Llegado el día, se cumplieron los pronósticos, más bien el pronóstico: “Le Pen, derrotada”.

Macron dobla en votos a la extrema derecha. Ésta sería una lectura muy sintetizada de lo ocurrido éste domingo en el vecino país y no siempre amigo.

Si rascamos un poco la pátina de todo esto podemos concluir bastantes aspectos interesantes, alguno de ellos poco tranquilizadores. Macron ha aglutinado las huestes contra Le Pen con lo que parece ser un porcentaje considerable de voto prestado para ésa batalla.

La primera vuelta puso de manifiesto la importante dispersión del voto en la que el socio-liberal hoy vencedor consiguió casi el 24 % de los apoyos. También se puso de manifiesto en aquella ocasión el fuerte revés sufrido por la social-democracia que lideraba Hamon y la preferencia del electorado francés por los postulados socio-liberales, un movimiento que se hace cada día más fuerte en el ámbito europeo.

Causa al menos intranquilidad una cuestión; ¿qué destino tendrán los once millones de votos conseguidos por Marine Le Pen de cara a las legislativas del próximo mes?. A priori ésa importante cifra no debería de cambiar de destino de forma muy significativa, lo que plantea una posibilidad preocupante. Por el contrario los votos aglutinados por Macron en ésta ocasión, es previsible que en un alto porcentaje vuelvan al redil de origen. En el “todos contra Le Pen”, la cuestión toma un cariz sumamente complejo.

En un planteamiento directo, si los votos de la primera vuelta no cambian significativamente de color, se consolidaría la fragmentación de ése voto. Socio-liberales, ultraderechistas, conservadores republicanos y los ultraizquierdistas de Mélechon, se repartirían la mayor parte del pastel, una situación que no haría nada fácil la conformación de una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

La primera reválida que tendrá que sortear el más joven presidente de la V República es la del nombramiento del nuevo primer ministro; decisión que irremediablemente dejará algunos “cadáveres” en el camino. Si la decisión de Macron recae en algún miembro de la derecha republicana el alarido de los socialistas de Hamon se escuchará a éste lado de los Pirineos. En la misma medida el estruendo se hará oír por parte de la derecha, si la varita se posa sobre la testa de cualquier ilustre integrante del partido socialista francés. Si éste último es el caso, poco tardarán los demás grupos en recordarle a Macron su pasado como militante socialista y su condición de antiguo ministro con el cesante Hollande. En fin, en términos coloquiales, un “papelón” para el estreno de Emmanuel Macron.

Si duda alguna, el mensaje derivado de la cita electoral concluida, por encima de cualquier otra consideración y por razonable extensión a otros países del entorno; pone de manifiesto que una parte muy importante de los ciudadanos europeos no está por la labor de hacerse eco ni de planteamientos extremistas ni de soflamas independentistas ni tampoco de populismos al acecho.

La Europa de las “ideas centradas”, de la solidaridad y de la integración, ha sorteado con éxito éste envite en una coyuntura un tanto convulsa. Se refuerza éste mensaje tras el insólito hecho del triunfo de un socio-liberal sin el apoyo y cobertura de un partido en la retaguardia, tarea ésta que le tocará resolver en tiempo record. Es esto otro toque de atención a los viejos partidos y a sus viejas formas de hacer política. La primera consigna de Macron en la multitudinaria celebración de su victoria : “ Regenerar la vida Pública”, leitmotiv que abandera el partido de Rivera en nuestro país.

1 COMENTARIO

  1. Jorge Zavaleta Alegre. Las elecciones en Francia revelan un alivio para el mundo civilizado. La extrema derecha avanza con la velocidad de internet. Ocurre que esa tecnologia aún NO engloba a la Humanidad. La derrota de la ultraderecha en Francia debería significar una revisión de las vertientes democráticas, sobre todo en su conducta ligada con el Etica.
    Sigamos de cerca los declives de la Marea Rosada de Chile, Brasil, Perú, Venezuela que no han respondido a sus promesas. Las dirigencias necesitan renovación. Han perdido credibilidad. Por ejemplo, Garcia, Toledo, Humala, para hablar solo de quince años de la historia dell Perú, traicionaron a sus promesas con el respaldo de socialistas. Esos tres gobernantes tienen diferentes procesos judiciales por corrupción. Sin embargo, los izquierdistas que hoy están tras un espacio en la administración de Pedro Pablo Kuzcynqui, hoy se ocultan en ONGs bien financiadas. Por ejemplo, el Lugar de la Memoria, financiado por Alemania con una donación de 9 millones de dólares, es un fortin de pseudos izquierdistas, con habilidades para permanecer y monopolizar espacios en el poder de turno. PPK, negoció semanas atrás un convenio con Trump, relacionado con la «exoneración de visa» para ingresar a EEUU. Un regalo, con trampa, porque ahora el gobernante norteamericano declara severa investigación y revisión de cada migrante de todos los países del sur. Una política intimidatoria, que la «Izquierda», se queda callada o sigue merodeando el poder. La oligarquia economíca tiene su oligarquía intelectual, racista, mediocre, que solo trabaja con entornos muy estrechos, privados

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