Los problemas con la Justicia por posibles casos de corrupción están ocasionando situaciones límites a muchos de los afectados que han hecho que en los últimos meses sean ya tres personas –Rita Barberá, Miguel Blesa y ayer el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva- las fallecidas en situaciones repentinas y dramáticas.

Ayer los medios de comunicación daban a conocer el fallecimiento de Tomás Villanueva tras sufrir en la madrugada un desfallecimiento repentino e inesperado.

Villanueva, que había dejado sus responsabilidades en la Junta de Castilla y León en 2015 después de 20 años en distintos cargos, no presentaba en principios problemas de salud. Sin embargo, en los corrillos políticos se reconocía ayer que anímicamente estaba destrozado por las repercusiones en su familia de la investigación que desarrollan los Juzgados de Valladolid en torno a irregularidades en la adjudicación de parques eólicos y por la compraventa del edificio de la ADE en Arroyo de la Encomienda y los terrenos del parque empresarial de Portillo.

Alejado de la vida política y social, el número dos de Juan Vicente Herrera hasta la anterior legislatura fue durante dos décadas un hombre con mando en Castilla y León. Probablemente una de las personas más poderosas en la vida política de la comunidad después de Aznar y Juan José Lucas.

Sus reveses legales, y el hecho de que tuviera que declarar el 18 de octubre por la presunta trama de comisiones ilegales por autorizaciones de parques eólicos están en la mente de todo el mundo como posible causa de la muerte repentina de esta político retirado de 64 años.

Sus palabras de despedida de la vida política cobran ahora más realce: “Hay que saber llegar a un cargo, estar en ese cargo y salida del cargo con responsabilidad”, declaraba en el 2015 a El Norte de Castilla.

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