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Lo personal, en política, también es político

Javier Sánchez González
Javier Sánchez González
Licenciado en Ciencias Políticas. Consultor de comunicación política e institucional en España y Latinoamérica.
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análisis

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Cristina Cifuentes y la política nacional han aprendido estas últimas semanas una lección que, no por repetida, deja de ser necesaria de repetirse: lo personal, en política, también es político. Y cuanto mayor sea el nivel de política que hablemos, mayor es esta certeza.
La ya ex-presidenta de la Comunidad de Madrid no ha entendido dónde estaba ni a qué se arriesgaba. O no ha querido entenderlo. Por desgracia el fango forma parte de la política, y quien está dentro y ha llegado al poder, sabe que esto es así. Insisto, por desgracia: pero cambiarlo de golpe no va a ser fácil.
Lo supo Pedro Sánchez en su momento, lo ha sabido Podemos de todas las formas posibles, y Ciudadanos cada vez lo va a conocer más de cerca. Quien tenga errores en su pasado, en su currículum, o en su vida en general, se arriesga a que estos salgan a la luz como arma arrojadiza. Cifuentes olvida que gracias a estas cuestiones ella ascendió políticamente. Si no que le pregunte a Ignacio González, a Granados, a Gallardón o a Esperanza Aguirre. Con su cinismo solo demuestra su mal perder.
No, Cristina, no has sufrido una persecución personal. Has sufrido una persecución política. Y esto no tiene nada que ver con los medios de comunicación, ni con una mala gestión de comunicación de crisis. Esto tiene que ver con que cometiste errores en tu pasado que te han salido muy caros. Y los errores, aunque no siempre, es muy probable que se acaben pagando. Y que salgan caros. Como ha sido el caso.
Conviene recordar que vivimos en una era donde la comunicación se amplifica. Donde un video que sale en un medio digital a las 9 de la mañana, acaba siendo noticia nacional y Trending Topic en menos de una hora. Y el umbral de la indignación está en niveles muy bajos. La ciudadanía está muy cansada de que le tomen el pelo. La mentira y el engaño salen más caros que robar. Al final, Cristina no se ha ido por el Caso Lezo. No se ha ido por ningún caso de corrupción política.
En definitiva, no te lo tomes como algo personal, Cristina. Esto es así. Y se llama política. Es fea, sucia y huele mal. Y quien esté en ella, tiene que conocerla.
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1 COMENTARIO

  1. El que una persona hipócrita y cínica sea cazada en alguno de sus chanchullos es normal. Es como quien se salta un semáforo a todas horas y un buen día le cae una sanción. Sí, ya sabemos que compañeros (acusicas) suyos se saltan también continuamente los semáforos y nadie se atreve, de momento, a sancionarles.
    Y D. Javier no se preocupe por la señora señalada en su artículo que no va a tener ninguno de los problemas que aquejan a los españolitos de a pie.

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