El deshielo entre el PSOE y sus hermanos catalanes del PSC se está produciendo a cuentagotas y con el rabillo del ojo mirando cada nuevo movimiento de ambas partes. La desconfianza es aún mutua. La clave del acercamiento real o no estará en la creación del censo de militantes que Ferraz ha impuesto a los socialistas catalanes para que éstos puedan participar en la próxima elección del nuevo secretario general del partido. Este viernes, ambas partes se ven las caras por tercera vez y el clima, pese a que se ha suavizado, se mantiene tenso y pendiente de un hilo.

Esta decisión de la gestora ha puesto en alerta a las plataformas críticas que propugnan el adelanto del proceso de primarias y del congreso y el fin del trabajo de la dirección interina. Creen que también se impondrán trabas y cortapisas para que la militancia pueda ejercer en plenitud de condiciones su derecho al voto en la elección del próximo secretario general en unas primarias limpias y transparentes.

Ni siquiera la posición neutral que el líder del PSC, Miquel Iceta, ha prometido a la gestora ha servido para acercar ostensiblemente las posturas entre ambas partes. El “no” que los siete diputados del PSC en el Congreso de los Diputados gritaron a Mariano Rajoy durante el debate de investidura aún escuece en un partido que se retrató con una abstención histórica que ha servido para que el PP pueda gobernar en el país.

Pese a ello, el primer secretario del PSC ha asegurado en Cuatro que con el PSOE tienen “una profunda sintonía política que se va a seguir manteniendo durante mucho tiempo”. Desde la gestora se ha impuesto una severa ‘hoja de ruta’ a los socialistas catalanes que no ha sentado excesivamente bien en su seno.

También el ex dirigente de la corriente Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias ha mostrado su escepticismo con lo que denomina “filtros” impuestos por la dirección interina tanto a los compañeros de Cataluña como a los militantes socialistas de cara al próximo proceso de primarias previsto inicialmente para mayo próximo.

Recupera Socialismo, equipo de militantes creado para fomentar la afiliación al partido, denuncia los “apaños” y “filtros” que la gestora está imponiendo para que, de ahora hasta el próximo congreso del partido el 18 de junio, el malestar creciente de las bases no se haga notar en los designios preconcebidos por la dirección interina.

Mientras tanto, este viernes la tercera mesa de acercamiento PSOE-PSC busca concretar posturas. Mario Jiménez, Elena Valenciano y Francisco Fuentes por el PSOE y Salvador Illa, Meritxell Batet y Antonio Balmón por el PSC son los encargados de concretar hasta qué punto el PSC podrá continuar disfrutando de la asimetría en la elección de la dirección del PSOE desde hace ya cuatro décadas.

Esta votación del secretario general es el elemento clave de la negociación, ya que la participación del PSC en un hipotético proceso de primarias decantaría evidentemente los apoyos a favor del ex secretario general Pedro Sánchez y en contra de la baronesa andaluza, Susana Díaz, en caso de que se concreten ambas candidaturas.

Y todo ello pese a la neutralidad avanzada por la dirección del PSC. Porque el “no es no” es una consigna que aún perdura en la militancia del PSC e incluso en el discurso del propio Iceta, que ha dirigido un nuevo dardo a la abstención histórica del PSOE en el Congreso de los Diputados. “Los ciudadanos cuando votan no votan a un gobierno que espere la lluvia sino que se avance a los problemas”, dijo Iceta en respuesta a las explicaciones de Rajoy sobre la subida del recibo de la luz.

Ni siquiera la entrada de una dirigente del PSC, la ex diputada Teresa Cunillera, en la gestora en representación de los socialistas catalanes servirá para alejar la desconfianza al PSC, proveniente sobre todo desde el PSOE andaluz, con Susana Díaz y Mario Jiménez a la cabeza. Sin la participación del PSC en el proceso de elección del nuevo secretario general la baronesa andaluza tendría el camino mucho más libre para alcanzar la Secretaría General.

Aunque otro barón, el castellanomanchego Emiliano García-Page, apoyaba inicialmente al PSOE andaluz en la idea de expulsar al PSC tras el “no” a Rajoy, otros como el extremeño Guillermo Fernández Vara o el valenciano Ximo Puig frenaron esta opción al considerarla tremendamente perjudicial para el proceso de coser heridas en el que supuestamente anda inmerso el partido.

También la postura del candidato Patxi López a favor de que los catalanes puedan participar en la elección del nuevo líder del PSOE ha pesado mucho en la búsqueda de acuerdos entre gestora y PSC.

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