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La verdad

Sergi Tarrés i Sales
Sergi Tarrés i Sales
Licenciado en comunicación audiovisual. También estudió física. De izquierdas y republicano. Ha participado en campañas electorales en redes y comunicación. Asesor político. Ha sido profesional de las telecomunicaciones i astrónomo aficionado.
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análisis

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La obligación es ponerse de acuerdo. La primera desobediencia, lo que más molesta, lo que peor se les puso a los de la clase de la casta española es que, contra todo pronóstico, el republicanismo, las fuerzas independentistas ganasen una nueva mayoría el día 21 de diciembre. Y sí, les molestó mucho, y les molestó tanto por una razón muy sencilla: el movimiento independentista es la única amenaza real a su supervivencia como privilegiados.

Los republicanos de Catalunya han vencido sistemáticamente en las urnas en un buen puñado de ocasiones

Los republicanos de Catalunya han vencido sistemáticamente en las urnas en un buen puñado de ocasiones. Lo han hecho con un estado en contra, con un sistema bestial destinado enteramente a laminar su mayoría. La guerra sucia ha estado en todos los frentes, sin cuartel y sin atender a ningún principio democrático. La voluntad mayoritaria de un pueblo no importa -o quizá al revés… importa mucho- a no ser que “no moleste”. Una gran cantidad de gente puso su cuerpo delante de los escudos y las porras de la policía el día 1 de octubre. Se expuso estoicamente a la fuerza bruta para proteger las urnas, el derecho fundamental en democracia. La lucha catalana es, por sobre de cualquier otra cosa, una lucha por las libertades y los derechos humanos. La respuesta del aparato del Estado no ha sido otra que la amenaza, la represión, la cárcel, etc.

esta “bestia” tiene tantas cabezas como votantes el 1 de octubre, los del sí y los del no

El Estado, quizá debido a su concepción caudillista, ha pensado siempre en aplicar aquello del “muerto el perro, muerta la rabia” traducido a la política. Ha actuado como si la pulsión republicana fueran nada más y nada menos que los delirios de grandeza de algún u otro líder. A cada cual más loco. A cada cual más egocéntrico. Era lo fácil, descabezar la bestia. Se confundían, esta “bestia” tiene tantas cabezas como votantes el 1 de octubre, los del sí y los del no.

Lo hicieron con Mas, lo hicieron con Puigdemont, lo hicieron con Junqueras, con Rovira, etc. Y lo harán con cuantos más vengan. Continúan obviando que esto no va de individuos si no que es un movimiento de base, colectivo, popular. Encerrando los líderes en la cárcel o condenándolos al exilio piensan que solucionan un problema y la gente se resigna. Se equivocan, es por eso que, al ver que no hay manera, van extendiendo más y más las garras de la represión y de un tiempo a esta parte ya se atreven a tocar a ciudadanos individuales.

Mientras no hay gobierno, el Rey y su corte se frotan las manos. Mientras no hay gobierno el independentismo se discute, se destripa en público en un ejercicio muy poco edificante para todos. Salen a la luz, ahora que es difícil qué hacer y sobre todo, cómo hacerlo a partir de ahora, todas las miserias del catalanismo que estaban soterradas. Guerra a campo abierto para disputarse el pastel. Nadie dice cómo avanzar, nadie. Incluso los que señalan impúdicamente de traición a los que, en primera persona, se han hecho cargo del referéndum (y están en la cárcel por ello) no tienen ni la más remota idea de lo que hacer y, solamente, se dedican a destrozar el único “catch all party” que es Esquerra. La desvergüenza con la que algunos, otrora acérrimos fans del más rampante autonomista Pujol, ahora tildan de traidores a los, que desde el Govern, lideraron el referéndum no tiene parangón. ¿Y todo por qué? ¿Así conseguirán ser más de un 47%? ¿Aquí nos plantamos? ¿con qué fin?

lo que seguro que le molesta más es que la mayoría independentista consiga volver a su propio seny y pueda formar un gobierno

No nos engañemos, al Estado le molesta Puigdemont, al Estado le molesta Junqueras, Rovira, Boya, Gabriel, etc. Pero lo que seguro que le molesta más es que la mayoría independentista consiga volver a su propio seny y pueda formar un gobierno. ¿O pensamos que el Estado no tiene ganes de que le damos una segunda oportunidad a Arrimadas para ser presidenta?

Quizá algunos piensan que es buena idea intentar hundir al partido central del independentismo con 86 años de historia sin ningún caso de corrupción. Pero algún día deberán explicar por qué y a donde nos conduce. Quizá estaría bien que, en vez de tanto simbolismo simplista sin ningún fondo ni contenido real, nos cuenten, de verdad, que es lo que pretenden. En fin, seguim.

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