Más de 10.000 mujeres se ven sometidas a diario a vejaciones, abusos, trato degradante e, incluso, acoso sexual a las más jóvenes,  según denuncia la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en un informe presentado  a los medios de comunicación.

El informe titulado Respeto y Dignidad para las Mujeres Marroquíes que portan Mercancías en la Frontera de Marruecos y Ceuta, y que podría hacerse extensible a Melilla, analiza las vulneraciones de los derechos humanos que padecen las mujeres marroquíes que trasladan fardos, como equipaje de mano -ya que la ley marroquí exime de impuestos a las mercancías que se lleven encima-, desde los polígonos fronterizos de Ceuta y Melilla hasta las localidades marroquíes próximas a la frontera, a cambio de una comisión. Detalla cómo las condiciones en las que realizan su trabajo son “absolutamente denigrantes”. Las mujeres porteadoras llevan entre 60 y 90 kilos de peso a sus espaldas durante horas a lo largo del recorrido. Son insultadas, acosadas y menospreciadas, obligadas a mantener filas y golpeadas si no lo hacen por unos sujetos que no sabemos que legislación siguen ni quienes les pagan pero que son permitidos por las autoridades españolas, todo por menos de 10 euros de media al día.

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Según explica el informe de APDHA, estas mujeres en verano esperan con frecuencia muchas horas al sol en la playa del Tarajal, sin acceso a agua potable ni a baños públicos y sin sombra que las cobije del intenso calor. Incluso se han producido avalanchas, afirman, en las que han fallecido mujeres, como fue el caso de Busrha y Zhora en 2009 en Ceuta y Zafia Azizi en noviembre de 2008 en Melilla. “Es lamentable que esta situación se perpetúe año tras año bajo la mirada impasible de los gobiernos de Ceuta, Melilla, Marruecos, España y la Unión Europea”, explica APDHA.

Pero es que es peor, “es una ilegalidad de las leyes humanas, laborales y policiales que nos causan absoluta vergüenza”.

Esta realidad no puede prolongarse por más tiempo a pesar de los cuantiosos beneficios que aporta. Estamos hablando de más de 1.500 millones de euros y que supone casi un tercio de la economía de ambas ciudades autónomas. De esta actividad viven directamente 45.000 personas en Marruecos y otras 400.000 indirectamente, según la Cámara de Comercio Americana de Casablanca. Además, supone una importante cantidad de ingresos a través del soborno (unos 90 millones de euros anuales según el Semanario Independiente marroquí Al-Ayam), que las Haciendas Públicas deberían controlar. Estos beneficios se sustentan en la vulneración de los derechos humanos de estas mujeres, que necesitan de un puesto de trabajo para alimentar a sus familias, y que padecen una suerte de esclavitud moderna que beneficia a algunos facinerosos. Las porteadoras son el motor que mueve la economía a ambos lados de las fronteras entre Ceuta y Melilla y Marruecos pero nadie hace nada por evitar la tragedia humana que su trabajo supone ni se preocupa por sus derechos y su dignidad.

Para acabar con esta situación se debería considerar -y controlar por la Inspección de Trabajo- a estas mujeres porteadoras como trabajadoras, protocolos de actuación sobre la salida de mercancías y la apertura de una aduana comercial entre Ceuta/Melilla y Marruecos que permita una actividad comercial legal, fiscalizada y digna.

Que esta situación continúe no puede permitirse. Los gobiernos responsables han de dar cuenta de estas actuaciones, sea por la vía judicial y/o política, para que estas mujeres dejen de sufrir a diario este maltrato y el comercio -llamado atípico-  que se desarrolla en la zona fronteriza sea respetuoso con los derechos humanos.

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Vinculado desde muy joven a la CNT y a diversos movimientos de izquierda, es militante de Los Verdes desde finales del siglo pasado. Ha sido concejal en Dénia, Presidente de Los Verdes del País Valenciano y, actualmente, Presidente de la Federación de Los Verdes. Filólogo y escritor, ha ejercido su magisterio en diversas escuelas e institutos del País Valenciano y de Cataluña, así como también en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y en el Instituto de Ciencias de la Educación de las Universidades de València y Alacant. Ha sido Inspector Educativo y Director Territorial de Cultura en Alacant. Premio XXV d’Abril en Benissa con un libro de cuentos, Premio Educación y Sociedad del Ministerio de Educación por su libro de texto A debat, ha publicado una treintena larga de libros de texto para la enseñanza del valenciano, libros de cocina tradicional valenciana e innumerables colaboraciones periodísticas.

1 COMENTARIO

  1. Con una crisis de los refugiados que ha puesto en evidencia la catadura moral de nuestros gobernantes europeos, me pregunto si «nuestra » Unión Europea es consciente de esta vulneración de los Derechos Humanos en su propio territorio y si reacciona mirando para otro lado: no sería ninguna sorpresa.

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