Santiago Abascal en un acto de VOX

El partido ultraderechista VOX se ha convertido en uno de los protagonistas, no sólo de las elecciones andaluzas, sino de la actualidad política nacional. El ascenso de la formación de extrema derecha es una constante en todos los países de nuestro entorno. La baja participación podría llegar a suponer que superaran los 7 escaños en el Parlamento Andaluz.

Sin embargo, está sorprendiendo la organización del partido en los comicios andaluces. Hay apoderados en casi todas las mesas electorales, en un partido que, a priori, no dispone de militancia suficiente para ofrecer semejante despliegue de recursos. ¿Cómo lo están haciendo?

A Andalucía han viajado desde todos los puntos de España militantes y simpatizantes de VOX, hecho que ha quedado corroborado con el incidente ocurrido en el momento en que Susana Díaz votaba, cuando dos apoderados llegados de Madrid (uno de ellos simpatizante de la organización ultracatólica Hazte Oír) de la formación ultra la han increpado vulnerando la ley electoral.

Para lograr una organización de este tipo es necesario disponer de financiación y VOX no dispone de ningún tipo de subvención pública porque no tiene representación parlamentaria. Este hecho genera muchas dudas respecto a las fuentes económicas. Javier Maroto, vicesecretario general del Partido Popular, ya indicó sus dudas sobre la financiación de VOX. Diario16 ha publicado que una de esas fuentes podría venir de los partidos ultraderechistas europeos de Países Bajos, Francia y Alemania. También en el diario El Mundo se preguntaban por esta cuestión. El partido, a través Santiago Abascal, tuvo una reacción furibunda tanto contra Maroto como contra El Mundo, pero no dio ningún tipo de explicación ni de información para disipar las dudas. No obstante, el enfrentamiento entre Maroto y Abascal es un «teatro», es la aportación del PP al ascenso de VOX.

La realidad es que el incidente protagonizado por los dos apoderados madrileños de VOX demuestra claramente que no creen en el respeto democrático del rival político. Dentro de un colegio electoral sería inimaginable que militantes de PP, Ciudadanos o Adelante Andalucía abuchearan o increparan a Susana Díaz. Ese es el modelo de democracia que defiende VOX, donde no hay adversarios políticos sino misérrimos enemigos, apelativo utilizado por el bunker franquista al referirse a la oposición democrática.

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