La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha procesado esta mañana al exjefe de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero por organización criminal y dos delitos de sedición por la actuación del cuerpo policial autonómico en el proceso independentista de Cataluña y especialmente en el referéndum ilegal del 1 de octubre y en los altercados de los días 20 y 21 de septiembre, cuando una multitud trató de impedir una operación de la Guardia Civil contra los preparativos de la consulta soberanista prohibida por el Tribunal Constitucional y los jueces.

A estas horas de la noche, lo que más llama la atención de ese Auto de procesamiento es la premonición de la jueza Lamela al descartar el delito de rebelión y cualquier atisbo de violencia en la actuación de los Mossos d’Esquadra, que de esta forma, aunque no lo supiera la magistrada instructora de la Audiencia Nacional, encajaba mejor su calificación de los hechos con la que, hace escasas horas, adelantaba la justicia alemana que ha puesto en libertad a Puigdemont descartando el delito de rebelión.

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein (norte de Alemania) acaba de descartar el delito de rebelión que le imputa el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena en la orden europea de detención petición de extradición a España del expresident de la Generalitat de Catalunya Carles Puigdemont, y lo ha dejado en libertad bajo fianza de 75.000 euros mientras estudia la entrega por el otro delito por el que se le requiere, el de malversación de fondos.

Según explica el tribunal en un comunicado, la sala primera de lo penal considera que la imputación del delito de rebelión es “inadmisible”, pero cree que sí puede ser aceptado el de corrupción, como malversación de fondos públicos, por lo que el proceso de extradición sigue su curso.

Por esa razón resulta premonitoria la resolución de esta mañana de la jueza Lamela que también ha procesado por los mismos delitos a los ex jefes políticos de los Mossos Pere Soler –exdirector del cuerpo- y César Puig, ex secretario general de la Consejería de Interior. Lamela procesa, además, por un delito de sedición a la intendente del cuerpo en el distrito barcelonés del Eixample Teresa Laplana, en este caso por su papel en los hechos del 20 y 21 de septiembre.

Lamela considera que Trapero, Soler y Puig integraban una organización jerarquizada “bajo una dirección común en cuya cúspide se encontraba el presidente de la Generalitat de Cataluña”, Carles Puigdemont, que acaba de ser puesto en libertad y contra el que no se le puede juzgar en España por el delito de sedición, al no haber sido incluido en la orden europea de detención.

El problema que se va a plantear ahora en la Audiencia Nacional es como va a ser posible que los supuestos mandos de la sedición puedan ser juzgados por este delito cuando está a punto de ser puesto en libertad el que se considera que es el director de la supuesta “organización criminal”.

5 COMENTARIOS

  1. Porque el sistema de la «orden europea de detención» es un camelo y una chapuza legal al poner en cuestión la justicia de un estado soberano de la UE. Es tanto como decir, espera que antes de extraditarlo lo voy a prejuzgar yo, a ver si ustedes tienen o no razón, es decir les voy a juzgar a ustedes. Con este principio, ya se pueden ir metiendo la orden dichosa por donde les quepa, porque para lo que sirve es para hacer paraisos delicuenciales.
    El tema es de lo más chusco, porque ahora al delincuente sólo se le puede juzgar por los delitos que un pais, al que «nadie ha dado vela en este entierro» ha decidido hacerlo. El juez Llarena hizo bien en suspender la orden anterior, cuando se hizo cargo del caso, para evitar que acusados de los mismos delitos en principio, fueran luego juzgados por otros en función de haber sidos detenidos en España o en otros pais de la UE. Mi opinión es que debería volver a suspenderla en esta caso también, por que estamos en la misma situación.

  2. No manipulen más. No hay alzamiento contra el estado español y sus instituciones para derrocarlo por la fuerza. Hay una manifestación ciudadana contra las actuaciones del estado para impedir el 1-0. Y un 1-0 ciudadano y pacífico contra el que cargó violentamente el estado español, al grito de ‘¡a por ellos!’. Esa fue la verdadera violencia, la de las porras y piolines.Nunca hubo ni alzamiento alguno ni rebelión golpista. El golpismo actuó contra el Congreso de 23F, y en el Senado el 27-0 aprobando un 155 claramente ilegal.

  3. El articulo empieza siguiendo con la mentira de «la multitud que trató de impedir una operación de la Guardia Civil «. No se trato de impedir nada. La GC habia aparecido en en plan provocador y chulesco en la Conselleria de Economia, reteniendo trabajadores y deteniendo cargos publicos, dejando los coches en medio de la calle a pesar de que los Mossos les pidieron que los entraran en el parking, ocupando todo el dia unas oficinas que ya habian proporcionado hacia tiempo toda la informacion que habian solicitado los juzgados, no quieriendo marcharse a pesar de que los Mossos estaban en la puerta y tenian un cordon de proteccion en las aceras.
    Lo único que hubo fueron decenas de miles de personas que al oir las noticias de lo que pasaba, durante todo el dia nos fuimos personando espontaneamente ante la sede para mostrar nuestra protesta y apoyo a los trabajadores.
    Todos los legalismos y los retorcimientos literarios que se digan no pueden cambiar la verdad. Los hechos son muy tozudos. Aunque hay mucho ciego que no quiere verlos.

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