La mayor bomba no nuclear lanzada el pasado jueves por el ejército de Estados Unidos contra una instalación del Estado Islámico en Afganistán ha terminado por avivar el conflicto que América mantiene contra el ISIS desde el 2003.

Esta vez Donald Trump ha querido demostrar el poder del arsenal estadounidense lanzando un misil GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB) de 9 metros de longitud y 10 toneladas de peso contenía 8.000 kilos de H6 -un compuesto químico que se asemeja a la gasolina y cuya capacidad destructiva equivale a 11 toneladas de TNT- y cubierto por una capa externa de aluminio para potenciar el efecto de la explosión. Además, el explosivo contaba con un sistema aerodinámico trasero que le aseguraba alcanzar una mayor precisión sobre su objetivo.

Por este motivo Diario16 ha querido saber los daños que hubiese ocasionado la MOAB en un hipotético ataque aéreo perpetrado en pleno centro de Madrid, concretamente en la Puerta del Sol.

El lanzamiento del misil lanzado en Afganistán hubiese supuesto la muerte de aproximadamente 47.460 personas y una cifra de que rondaría los 107.430 heridos graves. Además de causar un sinfín de daños materiales -edificios, museos, teatros, cines, monumentos, centros comerciales y el Ministerio de Justicia completamente demolidos-, el área afectada por la explosión hubiese sido de 6,77 kilómetros cuadrados y con un agujero que alcanzaría los 30 metros de profundidad.

Por ejemplo, si la bomba hubiese caído en la Puerta del Sol, la zona afectada por la radiación transcurriría por la calle Gran Vía; por Embajadores, perteneciente al distrito Centro; hasta la calle Serrano, en el barrio de Salamanca.

Si bien es cierto que no se ha tenido que lamentar la muerte de civiles tras el lanzamiento de “La madre de todas las bombas”, si que ha causado numerosos destrozos en el medio ambiente y destrucción material de 1,5 kilómetros desde la zona cero que todavía se encuentran en proceso de evaluación por parte del gobierno afgano.

1 COMENTARIO

  1. Trump parecía peligroso. Lo malo es que ahora es cuando, realmente, empieza a demostrar que incluso puede llegar a ser más peligroso de lo que ya parecía. Puesto que tiene una mentalidad de chiquillo, y juega a la guerra como si estuviera en una Play station. Lanzando bombas como esta. Cuyo poder destructor es absolutamente insidcriminado y salvaje. Puesto que – al igual que las nucleares de Hiroshima y Nagasaki-, suprime toda clase de vida que encuentre a su paso: niños, mujeres, familias, naturaleza y etc; creando una devastación total….

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