Hoy en Ruido Blanco nos damos el homenaje de hacer una de las entrevistas que más ganas teníamos de hacer. Hoy charlamos con Miguel Ángel Hernando, por todos conocido como ”Lichis”. Ya muy lejos de la tormentosa relación con el éxito discográfico que le supuso “La Cabra Mecánica”, Lichis da un paso más en su nuevo camino musical con un EP de título “Mariposas”, de cuyo primer single ,“Bicha”, se presenta el video en estos días. Mariposas promete ser un EP más intimista, tan delicado en su textura como firme en el sentido de sus letras. Promete ser un trabajo deliberadamente agarrado a la tradición americana del Blues y del Country, tan auténtico y personal como ya lo fuese su anterior disco “Modo Avión”. Charlamos con Lichis sobre su trabajo, sobre su vida, sus influencias y sobre el panorama musical en general. Algo más de media hora de conversación en la que no se escatimó un ápice de honestidad. Espero que disfruten tanto de leer esta entrevista como yo de hacerla.


 

Eres probablemente uno de los músicos españoles que más veces se ha reinventado, al menos que yo conozca. Tengo entendido que de hecho eres bajista de Jazz en origen.

Bueno, en origen no. Yo venía del Rock y del Country, aunque sí es cierto que una temporada larga de mi vida la pasé muy involucrado en el Jazz fusión ese de los 90 que sonaba como la música de teletienda (risas). Luego vino la Cabra Mecánica que se planteaba como una huida hacia adelante. En ese proyecto pretendí narrar la farándula, la noche, desde el punto de vista de mi condición de chaval del barrio de Gracia que vive en Madrid. Ahora he cambiado el estilo, tanto musical como poético. Digamos que no  busco tanto narrar lo que veo sino más bien describir cosas que tengo dentro. Es desde luego un trabajo más introspectivo, un relato de mi propio mundo interior en el que las palabras siempre albergan varios significados.

 

¿Crees que esa huida hacia el interior de uno mismo puede ser debida a un proceso de madurez, o no tiene nada que ver con eso y es simplemente un punto más en el largo proceso de búsqueda personal que conforma la vida de un músico?

Creo que es simplemente un punto más, aunque sí es cierto que la juventud viene aparejada a un cierto grado de insolencia, gracias a lo que se experimenta muchísimo. También te cambia la percepción del sonido. Cuando vas conociéndote a ti mismo, cada vez tienes más claro lo que buscas y cómo encontrarlo y por ello suelen decirse más cosas con menos elementos. Uno se vuelve muy selectivo con el sonido y la búsqueda de profundidad en él con el paso del tiempo.

 

Es cierto que, a juzgar por el single que estás presentando, parece que esta línea en tu sonido que abriste en tu anterior disco tiene su continuación en este ¿Qué diferencia a este nuevo trabajo del anterior?

Pues muchas cosas. Para empezar este EP lo he producido en casa, contando con la precisión y disciplina de Alex Olmedo y grabando con mi banda habitual. El anterior disco lo grabé en Nueva York, con músicos de referencia del Rock y del Country de allí. Eso es ya de hecho una gran ruptura con el disco anterior. Este disco surge de la intimidad del hogar y el anterior está influenciado por la abrumadora inmensidad de Manhattan, por cuyas calles caminaba como sintiéndome el hijo tonto de Bob Dylan. Muchas cosas han cambiado incluso en la manera de distribuir el disco, los conciertos, etc….

 

Este disco lo has producido con tu propio sello. ¿Se echa en falta el apoyo de una discográfica?

La verdad es que ahora mismo las discográficas no pueden hacer demasiado por nosotros. Ellos además necesitan productos, o convertir cosas auténticas en productos, como pudo ser el ejemplo de la Cabra Mecánica. Después de aquella experiencia discográfica conseguí liberarme y ahora he emprendido un camino más personal. Creo que yo ahora en este momento de mi vida artística no les intereso. Cuanto más personal es el trabajo de un artista, menos interesante puede resultar para su catálogo. Pese a esto, la distribución es probable que la hagamos con Warner, pero sólo la distribución, que ya cambia mucho la cosa. Ahora la discográficas están tratándose de meter en el negocio del directo pidiendo a las bandas con las que firman contratos editoriales un porcentaje de los beneficios derivados de la venta de entradas. Desde mi punto de vista esa no es manera de operar, pero bueno, es lo que hay. Yo por mi parte ya he manifestado en alguna ocasión que no estoy dispuesto a ello. En definitiva y volviendo a la pregunta inicial, las discográficas supongo que pueden resultar interesantes si alcanzas un determinado nivel de ventas, porque es innegable que siguen manteniendo un gran poder de influencia y de promoción de sus productos pese a todos los cambios que se hayan podido producir en la industria en esta última década. De hecho, algunas bandas indie de éxito se han ido a discográficas mainstream huyendo de los contratos editoriales leoninos que estaban firmándose en las discográficas indie.

 

¿En qué manera ha transformado la distribución digital el modo de vida de los artistas? 

Pues sinceramente, la distribución digital ha supuesto un golpe de estado en toda regla al statu quo. El reparto que se hace de los beneficios derivados de las reproducciones en las plataformas digitales como Spotify es una vergüenza.También es cierto que la industria discográfica desaprovechó su poder años atrás y ahora han cedido ante las tecnológicas. Pero desde luego, supone un paso atrás de tantos y tantos años de lucha en el sector.

 

En mitad de todo el ruido mediático habido a cuenta de los derechos de autor, poca gente se ha percatado de que la defensa de los derechos de autor que puedan enarbolar personas como Victor Manuel o Alejandro Sanz, poco o nada tienen que ver con la defensa que pueda plantear alguien como tú. ¿Duele que la gente pueda percibir esta guerra por los derechos de autor como una pataleta de niños ricos que pretenden tener todavía más de lo que ya tienen? 

Es desde luego un error de apreciación terrible que impide a la gente llegar a entender el problema. Si planteas tu posición basándola en la situación de una élite pierdes de vista totalmente el mapa de la situación de la abrumadora mayoría de los autores y músicos. Se ha roto totalmente el equilibrio. Hace unos años, entre lo que te llegaba de autores, lo que te llegaba de AIE, las ventas de discos y los conciertos, un artista de repercusión media, podía vivir de manera digna de su trabajo. Ahora eso ya no es posible, lo que ha sumido el mundo de la música todavía en una mayor marginación. También es relevante el hecho de que la mayoría de la gente no sabe qué se oculta detrás del hecho de que las radios hayan comenzado a apostar por “oldies” en lugar de estrenos, o qué esconden las empresas de servicios de internet detrás de sus slogan supuestamente democratizadores de la cultura. Lejos de democratizarse la cultura, lo que se consigue es simplemente precarizarla. Las empresas facilitadoras de internet han utilizado durante años la música como señuelo para conseguir vender tarifas planas. Mientras que la música la consigues gratis, por internet has de pagar. Y digo yo; ¿Por qué no al revés?. Y lo más grave quizás sea que a la gente común ya le parece totalmente normal este planteamiento. El otro día mismo, pude comprobar a qué nivel llega este sinsentido. Resulta que me coge un taxista y en algún momento pone en su equipo de música un CD pirata. Supongo que lo vería tan normal. Al rato se pone a contarme la situación tan demencial que tiene que sufrir el gremio del taxi debido a los fenómenos como UBER o BlaBlaCar. Que si tienen que pagar impuestos, que si tienen que pagar un dineral por la licencia, etc, etc…. Es dramático que lo que resulta tan sencillo de entender cuando el agraviado es uno mismo, resulte tan complicado cuando el agraviado es el vecino.

 

¿A que crees que se debe esta situación de pérdida de derechos?

Creo que es una cuestión sobre todo de educación. Pese a ser la generación mejor formada de la historia, que se materializa en una innegable capacidad de producir cosas, hemos perdido totalmente la conciencia crítica. Sobre todo en la izquierda. Creo que hemos sido educados a modo de pequeñas empresas, y por ello hemos cambiado la comunicación por la publicidad, la filosofía por la autoayuda, las preguntas por respuestas cada vez más inmediatas, los slogan brillantes por las ideas de fondo. En el caso de la música, detrás de ciertos slogan brillantes como la cultura libre vino la normalización de la pérdida de derechos que tantos años costó lograr en la profesión.

 

Volviendo al disco. ¿Tenéis planteada una gira?

Pues no está planteada una gira como tal. Si que hay conciertos cerrados, algunos festivales, pero un poco al margen del concepto tradicional de gira. Por ejemplo, la presentación del EP que será el 4 de Junio en el Teatro La Latina la vamos a hacer a las 12:30 del mediodía, que es una hora bastante peculiar para presentar un disco ….

 

¿Qué opinas de la tendencia a que los festivales acaparen la atención de la gran mayoría del público que asiste a conciertos?

El formato de festivales tiene sus pros y sus contras. Por un lado es difícil disfrutar de las bandas en esos formatos, dado que los tiempos son más limitados, y las bandas optan por hacer un repertorio en el que tocan sus éxitos y parte de sus nuevos trabajos, pero de este modo es más difícil hacerse una idea del punto creativo en el que se encuentran. También es ciertamente preocupante el hecho de que la propia actividad creativa de los grupos se vea condicionada por el formato, en el sentido de que se vea condicionada la autenticidad al componer una canción pensando en que se va a tocar en un festival. Por otro lado, he de reconocer que cuando voy a tocar a festivales me gusta mucho tener la posibilidad de ver a bandas en directo que de otro modo quizás me fuese complicado ver. Es lo que hay y por tanto toca adaptarse.

 

¿Qué expectativas tienes puestas en este disco?

Cada día tengo menos expectativas. Hoy mismo ensayando, me di cuenta de que estaba donde tenía que estar haciendo lo que quería hacer. Me siento satisfecho con el trabajo que estoy haciendo y creo que mi expectativa es básicamente seguir haciéndolo. Por supuesto que tengo necesidades económicas que cubrir, pero si sigo teniendo la oportunidad de mantenerme en esta profesión tan complicada, supongo que querrá decir que la cosa va bien. Seguir trabajando y seguir mejorando, esas son mis expectativas.

 

¿Qué influencias te inspiran en este nuevo camino emprendido?

Intento huir de la influencia de Dylan y Tom Petty que la tengo muy agarrada. Últimamente escucho mucho Country, mucho a Jayhawks o Wilco, incluso a Beck.

 

¿Se puede ser músico y de derechas? 

Es una pregunta muy recurrente que siempre me gusta contestar con un par de anécdotas. Una es la contestación que Joey Ramone dio una vez a esta misma pregunta. Él contestó: “no puedo ser de izquierdas, soy punk”. La otra es aquella que Sean Connery le soltó a la comisión McCarthy cuando le preguntaron sobre la filiación política de sus amistades. Connery dijo: “Son músicos de jazz, son todos anarquistas por definición”. Creo que esto contesta tu pregunta. En cualquier caso, como padre divorciado con tres hijos, me parece inaceptable la postura que mantiene la izquierda sobre el tema de la custodia compartida, por lo que se puede decir que me siento poco representado por la izquierda actual en España.

 

En tu larga trayectoria has tenido oportunidad de compartir escenario con mucha gente. ¿Cual es la colaboración que recuerdas con más cariño?

Pues la verdad que es difícil elegir una, porque debo de tener el récord de colaboraciones en este pais. Pero de todas quizás la que con más cariño recuerdo es a aquella con María Jimenez. Fue muy especial la energía que se creó, y lo heterogéneo del público. Fue bastante mágico todo.

 

Tu vida musical es tan extensa como variopinta. ¿Tras tantas vivencias y avatares, nunca has pensado en colgar la guitarra? 

Esta es una profesión muy dura gobernada por una incertidumbre permanente. Creo que es imposible no haber pensado alguna vez en dejarlo.

 

¿Hay algo en tu carrera que si volvieses hacia atrás no harías?

Quizás aquello del iluso. Aquello fue la estocada final a La Cabra

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