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“La mayor parte de la gente prefiere engañarse”

Ernesto Mallo cierra con ‘El hilo de sangre’ la saga del comisario Lascano indagando en el crimen de sus padres en la Argentina de la dictadura

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análisis

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Con El hilo de sangre (Siruela), el escritor argentino afincado en Badalona Ernesto Mallo decide enviar a su querido comisario Lascano a un merecido descanso literario vía jubilación anticipada. Lo hace con una novela absorbente en la que el protagonista tendrá la oportunidad de desvelar quién asesinó a sus padres cuando era apenas un niño en la Argentina icono de la represión en uno de los capítulos más tenebrosos de la historia universal contemporánea.

 

Su comisario Lascano se despide. ¿Lo ha encontrado mayor, o simplemente necesitaba ya un retiro?

Le he dado tan mala vida al pobre Lascano que me parece ya estaba necesitando un descanso. Por otro lado, ya que la saga está relacionada con momentos históricos, se me había puesto un poco mayor y no me daba para escribir “Crimen en el geriátrico”.

 

Este libro es una carrera hacia la búsqueda de la verdad. ¿No cree que en el fondo de cada uno de todos nosotros la vida no es más que eso: una carrera hacia la verdad?

Toda generalización es un abuso, de modo que voy a abusar. Pienso que la mayor parte de la gente prefiere engañarse, basta con ver el resultado de las elecciones en cualquier lugar del mundo para confirmarlo. La verdad es insoportable, los humanos tenemos muchas dificultades con ella, por eso preferimos la mentira. Es insoportable porque sabemos que algún día hemos de morir. Para eludir ese pensamiento hemos creado la cultura. Todo lo que sabemos de nuestros antepasados proviene de los monumentos funerarios. La muerte, la conciencia y el temor a la muerte son los motores de toda la cultura. La verdad es sólo para pocos y para locos. Muy pocos buscan la verdad porque el peligro de hacerlo es que a veces se la encuentra.

“Muy pocos buscan la verdad porque el peligro de hacerlo es que a veces se la encuentra”

 

El devenir de nuestras existencias viene determinado por aquello que fuimos y sentimos y vivimos en la infancia, y su última entrega de Lascano así lo subraya. ¿Somos y seremos lo que fuimos en nuestra infancia? ¿por qué?

No creo que seamos lo que fuimos en nuestra infancia. Lo que sí creo es que ciertos acontecimientos, sobre todo los traumáticos, y los ejemplos constantes de los seres de nuestro entorno en la infancia son la huella que habremos de seguir hacia el destino que nos han marcado. Muy pocas personas tienen la valentía y la fuerza para cambiar su destino.

 

Comienza la novela exponiendo la fuerza del hambre en el ser humano como ser primitivo y de instintos primarios. ¿Por qué el hambre puede dar la dimensión de qué somos en medio de la inmensidad del universo?

El hambre no es una abstracción, junto con el dolor y la muerte son en definitiva lo único real, lo único que no puede interpretarse. El hambre extremo produce modificaciones a nivel de la química del cerebro que derrumban las inhibiciones y las represiones sociales. Cuando hay hambre extremo el cuerpo empieza a devorarse a sí mismo, cuando termina con las reservas de grasa corporal, comienza a comerse los músculos hasta que acaba con el individuo. Es el cuerpo vuelto contra sí mismo. Desde el principio de los tiempos hasta la fecha los humanos hemos practicado el canibalismo toda vez que lo necesitamos. Nuestra dimensión está dada por nuestra debilidad, necesitamos comer varias veces al día para mantener nuestro equilibrio biológico. Esto, creo, tiene poco que ver con la inmensidad del universo.

“El procés no da para terror, más bien para un paso de comedia o para el absurdo”

 

Los mimbres de cualquier novela de género negro se construyen básicamente con una serie de elementos apegados a la vida cotidiana, pero su saga de Lascano parece querer ir más allá, como si no tuviese suficiente con los requisitos de este género para ahondar en la constitución del ser humano. ¿Lo aprecia usted también así?

Lo dijo Borges, la novela policiaca se nutre de la delicada transgresión a sus propias reglas. Sí, me interesa particularmente, el hombre, sus circunstancias y aquello que lo lleva a hacer lo que hace y ser lo que es, de modo que es por allí que trato de conducir mi transgresión.

 

Algo que sin duda mantiene su trama es la tensión y el misterio hasta el final, hasta la última página. Una tentación subyugante sin duda. Imagino que no resulta fácil mantener siempre al lector atento y expectante.

Lo que es fácil de escribir es difícil de leer y viceversa. Escribir no es fácil. Independientemente de la tensión y el misterio, el gran problema es mantener la atención del lector durante el tiempo que lleva leer un libro. Hay demasiadas distracciones, demasiado mensaje predigerido y una disminución de la capacidad de concentración paralela al bombardeo mediático y publicitario. Intentar que alguien se focalice en la lectura de un libro es un gran desafío; lograrlo, casi un milagro.

“Cuando hay hambre extremo el cuerpo empieza a devorarse a sí mismo”

 

Vive en Barcelona desde hace años. ¿Cómo ve un argentino todo lo vivido estos meses en Catalunya?

Pienso que el mundo no necesita más fronteras, sino menos, y también que se deben defender las particularidades regionales de la cultura y del idioma. También que la peor república es preferible a la mejor monarquía. El principal problema de esta cuestión es que ha hecho resurgir los nacionalismos y esto no es buena noticia, comporta un enorme retroceso cultural y económico. Lo grave en este caso es que ha enfrentado al nacionalismo tradicional español con el nacionalismo catalán. Lo que ha demostrado tanto el procés como la reacción del Gobierno central es la palmaria ineptitud de los gobernantes de ambos bandos. El separatismo catalán no es agresivo ni incendiario, es pacífico, se trata de un tema político. El principal disparate de Rajoy ha sido judicializar el problema y tratarlo desde un punto de vista militar utilizando a la policía como ejército de ocupación. No satisfechos con tal cosa, elevaron a la categoría de mártires a los líderes independentistas que no se fugaron, a quienes mantienen en prisión junto a criminales y degenerados de la peor calaña. Todo esto ha producido más independentistas que todos los independentistas juntos. Es el equivalente a intentar apagar un incendio echándole un cubo de gasolina. Por su parte, Puigdemont, como representante de un independentismo que él mismo nunca profesó, y sus asociados circunstanciales, no han valorado correctamente al adversario. Produjeron una serie de hechos que jamás iban a conseguir los propósitos que declamaban. Subestimaron el poder del Gobierno central y su capacidad y vocación por hacer daño. Manipularon sentimientos legítimos de los ciudadanos y produjeron un retroceso económico considerable, la fuga de empresas y la mayor inflación del país. Todo ello para finalmente aceptar participar en una elecciones convocadas entre gallos y medianoche, orquestadas por el opositor sin que tuvieran voz ni voto en el asunto. Se los acusa de no haber tenido plan B, pero ni siquiera han tenido plan A. Todo ha sido improvisado y chapucero. Como resultado visible: Ya no se habla de terrorismo, a pesar de haber sufrido un atentado gravísimo hace muy poco, tampoco de los escándalos políticos: del caso Gürtel que anda regando cadáveres por todos lados, de Urdangarin; y tampoco de Mas o de Pujol, entre muchos otros. Todo fue barrido bajo la alfombre en nombre de la patria.

“Intentar que alguien se focalice en la lectura de un libro es un gran desafío; lograrlo, casi un milagro”

 

¿Le ha dado todo lo relacionado con este proceso secesionista argumentos o cimientos narrativos para otra novela negra en lontananza? ¿o mejor novela de terror gótico, por ejemplo?

El terror es un género que no me atrae porque tiene mucho parecido con las religiones. Siempre anda el demonio por ahí haciendo de las suyas armado con sierras mecánicas, o muertos vivientes que son la versión novelada de la vida eterna que propone la Iglesia. Por otra parte, el procés no da para terror, más bien para un paso de comedia o para el absurdo. Podría imaginar a un Ubu Rajoy al mando de un ejército de tricornios bajo el emblema de Piolín enfrentando a una turba de “botiguers” decididos a defender sus mongetes y sus garbanzos. Eso que tiene el absurdo para revelar lo triste y lo patético de quienes gobiernan.

El hilo de sangre
Ernesto Mallo
Siruela
220 páginas
14,90 €

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1 COMENTARIO

  1. Entonces, en términos políticos ¿es mejor Argentina o Venezuela que Noruega o Suecia, solo porque aquellas naciones son repúblicas y éstas, monarquías? Me lo tendrán que explicar muy despacio. Y luego, la manía tan extendida de contar la situación catalana como un enfrentamiento entre nacionalismos, cuando surge clarísimamente del intento de imponer por las bravas una visión nacionalista retrógrada de la sociedad catalana, frente a la cual se opone el valor de la Constitución que garantiza el pluralismo social, dentro y fuera de Cataluña.

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