La Selección Española de fútbol ha obtenido su primera victoria en la Eurocopa de Francia al imponerse a la selección de la República Checa por 1-0, gracias al tanto conseguido por Gerard Piqué a pase de un magistral Andrés Iniesta. El destino quiso que precisamente un jugador silbado por los aficionados de “La Roja” fuera quien salvara los muebles en un partido complicadísimo y ante un rival terriblemente ordenado. Fue en Toulouse donde el combinado español, con la paciencia y el toque de balón como principal característica, cocinó a fuego lento una victoria muy trabajada.

Comenzaba el partido con un combinado español marcado por la ausencia de Iker Casillas en la portería, que definitivamente tuvo como dueño a un David De Gea que tomó el relevo del jugador español con más participaciones en la Selección, y además, solventando situaciones difíciles para cualquier portero, dejando el pabellón español muy alto en cuanto a la meta se refiere. Del Bosque no dudó a la hora de poner en el once titular a toda su artillería, con Ramos y Piqué en el centro de la zaga, Juanfran y Alba en los laterales con presencia constante en el ataque, y con Busquets a cargo del timón en la medular. Con esa defensa el equipo español supo contener a una selección checa muy física, y que tan solo tuvo a Jiri Rosicky como creador de juego en el medio campo. Por delante, Cesc, Iniesta, Silva y Nolito dieron una lección constante de cómo se debe entender el fútbol de toque, combinando con paciencia hasta dar con el espacio por donde golpear al rival. Sin embargo, un Álvaro Morata muy encimado por sus rivales, y más tarde el donostiarra Aduriz, fueron los jugadores más grises del partido, apenas sin gozar de oportunidades para conseguir anotar ante Petr Cech, uno de los mejores porteros del mundo.

Controlando el balón, la posesión de juego, e incluso llevando la iniciativa casi durante todas las fases del encuentro, España propuso un fútbol vistoso, pero contrarrestado por una muy poblada defensa checa, que buscó el contragolpe para hacerle daño al equipo de Del Bosque, pero sin profundidad alguna. Hoy en Toulouse se pudieron ver tanto las virtudes del equipo que dirige el señor marqués, como sus carencias. Muy parecido al Atlético de este año, al equipo español le falta lo mismo que al de Simeone, es fuerte en casi todo el campo, pero tiene problemas en el último tramo, sobre todo para dar con el camino hacia el gol, le cuesta demasiado entrar en el área del rival y tener opciones para conseguirlo. Y eso fue lo que desesperó a los aficionados durante todo el encuentro, ya que España lo intentaba constantemente, pero cuando llegaba a la frontal del área checa, se diluía como un azucarillo en el café. Algunos lo podrán achacar a la mala suerte, a que era uno de esos partidos en los que la pelotita no quería entrar, pero ya son dos partidos consecutivos con el mismo problema, y ante selecciones cuyo nivel resulta inferior al de “La Roja”. Habrá que hacérselo mirar, de cara a no encontrar tantos problemas en lo sucesivo, sobre todo si se quiere revalidar el título de campeones.

La parte más positiva en cuanto a las sensaciones que ofreció el equipo residen en la enorme diferencia respecto al equipo que jugó el pasado Mundial de Brasil. Lejos de aquel esperpento futbolístico, el combinado español lució iniciativa, juego, profundidad e intención, aunque adoleciera del gol, la única faceta en la que no ha conseguido réditos hasta el momento. Tuvo que ser Piquembauer quien a pase de Iniesta casi al final del partido pusiera el 1-0 en el marcador a favor de España, con toda la carne en el asador. Y es que por sorprendente que pueda parecer, en esta ocasión Vicente Del Bosque buscó dominar a su rival y jugar claramente al ataque, algo nunca visto en el técnico salmantino. Cuando más lo necesitó España, el marqués entendió que debía dar los primeros relevos, que además resultaron de lo más acertados. Aduriz sustituyó a Morata, y con eso el equipo ganó más presencia en el área, sobre todo en el remate desde los costados. A punto estuvo el donostiarra de encontrar premio en dos ocasiones que terminaron fuera por muy poco. Más tarde, Del Bosque comprendió que Cesc no estaba fino, y que quizá con la inventiva de Thiago la medular española podría encontrar más espacios, como así fue. Y por último, un fundido Nolito, que lo dio todo durante el partido, dejó su puesto a Pedro, quien en el poco tiempo del que dispuso pudo proporcionar espacios para que Alba se doblara en dos ocasiones por la banda, con tanto peligro que incluso estuvo a punto de anotar en una internada al punto de penalti.

Fue entonces cuando Iniesta cogió las riendas del equipo para protagonizar las jugadas más destacadas del ataque español, y en una de éstas, el manchego se colocó en la banda izquierda para servir el balón al segundo palo, donde se encontraban tanto Piqué como Ramos, preparados para el remate. Llegó primero el catalán, que tan solo tuvo que tocar levemente la pelota con la testa para alojarla en el fondo de las mallas de la portería checa. Felicidad. Pocos españoles, por más críticos que fueran con “La Roja”, se quedaron sentados en el sillón cuando se consiguió el tanto español. “¡Por fin, ya era hora!”, se dijeron. Y es que España lo había merecido durante todo el encuentro, demasiado sufrimiento para tan poco premio, colchoneros parecían en verdad.

Es ahora, después de una victoria en el primer partido de un campeonato que se nos resistía desde el año 2008, cuando toca disfrutar y pulir todo lo necesario para enfrentarse a Turquía en Niza el próximo viernes a las 21:00 horas. Atrás ha quedado el debut en el campeonato, superado con nota, y con los nervios ya vencidos. Ahora toca centrarse para consolidar la clasificación de “La Roja” para los cuartos de final, aunque se advierte que la falta de gol en este equipo será la tónica habitual en esta Eurocopa. Habrá que animarles con más fuerza para suplir esa carencia, es lo que toca. Y hasta entonces, a gozar con esta primera victoria española en tierras francesas, gracias al tanto del hombre silbado, Gerardito Piquembauer. Que se tome nota de ello.

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