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La salida

Convocar unas generales

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Póngome tapones para huir de estas sirenas que nos despistan. España está en plena crisis, desde todos los puntos de vista. Yo entreveo una salida.

Qué tal si, en vez de defender a héroes sentimentales, los movimientos progresistas se organizan con un programa electoral de verdad para acabar con la basura esclerotizada de este país, democracia en mano, esto es: ganando unas elecciones (últimamente hay que insistir), con un programa realista y ejecutable desde el Parlamento y el Senado. Porque después de las elecciones catalanas, hay que hacer un meaculpa y convocar unas generales, no sólo se han roto las costuras allí… hemos visto todos los descosidos.

Y hablamos de reformas estructurales que nos ayuden a superar la cleptomanía institucionalizada y vestida de solemnidad, sí, porque si algo tengo claro es que una parte importante de los dirigentes de nuestros partidos políticos son cortesanos, profesionales del saber moverse, arribistas que o no teniendo capacidad para triunfar profesionalmente o habiendo heredado un capital que conservar pululan entre las fuentes del poder para «ser»… Sí, en cada partido con ropajes distintos, el Estado español y sus autonomías (todas) están ocupadas por una CASTA, sí, una clase elitista, que vive de espaldas a la realidad social.

El progreso de verdad, y necesitamos un partido que lo defienda, pasa por desviar el foco y debatir y cambiar verbigracia:

  1. Las Leyes electorales, de tal manera que las mayorías verdaderas no queden distorsionadas y pseudorrepresentadas; no pueden valer unas personas más que otras.
  2. La Monarquía, debemos generar una mayoría suficiente en las instituciones que impulse un cambio de régimen, por pura obsolescencia, ni por animadversión ni por enfrentamiento, pragmatismo político, Ley y nada más.
  3. Un pacto Educativo que fomente la inversión en conocimientos como estructura de un verdadero sistema democrático; hay que estudiar un impulso de la Enseñanza Pública y un desmantelamiento progresivo y medido de la concertación, relegando lo privado a una verdadera privacidad pero con un control exhaustivo del cumplimiento de la ley, los programas, la Constitución…
  4. Un fortalecimiento de la Función Pública limitando el nombramiento de cargos de confianza, devolviéndole su papel fiscalizador y notarial para impedir el ejercicio arbitrario de los cargos políticos.
  5. Regulación de la jornada laboral de los cargos públicos y supresión de privilegios y protocolo, salvo lo que tenga que ver con la seguridad personal. Prohibición de todo gasto propagandístico en las instituciones públicas. Prohibición de no aceptar preguntas en las convocatorias de prensa de políticos en ejercicio, salvo comunicados enviados por escrito.
  6. Redefinición de las Autonomías y sus gobiernos, racionalización de nombramientos y una auditoria de las «agencias, empresas…» (o como las hayan querido denominar esquivando la Ley) financiadas con dinero público. Extinción paulatina de las mismas y devolución al funcionariado de sus labores.
  7. Eliminación las subvenciones a las organizaciones políticas haciéndolas depender de las cuotas de sus afiliaciones, promover el debate de ideas (aportando los medios de comunicación públicos) en detrimento de la propaganda.
  8. Dotación de infraestructuras suficientes al Tribunal de Cuentas para justificar cada euro público gastado en un tiempo relativamente rápido.
  9. Reformas legales que simplifiquen los delitos y devuelvan la responsabilidad a las personas, no esta maraña que sólo beneficia a quienes pueden pagar equipos jurídicos de lujo.
  10. Limitación a ocho años de permanencia en cargos políticos, salvo miembros del Gobierno y otros cargos de alta responsabilidad, con la obligación de desvincularse otro periodo igual de todo cargo, esto es: ganándose la vida en el mercado laboral o funcionarial como cualquiera.
  11. Dinamización de la participación popular a través de Leyes, todo será planteable dentro del marco legal vigente y de las mayorías previstas.
  12. Auditoria de las obras públicas en marcha o proyectadas, racionalización de las mismas con una política ecológica y un diseño de transportes públicos que ayude a evitar el uso de los vehículos privados.
  13. Atajando la corrupción y el fraude (no recortando derechos), freno del endeudamiento y saneamiento de las cuentas públicas… para volver a utilizarlas como equilibradoras de las diferencias.

Seré claro: si Podemos quiere ocupar ese espacio político, debe alejarse de fantasmas nacionalistas. Hay que despertar de esta pesadilla, hay que empezar a despegarse de la derecha rancia y de este nacionalismo antidemocrático e ir hacia una izquierda realista y práctica, de hechos; que no nos engañen, hay quien defiende la democracia para mantener su negocio y hay quien ha trazado una línea tras la que nos sitúa a todos con el engaño de defender a un pueblo que vota: eso lo hacemos todos los demócratas, la duda ofende, quizá deberían preguntarse quién tiene más motivos para dudar con razones; yo me mantengo firme, muchos nos mantenemos firmes y claros, distintas: queremos política ya.

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