Todo lo que ha ocurrido esta semana por la «Operación Lezo» fue anunciado por Diario16 en el mes de febrero a través de la información firmada por Santiago Aparicio. En este artículo se hacía un repaso a la gestión de Esperanza Aguirre y del aguirrismo y de la consiguiente herencia negativa dejada a su sucesora, Cristina Cifuentes.

La crisis económica y la gestión de la misma realizada por el Partido Popular ha provocado que también se haya operado un cambio en el modo de hacer política en el PP. Posiblemente esta transformación esté generada por la necesidad de gobernar en coalición o a través de acuerdos de investidura, pero también las personas tienen que ver en ello.

La Comunidad de Madrid es un claro ejemplo de ello. Las medidas tomadas por el Gobierno de Cristina Cifuentes, evidentemente, no se podrán asemejar a las socialistas o a las de Podemos porque hay un cambio, no una revolución, pero los modos han cambiado intentando acercarse un poco más a las necesidades de la ciudadanía dentro de las posibilidades ideológicas del Partido Popular.

Sin embargo, hay un aspecto que ha desaparecido de los modos de gobernar, un aspecto que era fundamental dentro de las formas del aguirrismo: la soberbia. Se podrá estar de acuerdo o no con las medidas aprobadas por Cifuentes y su equipo pero de lo que no se les podrá acusar es de soberbia o de querer imponer políticas sin haberlas consensuado con sus socios o con el resto de grupos parlamentarios.

El aguirrismo en Madrid tiene los días contados tal y como se demostró con los resultados del último Congreso Regional, del mismo modo que el aznarismo va siendo desterrado del PP nacional. Dirigentes como Cristina Cifuentes, Ángel Garrido o Engracia Hidalgo, por mencionar a dos, demuestran que el conservadurismo español puede ser democrático, puede ser una ideología válida a través del consenso y no a través de la imposición de dictaduras parlamentarias. Luego discutiremos de política y tendremos debates sobre tal o cual política, tal o cual proyecto de ley, o tal o cual actuación, pero podremos hablar y exponer los argumentos porque, al menos, habrá diálogo en el que las opiniones discordantes serán respetadas.

Lo ocurrido durante esta semana ha demostrado que el PP de Madrid tiene dos almas porque hay que poner en valor que fuera el propio Partido Popular de Madrid quien colaborara con la fiscalía en las investigaciones sobre lo que había ocurrido en el Canal de Isabel II durante la presidencia de Ignacio González, algo que durante la mayoría aguirrista hubiera sido impensable.

1 COMENTARIO

  1. A esta gente, al PP, es a la que ha permitido gobernar Susana Díaz utilizando los mas de cinco millones de votos socialistas, que secuestro tras el golpe de estado del 1 de Octubre del 2016.
    Eso no se nos va a olvidar nunca a los militantes.

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