El día previo a la moción de censura ha demostrado que en la derecha española, en la derecha españolista y en los centros de decisión de las dictaduras privadas hay muchos nervios porque todo parece indicar que Pedro Sánchez tiene muchas posibilidades de convertirse en el nuevo presidente del Gobierno de España.

Ante esta posibilidad, los que se piensan que son España o que representan lo que los españoles necesitan, viendo que hay una clara posibilidad de quedar desenmascarados y arrinconados, no han dudado en actuar como lo hacen los dictadores: aplicar la doctrina del miedo utilizando argumentos que no tienen ningún sentido.

Incluso se ha llegado a lanzar el rumor de que Mariano Rajoy tenía intención de dimitir para frenar la moción de censura. No vemos al señor Rajoy inmolándose de este modo porque, si dimitiera en este momento estaría dando la puntilla a su partido y a sí mismo. En política, al igual que en periodismo, hay que saber manejar y respetar los tiempos y el tiempo de la dimisión pasó el día siguiente de hacerse pública la sentencia de la Gürtel. Ahora ha llegado el tiempo en el que dar la cara y Mariano Rajoy no es un hombre que haya rehuido el debate parlamentario tanto por sus aciertos como por sus errores.

Por otro lado, una dimisión en este momento sería el mayor error que podría cometer el pontevedrés porque estaría asumiendo culpas que no le corresponden directamente puesto que todo lo que se ha juzgado en la Gürtel provienen de un modelo de gestión del partido implantada por su antecesor. Por tanto, señor Rajoy, usted tiene la obligación de defenderse y de dar la cara en el Parlamento y si pierde la moción sabrá que lo habrá hecho cumpliendo la ley y respetando su juramento de «respetar y hacer respetar la Constitución».

Se ha echado de menos que, en medio de los rumores, la propia vicepresidenta o la secretaria general del Partido Popular se hubieran puesto a la vanguardia del desmentido y cerrar las especulaciones. Sin embargo, no lo han hecho. ¿Ha llegado el momento en que aparecen los Bruto y Casio, honorables senadores romanos que no dudaron en acuchillar a Julio César?

Quienes no tienen más talla política que la utilización de un mensaje engañoso lleno de añagazas tocando los impulsos patrioteros que calan en algunos ciudadanos jamás podrán defender una idea, una ideología o una teoría porque defienden el pensamiento único o la asimilación personalista de una nación y de un pueblo.

Nadie es España porque España es el pueblo y es la ley. Cumplir con el pueblo y con la ley es uno de los factores que determinan una democracia. Quienes no han dudado en que se incumpla la ley para colmar sus deseos demuestran que, por mucho que se les llene la boca con patrias y unidad artificial, defienden el pensamiento único de quienes jamás defenderán a su pueblo porque ya están entregados a las dictaduras privadas.

La moción de censura es España porque está reconocida en la Constitución. Plantear una estrategia del miedo porque se cumpla con lo establecido en nuestra Carta Magna es propio de dictadores más que de demócratas.

 

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