España es un país donde la tasa de morosidad del crédito concedido por las entidades financieras es de un 9,37 % (si contamos con los EFC), lo que indica que muchas familias se encuentran en una situación de dificultad para poder cumplir con sus deudas. Estos problemas pueden surgir por un mal uso o por una utilización abusiva de los préstamos, que aunque sea un recurso muy goloso, pueden causarnos serios problemas de endeudamiento. Según las estadísticas del Banco de España, cada ciudadano tiene dos tarjetas de crédito de media, lo que requiere realizar un uso responsable. A eso hay que sumarle los posibles préstamos que cada uno tenga contratados, ya sea para una reforma del hogar o para la compra de un coche.

Incurrir en un impago con cualquier prestamista o entidad puede hacernos entrar en un cúmulo de sanciones que aumentarán la deuda adquirida y con ello nos podemos ver en un bucle de endeudamiento del que es muy complicado salir.

Para salir de esta espiral, como afirman desde el comparador financiero HelpMyCash.com, podemos recurrir a una reunificación de deudas que nos permita juntar nuestros créditos y solventar la situación lo antes posible. Sin embargo, debemos conocer todos los aspectos que entraña una opción como esta.

¿Quién puede agrupar nuestras deudas?

La reunificación de deudas consiste en la agrupación de nuestros créditos e hipotecas en un solo préstamo. De este modo, se nos facilitará el reembolso del dinero, pues solo tendremos que hacer frente a una cuota mensual en lugar de tener muchas dispersas. Además, la cuota mensual será más baja que la suma de las otras, aunque haya el mismo capital pendiente. Sin embargo, esto supone un alargamiento del plazo de amortización del préstamo, por lo que es posible que tengamos que estar pagándolo durante un gran período de tiempo. En consecuencia, posiblemente se generen una mayor cantidad de intereses totales al final del crédito.

Cuando nos encontramos en una situación de endeudamiento grave y queremos recurrir a esta posibilidad, es probable que se den dos situaciones: queremos agrupar los préstamos y la hipoteca o queremos juntar solo los créditos. En el primer caso, podemos acudir a la entidad bancaria en la que tengamos la hipoteca o la mayor parte de las deudas y tratar de que nos ofrezcan una ampliación de la hipoteca. Nadie nos asegura que nos concedan esta posibilidad, pero es una de las vías a las que podemos recurrir.

Por otro lado, si nuestros problemas económicos se deben a una acumulación de impagos provenientes de préstamos, tenemos la opción de pedir una reunificación de deudas a un intermediario financiero. Un ejemplo de ello es la empresa Suiza Invest, que nos ofrece un préstamo con garantía hipotecaria mediante el cual podemos agrupar nuestros impagos en un crédito único. No obstante, para poder acceder a este préstamo es necesario contar con inmueble en propiedad libre de cargas o con poco capital pendiente de pago. Los préstamos con garantía hipotecaria nos suelen ofrecer una cantidad que ronda hasta el 30-35 % del valor total de mercado de la vivienda que pongamos como garantía, pero tenemos que pensar que, si incurrimos en impago, la empresa se quedará con nuestra casa.

El Método Snowball, el camino de Harvard para reducir deudas

Cuando estamos en una situación de endeudamiento grave, no importa si hemos recurrido a la reunificación de deudas o a otro recurso, existe un sistema elaborado por la Universidad de Harvard que asegura ser la mejor forma de solventar nuestros problemas. Este es el apodado como Método Snowball, una técnica que afirma que primero tenemos que liquidar las deudas más pequeñas en lugar de aquellas que tienen mayores tipos de interés.

Parece ser que el experimento que realizaron los académicos dio como resultado que las personas se veían más esperanzadas cuando conseguían ver que parte de su endeudamiento estaba solventado. Este método se basa en una reducción de deudas a largo plazo y, según indican los expertos, este sistema funciona mejor para la eliminación total del adeudo.

Sin embargo, esta técnica dista un poco de las recomendaciones de otros expertos, que aconsejan eliminar primero aquellos préstamos que cuentan con un interés elevado como podrían ser los minipréstamos o las tarjetas de crédito. Precisamente estos tipos de deudas, aunque suelen ser de cantidades más bajas que las de un préstamo personal, puede complicarnos mucho la existencia. Cuanto más tiempo nos retrasemos en solventar los impagos, mayor cantidad de sanciones o intereses se nos aplicarán y, dado que sus tipos de interés son altos, esto puede suponer una gran cantidad de dinero.

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