martes, 19marzo, 2024
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La Gran Guerra

Goebbelsianamente

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Estamos equivocados. Cuando la Historia se repite no es sólo farsa, es ridícula. Ver a un tipo disfrazado de Hitler con su bigote y su flequillo dando discursos enérgicos con risa y gesto ampuloso (aunque por aquí tuviéramos a uno) es risible y poco más. El nazismo no nos llegará, ya está aquí (siempre ha estado con diversos nombres) y viene disfrazado de tu tía, de ministro o presidenta de la comunidad.

Europa va a negociar campos de concentración fuera de sus fronteras para impedir el acceso a su territorio de los “ilegales”. Eso sí, nos encanta indignarnos con Trump y sus neonazis clasificaciones de niños: al menos el tío tiene el valor de tomar las decisiones y con su cara de “friedchicken” arrostrarlas, por eso le votan, por su descaro y no por lo que hace, a eso hemos llegado en la desperanza; la política europea, empero, se reúne informalmente un domingo en esos complejos edificios lujosos sostenidos con los fondos que hay que recortar por el bien de la gobernanza y diseña el exterminio como siempre se ha hecho aquí: intelectual, goebbelsianamente.

Europa cansa. La derecha extrema ha ganado la posición otra vez: pero la disolución de la Unión Europea debería ser una prioridad de la izquierda (¿recuerdan cuando cierto político con mucho pelo insinuaba la posibilidad de salir del euro?). Yo no soy euroescéptico pero tampoco idiota. Esto es como lo de las regiones, nacionalidades o estados o como quieran llamar a los territorios dentro de España, si sólo sirven para sostener en su escenario teatral a una bojiganga de mediocres incapaces de producir ni para sí ni para otros, seducidos o persuadidos de la verdad de su mentira: afuera con ellas.

Falta decisión. Los estados, como España o como Cataluña (si quieren) sólo son sacos de basura histórica, yo respeto el gusto de cada cual pero personalmente prefiero el aire fresco del escepticismo y de la evitación daño consciente, tengo ideas pero no me perdonaría matar por ellas: el problema es que empieza a haber demasiada gente que piensa en el mal menor como opción perpetua: porque sobrevivir con estas vidas de mierda que nos han diseñado es la única finalidad. El turista racista, explotador y xenófobo, etnocéntrico, alcohólico de agosto y adicto momentáneo y, a veces, violador vacacional es el modelo del crecimiento económico. Su hija en los parques temáticos se entrena para ello.

La cuestión no es cómo evitar que lleguen los desgraciados sino por qué España, por ejemplo, se permite tener relaciones comerciales con países esencialmente corruptos que usan esas vidas como moneda de cambio o que desarrollan guerras o purgas para favorecer estos intercambios económicos. O cómo es posible que si el Capital puede moverse por todo el planeta ad mairorem gloriam de su propio beneficio: las personas no.

Arrancamos de conceptos viciados; la propiedad de las tierras se registra, las notarías ejercen y yo no dudo de lo que es mío, pero se nos olvida explicar que las monarquías son ese residuo existente (sin sentido) de cuando una persona era la propietaria de una finca llamada España o Francia… con la llegada del Estado moderno dejamos de pertenecer a estos tipos porque ya no éramos siervos de esa gleba sino ciudadanos de una abstracción llamada Estado: que no es una finca. Esto es: España no pertenece a nadie porque ya no es un lugar señalado con una escritura de propiedad; cuando no hacemos pedagogía sobre esto colaboramos con el mantenimiento de la mentalidad feudal y nada hay más triste que ver a un pueblo, víctima de sus explotadores, clamando por evitar que otro pueblo venga a ocupar su sitio de explotado, de agredido, de vejado, de siervo… eso es el racismo xenófobo.

O explicamos las cosas e intervenimos en la estulticia del dinero internacional o el flujo de personas, que deberían tener todo el derecho a residir donde les dé la gana (sin menoscabo del control de fronteras para la delincuencia), va a ser la Gran Guerra Mundial que algunas esperan disfrazadas de SS. Temo que ya empezó y tiene nombre de petróleo, gas, coltán, textiles… Globalización.

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