Foto: Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública.

Con la de problemas que tiene el mundo, el particular y el global, a veces perdemos de vista lo más cercano y no nos damos cuenta que sin resolver esto no vamos a arreglar nada en otros ámbitos más indirectos, lejanos…

En zonas como la Unión Europea, calificadas como de ‘bienestar social’, se plantea un reto en el contexto político derivado del descontento ante un modelo económico y social que amenaza con colapsar a cuenta de sus propias disquisiciones. En España sin ir más lejos hemos asistido en los últimos meses a un sainete de desencuentros en los que los intereses de formaciones políticas y de sus dirigentes se han antepuesto a las necesidades de la ciudadanía. En mi opinión estamos asistiendo al inicio de un debate sobre este Sistema Capitalista que ha sido Socializado desde el Liberalismo. Entiendo que si no queremos una revolución habremos de trabajar en un proceso reformista que mire hacia la gente y que cubra sus necesidades y sus derechos humanos y constitucionales, o sea un proceso reformista que haga de la dignidad humana su máxima y su fulcro.

Mientras se empeñan en adocenarnos en un pensamiento único y terrible, nos van martilleando con la macroeconomía y sus soluciones para la ‘Crisis’, en su discurso recurrente, machacón, las personas son el último eslabón de una cadena hecha de miserias y miserables; nos vienen entreteniendo con las cifras macroeconómicas y diciéndonos, mostrándonos casi con indecencia, que en otros sitios están peor, como si fuera una advertencia que taimadamente oculta un chantaje emocional y vital; pretenden conmovernos y hacernos sentir culpables ante las situaciones indignas que se dan en el globo y que ellos mismos han creado; nos alarman y nos hastían mostrando la incapacidad de la palabra que debiera alzarse consecuente desde las urnas, pareciera que quisieran borrar la democracia del acervo humano. Mientras, utilizan la palabra sacrificio y recorte para indicar que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, sabemos que se refieren a las económicas, aunque también pudiera ser a las del aire, agua, sol… Por cierto, en nuestro país se ha aplicado el cobro de una tasa por el uso del Sol para conseguir energía de ‘forma particular’.

utilizan la palabra sacrificio y recorte para indicar que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades

El ‘Ultraliberalismo’ y sus instrumentos sostenidos en sus ‘Mercados’ hechos de hueso, sangre, carne y ceniza avanzan lenta pero inexorablemente sobre el Ser Humano, sobre el fin de la especie que lo creó en su codicia. Y no es un pensamiento apocalíptico, estamos en la deriva final de una ‘Incivilización’.

Bueno todo esto es un preámbulo para ir a preguntarnos si es que tener una Educación, una Sanidad, una Atención en situación de Discapacidad o Dependencia, un Empleo, una Vivienda, una Pensión, Agua, Comida,.., y hasta una sonrisa, dignas y garantizadas como seres humanos por el conjunto de los seres humanos, es un lujo o es un derecho inalienable.

Hablemos pues de Servicios Públicos en las sociedades ‘modernas’, y no tan modernas’ sin dejar de hablar de otros males que aquejan a este mundo que construimos a base de contradicciones y diatribas que dan coartada a lo menos humano de la humanidad. Hablemos de esto ya que parece ser que no es lo que ha vertebrado las negociaciones entre las fuerzas políticas salidas de las urnas en diciembre de 2015 para no llevarnos a otras elecciones en junio de 2016.

Hay un aire, que alguien diría tufo, que anda contaminando todo pensamiento sumiso, o no, en las sociedades modernas, aunque en realidad siempre pasó lo mismo; suelen llamar Crisis a estos tufos… En el caso de los Servicios Públicos, las crisis son un escenario digno de observar, pues a fuerza de recortar y no dedicar recursos suficientes y una gestión racional, basada en la ‘equidad’, a los Servicios Públicos, los derechos sociales, cívicos, humanos, desarrollados con el dinero común de todos, pareciera que cayeran en una anodina degradación continua como si de ‘almas en pena’ se trataran.

cuando un ente codicioso y sin escrúpulos conquista el poder, lo hace como si de un grupo de corsarios se tratara

Yo siempre me pregunté por qué pasaba esto desde que el mundo es mundo; creo sinceramente que la respuesta está en la codicia personal u oligárquica desde el Poder, y es que cuando un ente codicioso y sin escrúpulos lo conquista, lo hace realmente como si de un grupo de corsarios se tratara.

Así, la filibustería ha mostrado siempre que la mejor forma de hacerse con un negocio ha sido abordando servicios puestos en marcha, tomarlos como objetivo, asfixiarlos en su financiación, torpedearles su distribución, presionarlos en su comercialización, provocarles conflictos internos de carácter laboral, o sea,  hacerles sufrir una crisis para después ofrecerse en su ayuda y adquirirlos como benefactores que casi de forma altruista vienen como salvadores de aquello y de las vidas que allí moran.

Desde ese momento la estrategia se repite ‘in illo tempore’, primero asfixian al Servicio en cuestión, a veces es tal su osadía que lo hacen antes de darle lugar a establecerse, véase en nuestro orden social los casos de la atención a la Discapacidad, a los Mayores o la Educación Infantil de cero a tres años, entre otras. El caso es que una vez establecido/pensado un Sistema relativo a un Servicio Público, bien desde los presupuestos públicos, bien desde la solidaridad social o desde el espurio negocio, al final siempre hay grupos de poder que andan buscando más y más riqueza, y siempre encuentran marionetas a las que contentar con migajas a cambio de su imagen e influencia política. Juntos derivan el dinero público e incluso las instalaciones públicas a una gestión privada con la ‘justificación’ de que son deficitarios y que la gestión privada es ‘más eficaz y eficiente’, alegan que cuesta menos y no dicen que en sus manos producen beneficios, pareciera altruismo.

Después de pasar a la pertinente concesión administrativa o subvención por prestación de servicio, claro está, el negocio recupera su pujanza, comenzando con una nueva ‘casilla de salida’ en la organización y administración, especialmente, en lo laboral, pues es ahí donde empiezan a consolidar los beneficios, a costa de ampliación de horarios, de su flexibilidad y de su coste económico.

Y, es que, “reflotar una empresa, un servicio, etc., siempre requiere de medidas poco populares, pero necesarias para su supervivencia y la de los empleos que sustenta y con ellos las familias que viven de ello”, este es el argumento por el que se ‘entra por el aro’ con medidas que enmascaran los beneficios como amortizaciones y justifican de forma maniquea los despidos, regulaciones de jornada y salario, cuando menos.

De este modo, esa supuesta ‘eficacia y eficiencia’ esconde un terrible argumento tras los números saneados de estos corsarios. Solo el negocio y con él la precarización en el empleo, (mayores jornadas de trabajo, peores remuneraciones, mayor flexibilidad –esclavitud-, y menor seguridad laborales), el expolio recurrente a cuenta de una ‘menor espera en la atención’, normalmente recabando recursos públicos por ‘contrataciones diferidas’ para evitar las grandes inversiones necesarias en la prestación de un servicio verdaderamente eficiente, inversiones en Energía, Agua, Residuos, Sanidad, Dependencia,…, que sí las hace el erario público; con esta forma de actuar estas empresas de servicios externalizados además de conseguir pingües beneficios, con apenas riesgos, consiguen un mayor colapso en las prestaciones públicas, consiguiendo una justificación, a modo de pescadilla que se muerde la cola, para mostrar la ineficacia de la gestión pública (doble objetivo cumplido). Ejemplos tenemos en las últimas décadas en las Eléctricas, Comunicaciones Físicas y Telemáticas, Servicios de Aguas, Basuras y Residuos, Sanidad –sobre todo en el ámbito laboral-, Seguridad Social –Pensiones-, Empleo –Empresas de trabajo temporal…-… Y es que el liberalismo nunca tiene prisa, pero nunca descansa ni ceja en su empeño de hacerse con todo y todos.

Y no es que en un futuro no vaya a haber escuelas, hospitales, centros de salud, universidades, centros de atención a la dependencia, oficinas del consumidor/ciudadano,…, no es eso, es simplemente que no serán de todos y todas las ciudadanas.

El caso es que como viene pasando desde que el mundo es mundo, estos individuos que les trae al pairo el resto de seres, sean del orden y especie que sean, el planeta y su sostenibilidad, abandonan el servicio a su suerte y a otro asunto, es aquello de que una vez esquilmado el ‘banco de pesca’ correspondiente…

Lo peor de todo esto viene a ser que las mismas administraciones, a veces, no son sino parte del engranaje de esos grupos oligárquicos. Lo estamos viendo en los infinitos y eviternos casos de corrupción en todos los niveles del poder. Siempre que un negocio fracasa, o sea, siempre que explota la estafa, la administración rescata el servicio y socializa las pérdidas que ha provocado ‘la excelente y diligente prestación liberal de los servicios públicos externalizados’.

Es evidente que las oligarquías liberales heredadas en la masa del Capital Mundial, aprendieron a instalarse y adaptarse a cualquier régimen político, no ha sido menos su capacidad adaptativa, vinculada inevitablemente a la condición humana, la mostrada ante la ‘globalización en tiempo real’ que han traído las ya treinta añeras  NTIC –Nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información-. Han sido capaces de inventar simultáneamente al desarrollo de estas tecnologías los mecanismos para globalizar su acción corsaria, desde la necesaria legislación local, nacional e internacional en los ámbitos económicos, financieros y de gestión empresarial y de las administraciones públicas. Y, es que, donde no se pone una OPA para conseguir en el ámbito de lo privado una empresa de la competencia o la introducción en un sector estratégico, se pone, en el ámbito de lo público, una concesión administrativa, conveniación, concertación o generación de una empresa pública de carácter mixto en su capitalización…

Es indudable e indiscutible que en cualquier sociedad es necesaria la movilización empresarial, una movilización regulada en el conjunto de la misma, que afronte la prestación de trabajos y servicios que complementen y no suplanten los que las administraciones debieran inexcusablemente prestar a toda la ciudadanía en condiciones de Igualdad. Esa encomiable tarea no puede ser la excusa o coartada para las múltiples piraterías que hagan realidad la lenta agonía de los Servicios Públicos.

Tampoco es excusa la dispersión, ‘supuestamente ideológica’, del voto en las urnas, la consecuente desaparición del bipartidismo y, por ende, la necesidad de equilibrios multilaterales para que sea posible la gobernabilidad y que su ausencia no se convierta en un juego de macroeconomía sin importar las personas. Esta tarea de entendimiento también es necesaria para que, desde el ‘Bienser Social’, se evite la lenta agonía de los Servicios Públicos y con ellos la del principio de Bienestar Social.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre