Recientemente se han hecho públicas distintas encuestas sobre el panorama político actual. Por un lado, la realizada por Sigma Dos, que coincide en términos generales con la que nos presentaba Metroscopia. Ambas consultas apuntan a que, de celebrarse unas nuevas elecciones (opción mayoritariamente elegida por los encuestados) las formaciones noveles obtendrían resultados bien distintos: Ciudadanos e IU-UP tienen notables mejoras en la intención de votos, mientras Podemos vería un llamativo descenso de sus apoyos.

Sin querer aburrir demasiado con los datos, unas referencias para poner de manifiesto las coincidencias, pero sobre todo las diferencias entre los datos publicados: mientras Sigma Dos considera que Podemos obtendría un 16.7% y 49 escaños (descenso de 4 puntos y 20 diputados), Ciudadanos un 16.2% (sube en 2.3 puntos y 12 escaños), e IU-UP obtendría un 4.5% (0.8 puntos de aumento y 4 diputados),  Metroscopia vaticina en 4.8 puntos el descenso de Podemos y le da un 15.9%, Ciudadanos obtendría un 18.8% (subiendo 5 puntos) e IU-UP se situaría en un 7% (subiendo 3.2 puntos). Más o menos las encuestas en estos puntos coinciden.

Donde se observan notables diferencias es en los datos respecto al Partido Socialista y al Partido Popular. Sigma Dos daría una victoria a los populares obteniendo un 30.2% (subirían por tanto 1.5 puntos, lo que se traduciría en 5 escaños más), mientras el PSOE se mantendría exactamente igual con el 22% y 90 diputados. Sin embargo, Metroscopia señala que el Partido Popular bajaría un punto situándose en el 27.7% y el Partido Socialista en el 21%.

En este sentido, la mayoría de los votantes populares consideran que Mariano Rajoy no debería presentarse de nuevo -en la línea que Ciudadanos apunta para poder establecer pactos con ellos-, cosa que no sucede con Pedro Sánchez, de quien sus votantes consideran que debería ser de nuevo el candidato socialista ante los nuevos comicios.

más del 90% de la ciudadanía española está hasta el gorro de la situación política

Otra de las cuestiones llamativas es que más del 90% de la ciudadanía española está hasta el gorro de la situación política, incluso mucho más harta que de la situación económica. A pesar de que la mayoría considera necesario repetir las elecciones, también piensan que puede que no acudan a votar. La intención de abstención aumenta cada día que pasa y la culpa se la echan principalmente a la pasividad del Partido Popular y a la estrategia desarrollada por Podemos. Eso sí, el 62% prefiere repetir elecciones a que gobierne el PP ahora mismo, y respecto al PSOE el 52%, también. Cabría plantearse si el aburrimiento que va generalizándose entre los votantes -con su consecuente elevada abstención- pudiera no ser casual, teniendo en cuenta que cuanta menos participación haya, mayor fuerza tendrán las opciones de derechas.

En términos generales, los malos resultados de Podemos se atribuyen a su excesiva presencia mediática (al abuso que según parece han hecho de los medios de comunicación), a sus planteamientos intransigentes ante las negociaciones, a la desunión interna y a las propuestas que han ido planteando y que los electores -según la encuesta- consideran irrealizables. Los datos sobre la imagen de Pablo Iglesias solamente son mejores que los de Mariano Rajoy, que es el último líder, el peor valorado por la ciudadanía española.

Por su parte, Ciudadanos, con Albert Rivera como líder político mejor valorado, parece obtener ahora un mayor respaldo entre quienes consideran que su talante, la imagen de unidad de su partido y la capacidad de negociación y diálogo con las principales fuerzas políticas han supuesto durante estos más de cien días una opción para la salida del atolladero. Han sabido dosificar su presencia en los medios y medir bien los titulares dados a la prensa. Podría decirse que han llevado la estrategia contraria a Podemos y según parece, por el momento lo que a la formación morada le penaliza, a la naranja le beneficia.

lo que a la formación morada le penaliza, a la naranja le beneficia

El PSOE parece estancarse en lo que han sido sus peores resultados de la historia y, francamente, teniendo en cuenta su sangrienta guerra interna, el giro hacia la derecha del pacto con Ciudadanos y la evidente brevedad que se le augura a Sánchez hacen que puedan considerarse estas cifras más que positivas para el derrumbe inevitable de los socialistas en este contexto.

Con estos datos sobre la mesa, la situación, a pesar del mareo al que nos están sometiendo, parece clara: Podemos tiene que elegir si se suma de algún modo al gobierno propuesto entre PSOE y C’s -si le dejan-, o apoyarlo de algún modo. De lo contrario, de mantener esta situación de bloqueo, iremos irremediablemente a unas elecciones que, según estos datos que nos aportan las principales empresas demoscópicas, supondrían un enorme varapalo para la formación de Iglesias. Dicho de otro modo, deben elegir entre darse un tiro en el pie o dárselo en la mano. Es la única opción que Sánchez planteó tras la reunión entre los dos partidos: mientras Podemos hablaba de la vía valenciana con 161 diputados, el PSOE respondía con la necesidad de sumar 199. Pero Ciudadanos se niega en redondo -de momento- a compartir nada con Podemos. (Esta cerrazón no le pasa factura a Rivera, sin embargo, y quizás se deba a que ha mantenido el mismo discurso desde la campaña electoral).

deben elegir entre darse un tiro en el pie o dárselo en la mano

Hemos consultado a expertos que estos días intentan asesorar a Podemos y coinciden en valorar que las declaraciones de su líder en la sesión de investidura activaron la caída de la formación. Todas las propuestas planteadas quedaron eclipsadas por las acusaciones fuera de lugar hacia el Partido Socialista y, de manera concreta, a Felipe González.

Fuentes internas de la formación explican que no estaba prevista tal dureza y coinciden en que la decisión de Iglesias fue totalmente imprevista y desafortunada, tirando por tierra lo cosechado hasta el momento (hasta ese episodio, entre las filas socialistas Podemos contaba cada vez con más apoyos ante el giro que la dirección dio al pactar con Rivera).

Conscientes de su enorme pérdida y del riesgo que entraña, en estos momentos tratan de diseñar una estrategia que suavice la imagen agresiva que ha calado como lluvia fina entre sus potenciales votantes, así como intentan frenar la imagen proyectada del carácter pendular que va del odio al amor en cuestión de segundos hacia los socios políticos.

El bombardeo constante de los medios de comunicación no ayuda a Podemos a tomar aire y quienes fueran sus principales aliados durante su nacimiento e intento de «asalto a los cielos» hoy están arrastrándoles hacia el infierno. Las cadenas televisivas que más cancha les han dado son las mismas que muerden con más dureza. A veces pareciera que alguien usa las cuerdas para asfixiar a las marionetas cuando éstas no responden adecuadamente a las órdenes del titiritero.

Sus principales aliados durante su nacimiento e intento de «asalto a los cielos» hoy están arrastrándoles hacia el infierno.

Tras las elecciones del 20 de diciembre, desde filas de la dirección socialista ya se dijo en algunos foros (con absoluta discreción) que la estrategia sería permitir un gobierno del Partido Popular en una segunda vuelta. No es extraño que así suceda, de ser ciertos los números que arroja Sigma Dos: Ciudadanos y Populares sumarían esta vez 180 escaños, más que suficientes para poner en marcha un Gobierno que contentaría al Ibex35 y a las oscuras fuerzas europeas e internacionales que esperan ansiosas la puesta en marcha de la guadaña que les ingrese miles de millones de euros que tenemos pendientes como pago de deuda.

Ciudadanos y Populares sumarían esta vez 180 escaños, más que suficientes para poner en marcha un Gobierno que contentaría al Ibex35 y a las oscuras fuerzas europeas e internacionales que esperan ansiosas la puesta en marcha de la guadaña que les ingrese miles de millones de euros.

Las bolas de cristal parecen decirnos que estamos abocados a unas nuevas elecciones, a no ser que las formaciones que se dicen del cambio y que ahora se posicionan en la izquierda, se bajen tanto los pantalones como para poder entrar en un gobierno de coalición con el centro-derecha o, al menos, lo apoyen. Hasta el momento lo que parece irrefutable es la enorme pérdida de tiempo y de dinero público (ya que todos están cobrando del erario por pasear sus carteras) sin abordar ninguna cuestión realmente crucial para la ciudadanía española. No habría estado de más plantear, por ejemplo durante estos días, una reforma de la Ley Electoral con carácter de urgencia que pudiera entrar en vigor si tuvieran que repetirse las elecciones. Un simple gesto que bien podría suponer enormes cambios en los siguientes comicios; solamente esta aportación habría hecho que estos más de cien días hubieran desbloqueado algo fundamental en nuestro país (y de ser cierto lo que las formaciones políticas han estado predicando, contarían con diputados suficientes para ponerlo en marcha). Si hubieran querido dar muestra de un cambio real, este era el momento para priorizar las cuestiones que podrían apoyar todos frente al PP. Pero han preferido aburrirnos a todos con sus cambios de humor, sus salidas de tono y su falta de sentido de Estado.

En este sentido podrían haber puesto sobre la mesa una auditoría de la deuda, pilar fundamental para poder articular las políticas futuras del país (de este modo todos sabríamos realmente la profundidad de los agujeros que tenemos y las causas que nos han traído hasta aquí); un plan conjunto de medidas urgentes contra la corrupción (medidas reales y efectivas, no papel mojado que nadie cumple); y sin duda, una feroz oposición conjunta de todas las formaciones a la enorme desfachatez que el Gobierno en funciones está mostrando con su continua incomparecencia y su reiterada negación a la hora de rendir cuentas ante las Cortes (ante la representación del pueblo que dicen gobernar). Ideas que aún podrían estar a tiempo de poner en marcha todos aquéllos que se arrogan ser las fuerzas del cambio.

Y para que no falten propuestas, tampoco estaría de más que, de cara a las siguientes elecciones, todas las formaciones fueran honestas y nos dijeran durante la campaña con quién estarían dispuestas a pactar si les damos nuestro voto. Más que nada para evitar disgustos como los que estamos teniendo y reforzar la democracia.  Y de paso, también, que mantuvieran su programa electoral, y en caso de hacer concesiones, que se plasmen en acuerdos previos para que todos sepamos a lo que atenernos.

2 COMENTARIOS

  1. Huele a caquita socialista o es mi imaginación? Ahora resulta que tenéis el candidato perfecto y que no lo sabéis ni vosotros. Nuevas elecciones y a huir.

  2. Fantástico análisis, la incapacidad manifiesta de los diputados para controlar al gobierno ha propiciado la firma de un tratado de expulsión de refugiado, financiando con dinero público un estado que entiende que es más rentable ametrallar a los refugiados que darles asilo.
    Algún día tendremos que explicar a nuestros hijos y nietos que no hicimos nada para evitar que miles de personas que huyen de la guerra mueran de hambre, frio y por agotamiento en la frontera Europea, algún día la historia nos juzgará como pueblo y creedme que lo hará con la misma vara con la que nosotros medimos otros tiempos y a otros pueblos.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre