sábado, 20abril, 2024
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La plúmbea mediocridad

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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No quiero decirlo para que no suene a lo que no es… pero ¿no parece esto cada vez más un país caliginoso y tropicalero al que sólo le falta un Carapiña y unos jovenzuelos tatuados de cabeza a pies dando caña en las barriadas? Niñas embarazadas de hermanos, violaciones con destrozos anales entre compañeros de colegio, acosos, palizas, asesinatos juveniles, cócteles de drogas variadas, abusos en los cuarteles militares, burundanga-yo-te-voy-a-comer-el-bacalao-con-arroz…, todo edificante y digno de la belleza de los corales de Leipzig bachianos.

Y van nuestros políticos y lo arreglan todo: hagamos una ley, otra. Y ponen cara de creerse que la sociedad se arregla a golpe de decreto. Y en Andalucía, especialmente agraciada con esta pedrea, enseguida surge el o la progresista recurrente y dice: Hace falta una materia educativa de educación sexual…

Me jode esa mirada anestesiante que en nuestra época gasta todo quisque que aparenta saber leer… le estamos diciendo a los chavales, a las chiquillas: Tranquis, gilipollas, no os preocupéis, tenemos las claves, las soluciones para que no os destrocen el ano o tengáis que chupar pollas no deseadas. ¡Como si el problema lo tuvieran ellas, como si el chaval fuera una anomalía!

Yo propugno el laicismo, que no es más que circunscribir las creencias al ámbito de lo privado. ¡Cómo podemos tener el rostro pétreo de acusar y pedir a los menores que se curen de la enfermedad que nosotros le inoculamos! Apenas hemos avanzado en la desacralización de la sexualidad: ¿Educación sexual? ¿Cuánto tardaría un profesor o una profesora (y no digamos si fuera abiertamente gay) en ser denunciado por explicar en clase cualquier aspecto lúdico de la práctica sexual? ¿Se podría hablar de las posibilidades del ámbito perianal? ¿De cómo lamer un glande o absorber un clítoris? ¿De relaciones abiertas? ¿Sexo en grupo? ¿De cómo masturbarse y las ventajas de conocerse a sí mismo, a sí misma?…

Calculo tres minutos. Hipócritas. Subvencionamos, bajo la excusa vomitiva de la tolerancia (falsa), a organizaciones que criminalizan el placer, que sancionan con culpa la animalidad de nuestro sexo, que jerarquizan el género e incumpliendo la Constitución misma (ésa que llena las bocas de algunos de nuestros políticos como una gran polla porno) impiden que las mujeres puedan acceder a la jerarquía de sus estructuras de dirección (en un acto de discriminación que a cualquier empresa le costaría sanciones y a cualquier persona incluso delitos penales), o incluso les niegan practicar sus creencias en ciertas localizaciones del templo… ¿Y no se actúa contra ellas? Damos prioridad educativa al bautizo, la primera comunión, a las procesiones, a las romerías, al debate del pañuelo o la vestimenta integral en la playa, el Gobierno del PP ha hecho a la religión evaluable (y el PSOE la ha mantenido décadas), el colegio se pasa medio curso dibujando penitentes, vírgenes locales, santas, santos y portales de Belén, financiamos un porcentaje alucinante de centros educativos con ideales religiosos a veces rayando la psicopatía más lacerante (y hasta delictiva)… ¿y queremos que sean “normales”? ¿Como nosotros?…

… Nosotros, los normales, los que no lameríamos los fluidos de los otros (salivas, flujos vaginales, semen…), los que no besaríamos “en negro”, los que no nos refregaríamos, oleríamos, gritaríamos, nos pegaríamos, los que no fantasearíamos, nosotras, nosotros, esta sociedad que rellena el 67% de la información de internet con porno, los que no visitamos ese negocio brutal de miles de millones de euros llamado prostitución, los que no rebajaríamos a las tortilleras o a los maricones, éstos que no propinamos palizas a las mujeres o las matamos, éstas que no transmitimos la tara de la vergüenza por el cuerpo a nuestras hijas… Nosotros, los normales, ¿queremos enseñar? ¿Qué?

Normales, normales, lo que está pasando es una metáfora exacta de lo contemporáneo: una pátina de conocimiento aparente ocultando la misma ignorancia de siempre, el mismo fanatismo, las mismas frustraciones… pero con acceso a todo… Como a la descendencia de los nuevos ricos, nos parece que la riqueza nos pertenecerá siempre de manera natural, no somos conscientes del esfuerzo que cuesta, nos creemos que por disponer de libertad todo está a nuestro alcance sin pagar la cuota del trabajo y el esfuerzo; reglamentando sólo generamos moral en vez de ética, estamos construyendo la misma hipocresía que los monoteísmos han generado siempre para controlar nuestras vidas: la represión, la frustración, el control, la culpa, el pecado… disfrazado de cosa guay, de atrevimiento y sexo libre, feminismo de mentira, machismo que no se sabe machista, violencia corporal camuflada de libertad, carcundia casposa disfrazada de modernidad felante… ciegos con Ferraris: peligro mortal.

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