Sin pelos en la lengua y llamando a la homofobia por su nombre. Así de alto y claro habla este psicólogo gaditano que le ha cogido el gusto a hacer best sellers y que acaba de publicar El ciclo del amor marica (Editorial Roca) un libro talismán con el poder de ayudar, o al menos intentarlo, a vencer a los dragones del miedo y resolver las dudas que sufren multitud de homosexuales por sus relaciones de pareja. Nadie mejor que él para hacerlo ya que en su consulta ha atendido y atiende a cientos de hombres que buscan las mismas respuestas que él tuvo alguna vez en su vida.


 

¿Escribir es como salir del armario: liberador a más no poder?

Escribir es un ejercicio maravilloso en muchos sentidos. A mí, sobre todo, me ayuda a articular el pensamiento. Escribo en diferentes etapas (esqueleto, borrador y varias revisiones) y, al terminar, me doy cuenta de que mi conocimiento sobre lo que he escrito ha mejorado gracias a la reflexión que este proceso conlleva. Luego hay otra escritura, la emocional, la que te conecta con sentimientos que aún no tienen nombre y que te permite darles el cuerpo que necesitan tener para poder entenderlos. Esa escritura es siempre terapéutica.

 

Quiérete mucho, maricón desbordó en ventas por la falta de libros cercanos y realistas y sobre todos hechos desde el prisma local. ¿Le has cogido el gusto a escribir para transformar el mundo y ayudar a que otros no pasen por tu mismo calvario?

Quiérete mucho, maricón es un libro muy redondo en el que no falta un solo asunto y que puede acompañar a un hombre gay en cualquier momento de su vida. El enorme trabajo que conlleva una obra así es parte de la explicación de su éxito. También la necesidad, en efecto: era la primera vez que se publicaba algo así en español. Antes de mi libro no había nada de psicología afirmativa gay en las librerías y menos, como señalas, con este prisma tan práctico y cercano. Y, bueno, sobre el gusto por escribir… me ha gustado mucho desde siempre, llevo haciéndolo desde muy joven, pero nunca me había planteado hacerlo profesionalmente. Sí que en cada libro o artículo mío hay una parte personal en el sentido de haber experimentado la técnica que explico y de saber que funciona. Pero no escribí directamente desde mi experiencia personal sino desde el rigor científico. De hecho, en anterior obra, hay cientos de referencias a artículos científicos en los que se comenta cada cosa que afirmo.

“Maricón”, “marica”… ¿el vocabulario según quien lo diga es demoledor o hasta divertido y cariñoso?

Sí: las palabras son vehículos sobre los que, además de información, transmitimos nuestras intenciones. “Maricón” es una de esas palabras que se empleaba para denigrar a un grupo de personas… si los insultos son las armas de los homófobos, despojar las palabras de su capacidad para insultar se convierte en parte de nuestro trabajo contra la homofobia porque dejamos a los que odian sin armas…aunque, desde luego, la lucha contra el odio es un asunto mucho más amplio que esta mera cuestión lingüística.

 

Quererse a uno mismo marca el camino hacia la felicidad o el precipicio hacía el caos y el dolor continuo. Claramente eres de lo primero. Tu propia historia es reflejo de todo ello.

Quererse a uno mismo significa muchas cosas. Significa darse a valer y hacerse respetar. Significa conocerse bien, con luces y sombras, haberse mejorado todo lo razonablemente posible y sentirse orgulloso de lo que uno ha hecho. Significa tener un buen concepto de uno mismo gracias a que uno ha sido capaz de detectar todos los mensajes minusvalorantes que ha ido interiorizando a lo largo de su vida y haber sido capaz de neutralizarlos. En definitiva, quererse a uno mismo significa reconocer que uno ha hecho un buen trabajo consigo mismo. Sí, en ese sentido me siento feliz. Porque hace tiempo que dejé de tener conflictos conmigo mismo.

 

Tu máxima es que solo el amor que duele debe ser cuestionado…

Es una de ellas. Colecciono máximas (risas). Creo que cada pareja debe vivir su relación como quiera: monógama, abierta, a distancia, como sea. Y nadie debe cuestionarles el amor si ellos viven felices con ese modelo de relación. El único “amor” que debería cuestionarse es el que nos deteriora, el que nos quita dignidad, el que nos impide crecer. En ese caso ni siquiera deberíamos llamarlo amor sino dependencia.

 

Además del desprecio, ¿qué tienen en común machismo y heterocentrismo?

Que consideran que solo hay un modelo valido de relación afectiva o sexual y se puede manifestar en los espacios más insospechados. A los gais nos llaman promiscuos porque tenemos diversas parejas sexuales. “¿Promiscuos en comparación con quién? A lo mejor es que tú follas poco”, podríamos contestar. El problema está en que, al considerar que el único modelo valido es el heterosexual monógamo, se invalidan los demás y eso se nota, por ejemplo, al hablar de las infecciones de transmisión sexual o ITS. Encontrarás a muchos (incluso dentro del colectivo gay) que explican el número alto de infecciones como algo causado por nuestra promiscuidad. Es falso: tenemos ITS porque no contamos con herramientas eficaces de prevención. Da igual lo mucho que la gente folle, si tuviéramos unas buenas herramientas de prevención, las ITS disminuirían. Aquí es donde estamos sufriendo una de las caras más duras de la homofobia. Hay quienes no ven que su heterocentrismo les impide apostar por estrategias verdaderamente eficaces de prevención porque quieren imponernos estrategias que solo sirven para un modelo heterocentrico.

 

¿La homofobia es resultado directo de ello?

¡Absolutamente! La homofobia es el resultado de considerar que solo existe un modelo valido de ser hombre o de mantener relaciones sexoafectivas.

 

Por tu consulta pasa todo hijo de vecino homosexual ¿la homofobia interiorizada es el origen de sus miedos?

Hay de todo. En mi consulta recibo hombres gais con problemas de homofobia interiorizada, diagnosticados de VIH, hombres en crisis de pareja, hombres que han sufrido acoso homofóbico, hombres con problemas de erección, etc. pero sí que es cierto que el estigma que han sufrido está detrás de buena parte de sus conflictos ya que ese estigma ha deteriorado su autoestima y el modo en que se relacionan con los demás desde que eran muy pequeños.

Planteas un libro útil que da respuestas al tipo de relaciones sexuales y comunicativas de las parejas homosexuales en los últimos tiempos ¿Qué es lo que más ha tenido que ver en este cambio?

Ha cambiado muchísimo el modelo de convivencia y la visibilidad pero también el modo de conocerse. También hay un reto para la profundización en nuestras relaciones. Antes, cuando apenas éramos visibles, mucha gente se esforzaba por mantener una relación porque no tenía muchas garantías de que encontrase a otro gay. Es un poco triste esto de “mejor mal acompañado que solo” pero tenía la contrapartida buena de que la gente se esforzaba por hacer funcionar su relación. Ahora, con tanta “oferta”, se hace más difícil que alguien quiera hacer ese esfuerzo y muchos hombres gais se quejan de lo difícil que resulta encontrar a alguien que quiera implicarse en una relación seria.

 

También lo describes como un manual para desmontar mitos y vivir en un mundo afectivo y sano, Contemplas todo como un ciclo en el que lo importante no es lo que te suceda sino en cómo lo lleves hablas de situaciones bien o mal llevadas.

En realidad planteo que, con nuestra esperanza de vida tan larga y los ritmos a los que el amor crece y se desgasta, es más que probable que vivamos más de una relación significativa a lo largo de nuestras vidas. Lo habitual es tener, al menos, dos relaciones largas. Al ser tan probable que vivamos varias relaciones importantes, creo que una postura inteligente es la de entender estos ciclos y vivirlos con naturalidad. Es más fácil nadar si no te empeñas en hacerlo contra corriente.

 

La mitología sobre el amor es la causante directa de la intoxicación de las relaciones de pareja.

Sobre todo, el principal problema de los mitos es que te frustran. Si cualquiera de nosotros compara su vida con un mito, con una idea fantasiosa, obviamente la vida de uno siempre será peor. Pasarse la vida sintiendo que la vida de uno es peor que el estándar (mito) con el que uno se compara, termina provocando una profunda frustración y un deterioro de la autoestima, del valor que nos damos a nosotros mismos y nos impiden disfrutar de nuestra vida por más que sea una vida donde lo tengamos todo. Un ejemplo: si comparas tu caballo con un unicornio, tu caballo nunca será suficientemente mágico. Hasta el día en que te enteres ¡por fin! de que los unicornios no existen… ese día te darás cuenta de que tu caballo es maravilloso, que corre muy bien, que te encanta pasear con él por el campo… y que no necesitas nada más para sentirte feliz en ese momento. Y también te darás cuenta de que no has podido disfrutar de los ratos que pasabas con él por haberlo comparado siempre con un unicornio

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Es periodista feminista, autora de Hombres por la Igualdad (Ed LoQueNoExiste), editora, organizadora de eventos feministas y responsable de Comunicación y RR.PP. de Juan Merodio. Además es Máster en Producción Radiofónica (RNE), Biblioteconomía y Documentación (Universidad Complutense) así como Mujer y Liderazgo (Escuela Aliter). Fue becaria “Erasmus” y “Leonardo” en Roma. En la actualidad colabora con Diario 16, Público, El Español, 20 minutos y AgoraNews, entre otros medios. También es formadora en periodismo con perspectiva de género y ha sido galardonada con el “Premio de Diario 16” por la labor profesional y personal en la defensa de la igualdad (2018), el de “Embajadora de honor de yocambioelmundo.org” (2018) y el de “Candidata a las Top 100 Mujeres Líderes en España” (2018) en la especialidad de medios de comunicación.

6 COMENTARIOS

  1. Gracias por este artículo tan apasionante sobre las conductas «humanas» sexualmente hablando.. Gracias a Gabriel J.Martín por traer tanta a los ciegos en una sociedad tuerta llena de mitos y miedos.

  2. Gracias por este artículo tan apasionante sobre las conductas “humanas” sexualmente hablando.. Gracias a Gabriel J.Martín por traer tanta LUZ a los ciegos en una sociedad tuerta llena de mitos y miedos.

    • Laura muy cierto, si después de tanta lucha por los derechos legales y la igualdad social, la única solución a la homofobia que da esta gente, es que las personas asuman como propia la etiqueta de maric/a/ita/ón… como definición, es decir, ni persona, ni hombre… etc apaga y vámonos además de patético y poco creativo además de una flaqueza emocional quedando presa de los captores. Entiendo que en el desarrollo hostil de hace muchos años lo máximo que uno podía aspirar es a «ser el mariquita gracioso» y que te dejaran en paz aquellos homófobos pero ahora toca ser personas libres y grandes, pisoteando las etiquetas y aspirando a tener más dignidad y valía que aquellos cavernícolas. No creo que hiciera muchas gracia a muchas mujeres la edición de un libro llamado «Quierete puta» o «En toda mujer hay una zorra» e invocar a las mujeres para que no se avergüencen de «ser putas»

  3. Pedir a las mujeres que asuman las vejaciones misoginas lingüísticas tiene tanta bajeza emocional, tanta debilidad y tanta sumisión como pedir a las personas por su orientación afectiva asumir las etiquetas con las que han sido maltratadas, humilladas y asesinadas. Venga ahora el próximo libro viral que sea de autoayuda a las mujeres de título “Quierete puta” o “En toda mujer hay una zorra” e invocar a las mujeres para que no se avergüencen de serlo.

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