La presidenta andaluza no ha mentido una, ni dos, sino tres veces en el asunto de la crisis estructural de una ausencia absoluta de sistemas de climatización que padecen los 6.000 edificios públicos existentes en Andalucía pertenecientes a unos 4.500 colegios. En sesión parlamentaria, Susana Díaz dijo a finales de junio, en plena ola de calor con aulas a más de 33 grados centígrados: “Fui a los colegios públicos a título personal. He hablado con los padres, he hablado con los profesores, he estado allí”. Las partes directamente afectadas por este défícit crónico de la educación pública andaluza niegan la mayor.

Los padres de los alumnos, a través de más de un centenar de Ampas agrupadas sólo en Sevilla y provincia, y también ahora los directores de los colegios públicos, le han respondido que no los han tenido en cuenta en ningún momento ni en el denominado “plan de choque” de verano que la Consejería de Educación ha planeado unilateralmente para los centros supuestamente más necesitados, sólo el 1% del total de colegios existentes, ni tampoco la Administración autonómica ha concretado a ninguna de las partes afectadas qué criterios se han seguido para seleccionar únicamente 51 colegios de la red de 4.500 existentes en toda la comunidad, en los que se invertirán 2,5 millones de euros.

Tanto es así que aquí puede sumarse una cuarta mentira de la presidenta andaluza, ya que Susana Díaz afirmó rotunda en un desayuno informativo que había llegado a un acuerdo con las Ampas de los colegios públicos andaluces cuando realmente ni siquiera se había producido un solo encuentro entre Administración y padres de alumnos.

Esther Ruiz, delegada de Educación en Córdoba, pondrá sólo toldos y árboles para climatizar los colegios.

También han existido serias contradicciones en el PSOE a la hora de abordar qué entiende cada responsable autonómico o municipal por “climatizar colegios”. La ya ex titular de Educación Adelaida de la Calle desaconsejaba los aires acondicionados para los escolares, como si estos tuviesen unas condiciones termostáticas diferentes al resto de funcionarios andaluces, que por el contrario sí disfrutan de estos beneficios de climatización de sus centros de trabajo. En sintonía con la cesada De la Calle está la actual delegada de Educación de la Junta en Córdoba, Esther Ruiz, quien a principios de este mes de julio admitía que en ninguno de los ocho centros de la provincia agraciados con el plan de choque se instalarían aparatos de aire acondicionado sino a lo sumo “toldos o árboles” para “adecuar la climatización”. Estos toldos o árboles son difícilmente instalables en el interior de las clases como elementos disuasorios de las altas temperaturas.

Una cuarta mentira de la presidenta andaluza es el falso acuerdo al que afirmó haber llegado con las Ampas

Esta opinión choca frontalmente con la de la alcaldesa de la capital cordobesa, la también socialista Isabel Ambrosio, quien unas semanas antes aseguraba que el consistorio de la capital cordobesa instalaría aparatos de aire acondicionado en un plazo de dos años en todos los colegios públicos que aún no dispongan de ellos, una amplísima mayoría.

Este oscurantismo por parte de la Consejería de Educación sobre los planes reales para climatizar los colegios públicos se extiende también al plan a medio plazo que la Junta se ha impuesto tras las protestas y movilizaciones de los escolares, que han llegado a soportar en muchas aulas temperaturas superiores a los 33 grados centígrados en muchos días del pasado fin de curso.

Según el plan anunciado por la Administración andaluza, tras el plan de choque de este verano se acometería en un plazo indeterminado de tiempo un total de 201 intervenciones sin concretar con un presupuesto total de 57 millones de euros. A día de hoy sigue sin saberse a cuántos centros afectarán, ni qué partidas irán para cada colegio ni tampoco qué obras en concreto se acometerán en cada uno de los agraciados. Muchas dudas razonables y varias mentiras evidentes, hasta cuatro de la presidenta andaluza.

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