La Real Academia de la Lengua (RAE) ha perdido una oportunidad única de hacer historia. La periodista y escritora Rosa Montero era una de los dos candidatos a ocupar la silla M, que dejó vacante, tras su fallecimiento en 2015 el poeta y profesor Carlos Bousoño. La feminista no ha conseguido, igual que su contrincante el helenista Carlos García Gual, los votos necesarios para formar parte de la institución.

La RAE en un comunicado enviado a Diario16 explica que la silla M de la Real Academia Española (RAE) sigue vacante y la plaza tendrá que convocarse de nuevo.

El Pleno de la corporación ha votado las dos candidaturas presentadas a esta plaza, sin ocupante desde el fallecimiento del poeta y profesor Carlos Bousoño, el 24 de octubre de 2015.

Los aspirantes, tal y como informó Diario16, https://diario16.com/ha-nacido-una-estrella/rosa-montero/, eran Rosa Montero (Madrid, 1951) y el helenista y escritor Carlos García Gual (Palma de Mallorca, 1943).

Finalmente, ninguno de ellos ha obtenido la mayoría necesaria en la última de las tres votaciones previstas, que son secretas.

Dentro y fuera de la Real institución hay que ha visto todo esto como una maniobra para evitar que una feminista formara parte de la institución.

La candidatura de Rosa Montero contaba con el respaldo de Margarita Salas, Carme Riera y Pedro Álvarez de Miranda

Para resultar elegido académico, según explica la RAE, en esta votación final se requieren —como mínimo— los sufragios «favorables de la mitad más uno de los académicos presentes» en el pleno. Así se indica expresamente en los estatutos de la Real Academia, que establecen las normas de ingreso de nuevos miembros en la corporación. Al no alcanzarse este número, la vacante no se ha cubierto y volverá a convocarse otra vez.

Tal como es preceptivo —artículo x de los citados estatutos— cada una de estas dos candidaturas estaba avalada por tres académicos.

La de Rosa Montero contaba con el respaldo de Margarita Salas, Carme Riera y Pedro Álvarez de Miranda.

Los firmantes de la candidatura de Carlos García Gual fueron Francisco Rodríguez Adrados, Juan Luis Cebrián y Carmen Iglesias.

La RAE tiene un total de cuarenta y seis sillas académicas. Actualmente, además de la M, está vacante la correspondiente a la letra J, cuyo anterior titular fue el dramaturgo, pintor y escenógrafo Francisco Nieva, fallecido el 10 de noviembre de 2016.

Recientemente, se ha cubierto la plaza de la letra K. El arabista Federico Corriente Córdoba (Granada, 1940) fue elegido el 6 de abril de 2017 para ocupar la vacante de Ana María Matute (1925-2014). De acuerdo con lo establecido en los estatutos y el reglamento de la institución, el nuevo académico tendrá que leer próximamente su discurso de ingreso en la corporación para tomar posesión de su plaza.

 

4 COMENTARIOS

  1. Su artículo es malo, pero no tanto como el de su esposo sobre el mismo tema. La RAE ha de escoger, principalmente, a los mejores en el campo de la filología y luego, especialistas de otras materias. Obviamente, ser feminista no es un mérito especial, es una postura ideológica, discutible, como todas las ideas; pero ser helenista, sí, pues requiere de un conocimiento profundo de filología y lingüística. Se puede ser feminista y filólogo, al igual que machista y periodista, pero pertenecen a ámbitos distintos. Le recuerdo que un sillón de la RAE es un puesto de funcionario público y está sometido a un proceso de baremación de méritos. En este caso, para el puesto al que se opta, no tendría que haber discusión posible. Pero personas como ustedes, se ve que no lo entienden.
    Además, poco dicen del reciente nombramiento de Paz Battaner, gran lexicógrafa. Probablemente, lo desconocen.

    • Una muestra más del distanciamiento con la sociedad. Si la RAE es un servicio público, razón de más para que esté con los ciudadanos y no con una pseudo-autodenominada elite que parece que levita cuando habla. Al parecer, el mundo empezó a existir con ellos y desprecian a los demás que son inferiores. Eso si, no desprecian el dinero de esa sociedad a la que desprecian pero que paga sus facturas…

      • Pues yo soy un ciudadano normal y corriente, que pertenece, al igual que usted, a esta sociedad y no tengo ninguna relación con la Academia, nada en absoluto. Pero conozco bien su labor y, precisamente, la política lingüística actual, definida como «panhispánica», es la más democrática de toda la historia, tanto de la lengua española como de las de nuestro entorno, nada del «desprecio», sino que reconoce la diversidad de la lengua en sus distintas manifestaciones geográficas, sociales, etc. No sé por qué ese odio, basado en prejuicios y en un total desconocimiento del trabajo académico. Espero no ser pesado, pero es que conviene repetir la verdad entre tantas mentiras.

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