene analistas, periodistas y columnistas a su servicio, ni tampoco es apoyada por el segundo medio más grande de la izquierda española, (siempre que consideremos los medios de PRISA medios de la izquierda), en estos momentos. Por cierto, este medio dirigido por un burgalés de nacimiento.
Pero después de decir todo esto, o precisamente por eso, estoy seguro de que es eso, izquierda.
Con ese panorama, el próximo jueves día 5 se cerrará la votación de Imagina Burgos para ver si se pide el acta de concejal a los miembros de Podemos que se desligaron del Grupo Municipal de Imagina Burgos.
Espero que, de cara a las elecciones de 2019, ambas formaciones se presenten por separado ya que, como he explicado, ambas organizaciones tienen objetivos completamente diferentes y yo diría que incompatibles. Una candidatura local no puede hacerse bajo las condiciones de un partido que tiene como objetivo básico la Moncloa, sea como sea. La utilización sería prácticamente inevitable.
Mi segunda conclusión es que, sin Podemos, otras organizaciones de izquierdas que actualmente no están en Imagina Burgos es posible que se integrasen en la coalición burgalesa. De ese modo, la organización ganaría en pluralidad política y social.
La tercera conclusión que saco es que, si Imagina Burgos quiere competir con organizaciones más estructuradas y financiadas, debería mejorar más en temas como la organización y la profesionalización. No se trata de dejar de lado las ideas, sino buscar medios y estructuras con mayor capacidad de reacción, dando mayor confianza y capacidad de maniobra a cargos públicos y orgánicos. Para ello no se debe demonizar la profesionalidad política, en el buen sentido. Eso no quita que existan mecanismos de control.
Por otro lado, no se puede jugar limpio en un sitio donde se juega sucio, la confianza tiene un límite y los intereses son algo natural y difícilmente gestionable.
[1] CIS. Recuerdo de voto de las elecciones generales de 2016, cruzado con el Estatus Económico del votante. Consultado el 1 de abril de 2018. http://www.analisis.cis.es/cisdb.jsp
El concejal que quiso reinar
Cuentan en Burgos que un día
un concejal alto picaba,
y tan alto llegar quería
que con patas traseras barría
lo que a muchos crear costara.
Dicen las lenguas malas
que por poder quedó deslumbrado,
escalando a división dorada
aquí y allá trajo desaguisado
Quiso posicionarse con todos,
desrojecer su estampa buscaba,
juego de tronos decía,
yo le llamo renegado.
Gente que a hablar le enseñara,
informes y datos donados,
corazones abiertos, pasiones,
que resultaron ser vanos.
Cambiar de rumbo es maduro,
usar a otros un truño,
juzgue cada cual la causa
separando pamplinas y humo.
Mis cariños más salinos,
frío jugador de ajedrez,
te han helado la patata,
mis cariños y mi fe.
Mis cariños y mi feee.